El Imserso amenaza con anular la ayuda de un asturiano con dependencia severa.

El Imserso amenaza con anular la ayuda de un asturiano con dependencia severa.

Rafa Funes, tetraparesio de El Entrego, necesita la ayuda permanente de un cuidador, pero perderá los 278 euros de apoyo por no ser de su familia.

CHELO TUYA – GIJÓN

«He pensado tirarme al tren. Y lo he pensado seriamente. No me dejan vivir». La voz de Rafa Funes (El Entrego, 1956) no suena con el habitual tono resolutivo del director del centro social entreguino. Una llamada de teléfono le ha dejado al borde de tirar la toalla. «Dicen que me van a quitar al ayuda por tener un cuidador familiar. Que, si quiero, me vaya a un geriátrico».

Ese ‘dicen’ se refiere a los responsables del centro de valoración de la dependencia de su concejo. Porque Rafa Funes, además de director de un centro social, sportinguista de pro y viajero incansable, es una persona con el máximo nivel de dependencia. Su tetraparesia le impide controlar su cuerpo, aunque no limita para nada su ingente actividad intelectual. Pero, físicamente, su cerebro solo maneja el movimiento de un dedo de su mano derecha, con el que dirige su silla de ruedas eléctrica.

«Para todo lo demás, dependo de Nadine», en referencia a la colombiana Nadine Franco, que desde hace doce años se ha convertido en las manos, los pies y el motor de Rafa Funes. EL COMERCIO fue testigo desde 2007 -cuando la Ley de la Dependencia entró en vigor- de la lucha de Rafa Funes por lograr la aplicación efectiva de una norma que nació para dar derechos a las personas con escasa autonomía personal. «La Ley de la Dependencia es un fracaso», sentenció en 2015, después de comprobar como Asturias suspendía, semestralmente, el examen del Observatorio de la Dependencia por su mala aplicación de la norma. Y por comprobar, en carne propia, que la figura estrella, la del cuidador profesional, no existía.

«Esa ha sido la clave. Que no desarrollen esa figura, que es vital para personas como yo, que necesitamos un apoyo constante para desarrollar nuestra vida plenamente», explica Funes. Como esa figura, de coste más elevado para la Administración, Nadine Franco pasó a convertirse en cuidadora dentro del ámbito familiar. Hasta ahora.

«Me han llamado y me han dicho que como ni es mi familia ni estoy casado con ella ni nada, que no pueden darme esa ayuda», que se limita a 278 euros al mes. Nadine Franco cobra 1.200 euros mensuales que salen «de la paga por orfandad que cobro, de 1.200 euros». A esa cantidad, además de los 278 euros citados, se suman 600 euros «en concepto de hijo a cargo».

Asistente personal

Si la decisión del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso) se lleva a cabo, Rafa Funes tendría solo 600 euros para vivir. «Porque, lo que tengo claro es que no voy a renunciar a mi cuidadora personal. No quiero ir a vivir a un geriátrico. La Ley de la Dependencia es, sobre todo, de apoyo a la autonomía personal, pero eso se olvida. Solo les interesa darnos la ayuda menos costosa. Me han dicho que un geriátrico o la ayuda a domicilio habitual». Es decir, una hora por la mañana para levantar, aseo y desayuno, y otra por la noche, para cena y acostarse. «No es mi opción».

Rafa Funes alterna entre el desánimo total y las ganas de volver a la lucha. Antes de que existiera la Ley de la Dependencia, integró él la comisión de bienestar del concejo y logró erradicar las barreras arquitectónicas. Exmiembro de PSOE y Ciudadanos, ahora está al margen de la política. «Todos nos utilizan, pero no cumplen con lo prometido». Como en 2015, repite: «La Ley de la Dependencia es un fraude».