16 Dic El Estado destina 32 millones de euros en ayudas al aborto y 3,3 al embarazo.
El V Mapa de la Maternidad de Fundación Redmadre incide en el escaso apoyo del Gobierno a la mujer embarazada en situación de vulnerabilidad.
Laura Peraita
Las ayudas estatales a la mujer embarazada siguen siendo muy deficitarias en un país en el que número de nacimientos en los seis primeros meses del año han descendido un 5,2% respecto al mismo periodo de 2020 y un 7,9% en comparación con 2019, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la cifra más baja en un primer semestre de toda la serie estadística del organismo, que comenzó en 1941.
En concreto, el apoyo a las mujeres embarazadas con dificultades se resume a 8 euros al año, lo que sitúa a España a la cola de Europa (solamente el 1,3% del gasto del PIB se dedica a la familia), tal y como asegura el V mapa de la maternidad 2020 realizado por la Fundación Redmadre. «Miles de mujeres son olvidadas por las administraciones públicas de forma incompatible con el proclamado Estado social que ni siquiera ha sido capaz de promulgar una ley de lucha contra la exclusión social motivada por la maternidad.
Si no se prestan los apoyos necesarios para ejercer su derecho a ser madres, la sociedad no será sostenible», lamenta María Torrego, presidenta de esta fundación.
El informe matiza, además, que el Estado destina una ayuda presupuestaria diez veces superior al aborto frente al embarazo. En concreto, en 2020 se destinaron 3.392.233 euros a la maternidad y 32.218.185 euros para facilitar el aborto a las mujeres. «Son datos impactantes –confiesa Torrego–. La sociedad no es consciente de esta realidad. Hay que dar a conocer estas cifras porque en la esfera política hay mucha manipulación al respecto cuando lo venden como bandera de igualdad, cuando la igualdad empieza por ayudar a la mujer para que ejerza su maternidad libremente, sin obstáculos».
«Reflexionar con urgencia»
Por este motivo, María Torrego invita a «reflexionar con urgencia», puesto que «la libertad de estas mujeres sigue restringida por obstáculos de tipo social, laboral y económico con los que se encuentran muchas de ellas al quedarse embarazadas, condicionantes que suelen pesar más que su capacidad para elegir libremente la opción de la maternidad. Es necesario revertir la actual falta de solidaridad pública».
En este firme propósito, la presidenta de Redmadre pretende ir más allá y hace un llamamiento a cada persona, como individuo, para que sea consciente de la importancia de esta situación que tanto daño nos hace como sociedad. «Es un tema que no nos pilla de lejos: todos somos hijos, hermanos… la figura maternal es esencial en nuestra vida, y así debe valorarse. No es justo que una mujer se sienta obligada a retrasar su embarazo, a renunciar a tener un bebé o a acabar con su vida antes de que nazca porque en nuestro país no se dan las condiciones favorables para que cumpla con su deseo maternal».
Por ello insiste en la premura de crear una conciencia social que anime a los gobiernos y parlamentos a ocuparse de la implementación de políticas reales de apoyo a la mujer y la maternidad «porque cuando una embarazada en situación de vulnerabilidad se siente acompañada sus dudas se disuelven».
Y es que desde Redmadre aseguran que cuando una mujer en dificultades les solicita ayuda y recibe acompañamiento emocional y psicosocial, suele continuar con su embarazo. «8 de cada 10 mujeres que dudaban decidieron dar a luz tras sentirse escuchadas y apoyadas. El acompañamiento integral a la mujeres es el modelo más eficaz para ayudar a remover los obstáculos con los que se encuentran. Nuestros datos –añade– coinciden con los de países en los que existen programas de acompañamiento a mujeres gestantes en situación de vulnerabilidad. Es posible luchar con eficacia contra el aborto apoyando la libertad de las mujeres que eligen ser madres. No hay tiempo que perder».
Amaya Azcona, directora general de Fundación Redmadre: «Solo se tiene en cuenta a la embarazada que cotiza»
Desde la Fundación Redmadre llevamos años reclamando la aprobación de un Plan de Apoyo a la Mujer Embarazada en el que se contemplen las situaciones de vulnerabilidad por las que pueden pasar, ya que durante décadas solo se ha tenido en cuenta a la mujer embarazada trabajadora y, por tanto, cotizante y con derecho a prestaciones por bajas maternales y asistencia sanitaria.
Las situaciones de vulnerabilidad son circunstancias que inciden en que el embarazo no se pueda vivir con normalidad. Pueden ser factores provenientes del contexto social o bien factores individuales; los más significativos son: soledad y abandono, inestabilidad emocional, estrés, angustia, edad (extrema juventud o edad cercana a la menopausia), situación económica, situación de desempleo, presión en el ámbito laboral, riesgo pérdida de los estudios, estructura familiar, situaciones de violencia, presiones para abortar, inmigración, situación legal en el país, etc. Indicadores que señalan que la mujer puede requerir un acompañamiento especial (con independencia de su situación laboral).
En España, el embarazo no es contemplado como una situación de vulnerabilidad y, por ello, apenas existen programas de apoyo a la mujer embarazada en los que se aborden las diferentes situaciones problemáticas por las que pueda estar transitando. Tampoco hay protocolos de detección en el ámbito de la Atención Primaria que pudieran hacer visibles esas circunstancias para que los sanitarios deriven a la mujer embarazada a programas de acompañamiento específicos, integrales y personalizados. Estos programas pueden ser públicos, privados o mixtos.