El silencio del entorno de las mujeres maltratadas: «Aún persiste la idea de que te estás entrometiendo en algo privado».

El silencio del entorno de las mujeres maltratadas: «Aún persiste la idea de que te estás entrometiendo en algo privado».

Menos del 2% de las denuncias por violencia de género de 2023 provinieron de conocidos de las víctimas.

2024. 20Minutos

Elena Omedes

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Hace unos días trascendía la noticia de la heroicidad de un grupo de vecinos que impidió el robo en una joyería de Sanlúcar de Barrameda, en Cádiz, abalanzándose sobre los ladrones. No se lo pensaron a la hora de reducir a los delincuentes y su obra ha sido objeto de elogios de todo tipo. «Si hubiera sido un hombre que maltrata a su mujer, no se hubieran tirado encima de esta forma. Al final tienes la sensación de que te estás entrometiendo en algo privado», asevera a 20minutos Miguel Lorente, forense y delegado del Gobierno para la Violencia de Género entre 2008 y 2011.

La concienciación e involucración del entorno de las mujeres víctimas de violencia de género es todavía una tarea pendiente. Pese a que algunos datos evidencian que la mitad de la población conoce un caso de maltrato, menos del 2% de las denuncias interpuestas por violencia machista provienen de amigos o familiares. El 1,82%, concretamente, según el informe de 2023 del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), frente al 70,9% de las denuncias presentadas por las propias víctimas. La presidenta del Observatorio contra la violencia doméstica y de género del CGPJ, Ángeles Carmona, insistió este miércoles en hacer un llamamiento a los familiares, amigos o compañeros de trabajo. «Una llamada a tiempo de cualquiera de ellos puede ser crucial para salvar una vida», aseveró.

Según Lorente, en esa infradenuncia influyen varios factores. «Cuando hay una situación de violencia denunciada, normalmente, el entorno acompaña a la víctima y es ella la que aparece como responsable de denunciar». La otra, dice, es la percepción social y cultural. La última macroencuesta de violencia contra la mujer evidencia que casi la mitad de las mujeres maltratadas no denuncian porque consideran que su caso no es lo suficientemente grave. «Eso significa que, como no es una construcción de la víctima, sino cultural, lo más probable es que un porcentaje alto del entorno piense también que la violencia que está sufriendo su hermana, su madre, su amiga… no es para tanto«, sostiene.

Hay también quienes no denuncian porque consideran que se trata de una situación que genera un impacto negativo sobre la imagen de la víctima y de la familia, o porque tienen miedo a que el agresor pueda reaccionar con más violencia. «A mí lo que me preocupa más son los casos en los que la víctima no denuncia por miedo, porque considera que no es lo suficientemente grave o por vergüenza. Ahí los entornos no están sometidos a lo que es el impacto emocional de la violencia y la intimidación y, que se queden en la zona de confort que la cultura les da para no posicionarse… demuestra una falta de concienciación de la trascendencia que le da la población a la violencia de género, y ahí es donde realmente tenemos que trabajar más».

Poner el foco en los allegados de las víctimas

En esa línea va a ir una de las campañas que prepara el Ministerio de Igualdad. La ministra, Ana Redondo, avanzó hace unos meses que su objetivo es poner el foco en las familias, las amistades y el vecindario, tras comprobar que el entorno de 22 de las 55 mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas en 2023 conocía la situación de maltrato pero no denunció. Anunció entonces que lanzaría una campaña específica para animar a los entornos a denunciar, y fuentes de su departamento aseguran a este periódico que están «en el desarrollo de la creatividad» y que la campaña está incluida en el plan de publicidad institucional para este año.

«Se supone que por lo que se está luchando hoy es por que se vea que es un delito y que, como tal, la sociedad tiene el deber de combatirlo y denunciarlo. Pero, aunque se esté dando ese mensaje, a la hora de la verdad hay todavía mensajes contradictorios. Tenemos interiorizado aún que al final cada uno sabe lo que hace en su casa», sostiene Irina Núñez de Arenas, psicóloga especializada en violencia de género de la Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres (Cimtm).

La otra causa que apunta la psicóloga es que en ocasiones el entorno intenta que la víctima sea consciente de su condición, algo que suele resultar muy complicado, pues suelen estar «muy manipuladas, anuladas y ciegas». Ella misma dice que ha visto casos de padres, hermanos o amigos que «lo primero que hacen es intentar despertar a la mujer de esa ceguera», pero muchas veces no lo consiguen. «Incluso los que denuncian, ella tiene que ratificar luego esa declaración, si no no va a ningún lado a no ser que haya pruebas», explica.

 «Al final el contexto nos lleva a que hay pocas denuncias, porque no hay un aval del sistema para poder darle rigor a esa denuncia. Yo veo la impotencia de los familiares, totalmente desarmados ante esta situación y muchas veces dicen que no pueden más», añade.  En esos casos, según Núñez de Arenas, lo que hay que hacer es apoyar a la víctima, acompañarla y que, cuando se atrevan a contarlo, no le quiten hierro al asunto. «Porque si se quedan solas le das la razón al maltratador de que nadie más la va a querer», concluye.