06 Sep El teléfono 016 de violencia machista recibe ya una llamada de auxilio cada cinco minutos.
El volumen de contactos para pedir asesoramiento y apoyo ante situaciones de malos tratos y de acoso se consolida por encima de las 8.000 mensuales y llega a romper la barrera de las 9.000 en una aceleración sin precedentes de la demanda de este servicio.
Eduardo Bayona
«Las llamadas llevan subiendo todo el año y este ha sido el verano en el que más mujeres han sido asesinadas por violencia de género, y quizás eso tenga algo que ver con el hecho de que más mujeres hayan decidido ponerse en contacto con el 016″ para pedir auxilio y asesoramiento ante situaciones de machismo, explica la abogada Altamira Gonzalo, de la Asociación de Mujeres Juristas Themis», que anota que «este verano los medios han hecho mucha difusión de ese teléfono contra el maltrato».
Comparte criterio con la psicóloga María Jesús Portillo, fundadora de Cavias Centro de Atención a Víctimas de Abusos Sexuales), que destaca cómo «hay un mayor conocimiento» de ese servicio, entre otros aspectos por la campaña de difusión que ha lanzado este verano el Ministerio de Igualdad coincidiendo con el decimoquinto aniversario de su puesta en funcionamiento pero también porque “cada vez que hay una agresión los medios lo recuerdan. Las mujeres se han aprendido muy bien el número, mejor incluso que el 112, que es el teléfono de emergencia por excelencia».
Lo cierto es que la frecuencia de uso del 016 se ha disparado hasta niveles desconocidos en esos quince años de funcionamiento: las 8.181 llamadas acumuladas entre enero y junio suponen una media de una cada cinco minutos y 18 segundos (11,3 por hora), con un aumento del 12,45% sobre el promedio del año pasado.
Se trata del tercer ejercicio consecutivo de tendencia claramente ascendente de las llamas de auxilio y asesoramiento al 016, con un incremento del 42,9% entre 2019 y el primer semestre de 2022 frente a las oscilaciones de los doce ejercicios anteriores, en los que llegaron a encadenarse cuatro seguidos de aumento entre 2012 y 2016, aunque con cifras muy inferiores (de 4.651 a 7.110).
Las cifras hacen referencia a lo que el 016 cataloga como «llamadas pertinentes» que son aquellas «cuyo contenido ha sido acerca de situaciones de violencia de género», sin incluir otras consultas de asesoramiento o de apoyo psicológico, jurídico o laboral.
El número de llamadas, según revelan los boletines del Ministerio de Igualdad y los datos que ofrece el Gobierno en su respuesta a una pregunta parlamentaria del senador malagueño del PSOE Miguel Ángel Heredia, que se había interesado por conocer «cómo ha variado el número de llamadas acerca de situaciones de violencia de género este año», se ha consolidado en una media de más de 8.000 mensuales por primera vez al tiempo que en junio se rompía por tercera ocasión la barrera de las 9.000 (las anteriores fueron en agosto de 2016 y en junio de 2021) para reducir la frecuencia a prácticamente cuatro minutos y medio.
«Las cifras son un toque de atención»
«Esos números son un toque de atención sobre lo que está pasando», señala Gonzalo, quien descarta 2que haya aumentado la violencia en las relaciones de pareja. Lo que sí hay es más información, y las mujeres sabemos que no tenemos que resignarnos a sufrir esas situaciones».
En ese sentido, los datos sí apuntan a una mayor frecuencia de las llamadas de auxilio desde el inicio de la pandemia. «El confinamiento fue terrible, porque impidió las rupturas y redujo las posibilidades de salir de situaciones problemáticas para muchas mujeres», explica la abogada, que destaca cómo esos procesos de salvaguarda «no se pusieron en marcha nada más acabar los confinamientos, sino en 2021 y 2022».
Tanto Gonzalo como Portillo, que también considera que «los casos son prácticamente los mismos pero se denuncia más«, coinciden, no obstante, el recomendar que las llamadas de auxilio se dirijan al 112 o a las fuerzas de seguridad (091 para Policía Nacional, 092 para Local y 062 para Guardia Civil) cuando se teme que el ataque sea inminente.
«El 016 no es un teléfono de atención inmediata ante agresiones sino más de asesoramiento para víctimas, aunque desde allí pueden, y deben, contactar con el 112 si detectan una situación de peligro», señalan.
Los inquietantes registros de Madrid y Canarias
El senador Heredia, que muestra su preocupación por el aumento de la violencia machista que reflejan esos datos, señaló que «esa violencia contra las mujeres es estructural, tiene su origen en la desigualdad y el machismo la apuntala», mientras que esos registros «desmienten a quienes defienden que no existe la violencia de género, a los que pretenden invisibilizar a las víctimas y las terribles consecuencias en las que éstas desarrollan su vida».
«España ha sido un país pionero en la lucha contra la violencia de género. Ha desarrollado un marco jurídico orientado a la prevención, la protección de las mujeres víctimas y de sus hijos e hijas y la atención e intervención», añadió, que «necesita medios suficientes para cumplir su objetivo».
Ese aumento de las llamadas al 016 por situaciones de violencia machista, es decir por episodios en los que una mujer ha sido agredida física o psíquicamente o teme que va a sufrir un ataque de manera inminente, coinciden con un incremento de las denuncias por ataques a la libertad sexual y con la mayor frecuencia de prácticas como la sumisión química o los pinchazos.
La respuesta del Gobierno también apunta cómo en mayo la Comunidad de Madrid alcanzó una tasa de 767,2 llamadas pertinentes por cada millón de mujeres mayores de 15 años, un registro que superaba notablemente el de su inmediato seguidor, que fue Canarias con 678,1. Por provincias, Las Palmas (726,4) y Santa Cruz de Tenerife (632,7) aparecen inmediatamente por detrás de Madrid.
Test de drogas para detectar casos de sumisión química
Por otro lado, Portillo destacó cómo en ocasiones son las madres de adolescentes quienes contactan con su asociación ante la sospecha de que sus hijas hayan podido ser víctimas de episodios de sumisión química, por el estado que les observan.
En algunos centros de salud de comunidades como Aragón, los médicos comienzan a aplicar test de detección de estupefacientes para determinar si mujeres que llegan con intensos estados de embriaguez, que hasta hace poco se anotaban directamente como comas etílicos, han podido ser víctimas de sumisión química.
«Los acompañantes deben explicar, cuando es así, que la joven no ha bebido tanto como para encontrarse tan afectada«, indica. «Hay dificultades para detectar determinadas sustancias, pero se debe intentar», añade.