02 Oct El ritmo al que envejece el cerebro depende también del país donde vivas.
Los que tienen desigualdades (económicas, contaminación…) exhibieron edades cerebrales avanzadas.
2024. 65Ymás
Patricia Matey
El ritmo al que envejece el cerebro puede variar significativamente de una persona a otra, lo que genera una brecha entre la edad biológica estimada del cerebro y la edad cronológica (el número real de años que ha vivido una persona). Esta diferencia puede verse afectada por varios factores, como factores ambientales como la contaminación y factores sociales como las desigualdades en materia de ingresos o salud, especialmente en las personas mayores y las que padecen demencia. Hasta ahora, no estaba claro cómo estos factores combinados podían acelerar o retrasar el envejecimiento cerebral en poblaciones geográficas diversas.
El cerebro sufre cambios funcionales dinámicos con la edad. Trazar con precisión la trayectoria de estos cambios y su relación con la edad cronológica es fundamental para comprender el proceso de envejecimiento, las disparidades multinivel, como demuestra un estudio de ‘Trends in Cognitive Sciences’ y los trastornos cerebrales, como la enfermedad de Alzheimer, que incluye el deterioro cognitivo leve (DCL) y trastornos relacionados, como la demencia frontotemporal variante conductual (bvFTD .
Cambios cerebrales
Las diferencias de sexo y género surgen como factores críticos que influyen en los cambios cerebrales. Los estudios sobre la atrofia la enfermedad de Alzheimer revelan una tasa más rápida de la misma en mujeres que en hombres, como documenta un trabajo.
Ahora llega un nuevo estudio publicado en ‘Nature Medicine’ en el que un equipo de investigadores internacionales desarrolló formas de medir el envejecimiento cerebral utilizando relojes cerebrales avanzados basados en el aprendizaje profundo de las redes cerebrales.
Este estudio involucró un conjunto de datos diverso de 5.306 participantes de 15 países, incluidos países de América Latina y el Caribe (ALC) y países no pertenecientes a ALC. Al analizar datos de imágenes por resonancia magnética funcional (fMRI) y electroencefalografía (EEG), los científicos cuantificaron las brechas de edad cerebral en individuos sanos y aquellos con afecciones neurodegenerativas como deterioro cognitivo leve (DCL), enfermedad de Alzheimer y degeneración del lóbulo frontotemporal (DLFT).
El Dr. Daniel Abasolo, coautor del estudio y director del Centro de Ingeniería Biomédica de la Universidad de Surrey, ha comentado en un comunicado: «Nuestra investigación muestra que en los países donde la desigualdad es mayor, el cerebro de las personas tiende a envejecer más rápido, especialmente en las áreas del cerebro más afectadas por el envejecimiento. Descubrimos que factores como la desigualdad socioeconómica, la contaminación del aire y el impacto de las enfermedades desempeñan un papel importante en este proceso de envejecimiento más rápido, especialmente en los países más pobres».
Más en mujeres
Los participantes con diagnóstico de demencia, en particular alzhéimer, mostraron las brechas de edad cerebral más críticas. La investigación también destacó las diferencias de género en el envejecimiento cerebral, ya que las mujeres de los países de ALC mostraron mayores brechas de edad cerebral, en particular en aquellas con enfermedad de Alzheimer. Estas diferencias se vincularon con el sexo biológico y las disparidades de género en las condiciones sociales y de salud. Estos hallazgos subrayan el papel de los factores ambientales y sociales en las disparidades de salud cerebral.
Los resultados de este estudio tienen profundas implicaciones para la neurociencia y la salud cerebral, en particular para comprender la interacción entre los factores macro exposoma define todas las exposiciones ambientales a las que el ser humano está sometido desde el nacimiento y los mecanismos que subyacen al envejecimiento cerebral en diversas poblaciones en el envejecimiento saludable y la demencia. El enfoque del estudio, que integra múltiples dimensiones de la diversidad en la investigación sobre la salud cerebral, ofrece un nuevo marco para la medicina personalizada. Este marco podría ser crucial para identificar a las personas en riesgo de enfermedades neurodegenerativas y desarrollar intervenciones específicas para mitigar estos riesgos. Además, los resultados del estudio resaltan la importancia de considerar la incorporación biológica de los factores ambientales y sociales en las políticas de salud pública. Los responsables de las políticas pueden reducir las brechas de edad cerebral y promover un envejecimiento más saludable en todas las poblaciones abordando cuestiones como la desigualdad socioeconómica y la contaminación ambiental.