06 Mar El impulso de levantarse cada mañana a repartir ilusión
Conchi Marín lleva más de viente años vendiendo cupones de la ONCE y acaba de recibir un premio
MAR BIANCHI
La llegada de un reconocimiento más a sus vitrinas no hará que Conchi modifique en ningún momento la manera en la que encara su día a día: «Soy una mujer sencilla y humanitaria, voy a seguir luchando por la ONCE hasta que me jubilen».
Conchi se levanta por la mañana bien temprano. A eso de las siete ya está en pie. Desayuna, se arregla y, acompañada de un bastón, se monta en el autobús de camino a su quiosco situado en la zona de Los Boliches, en Fuengirola.
Fue muy prematura y, como consecuencia de ello, sus ojos no terminaron de desarrollarse, así que su ceguera es de nacimiento. Ella destaca, y agradece, que pudo trabajar en la ONCE por su deficiencia visual, «realmente, no podía haber trabajado de otra cosa». Desde muy joven, a los 18 años, comenzó sus quehaceres para la ONCE, en Antequera, y ya hace más de dos décadas que Conchi Marín trabaja como vendedora en la provincia de Málaga.
Ahora, tras de todos estos años de dedicación, ha recibido el reconocimiento a la vendedora del año 2014 en la Dirección Zona de Málaga, Córdoba y Melilla. Con motivo de la entrega de estos galardones, la semana que viene se celebrará un acto en el que se homenajearán a los demás compañeros premiados de España. Miguel Carballeda, presiente de la ONCE, estará presente en la celebración.
Todos los que conocen a Conchi hacen hincapié en que su labor para con la organización es encomiable. Siempre atiende con una sonrisa y buenas palabras a los vecinos y turistas que pasar por su quiosco de Los Boliches. Además, desde la propia organización cuentan que es una persona que está siempre dispuesta a colaborar en todo lo que puede y está muy involucrada con las iniciativas que se llevan a cabo. Ella misma se defina como «una mujer sencilla y humanitaria que seguirá luchando por la ONCE siendo la misma».
En definitiva, la ONCE y su Fundación no dan este reconocimiento a aquellos que han vendido más cupones o han repartido mejores premios económicos. El objetivo de este homenaje es el de distinguir a los vendedores por la manera en la que desarrollan su día a día. Por el tiempo que le dedican, el carácter, la paciencia con los clientes o la involucración en otros proyectos de la entidad.
Varios premios a la ilusión
Conchi cuenta que, para ella, «la organización en la que trabaja es la que le aporta su vitalidad: tengo una hija a la que he podido sacar adelante gracias a la ONCE».
Curiosamente, este no es el primer galardón que le conceden, y probablemente tampoco será el último.
En 2011 fue reconocida como la mejor vendedora del semestre de su agencia, la de Fuengirola. También, el año 2012 le brindó otro homenaje a la protagonista de estas líneas. Desde esa fecha, la ONCE de Málaga organiza un premio con motivos de la celebración del Día de la Mujer. Esta vez fueron los propios compañeros de Conchi los que se pusieron de acuerdo para que, en aquella primera edición del premio, fuese ella la mujer trabajadora del año de Málaga.
En cambio, una de las actividades de las que Conchi guarda mejor recuerdo es cuando en 2013 fue elegida junto con ocho compañeros más del resto de España para visitar al Papa Francisco en Roma. «El Papa tenía ganas de conocernos, de saber cómo nos desenvolvíamos pese a ser ciegos, conocer de primera mano nuestras historias… Sobre todo, saludarnos y darnos la bendición», contaba emocionada de rememorar aquel día. También recuerda el frío con el que esperaron la misa de las ocho de la mañana en el Vaticano y el rato que después pasaron con el pontífice, «él nos regaló un rosario y nosotros le fuimos contando la historia de la ONCE». Todos los asistentes coincidieron en el que día fue inolvidable y que «la labor que hace el Papa es impresionante».
Pequeños detalles, gestos con los que la ONCE premia a sus trabajadores para que no pierdan la fuerza ni el ánimo. Aunque, si conoces a Conchi, te das cuenta que no hay nada que merme su alegría, sus buenas palabras y sus ganas de vivir.
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