05 Dic El diagnóstico del corazón está en la oreja
El 31% de los participantes en un estudio tiene un pliegue diagonal en el lóbulo, que los expertos relacionan con el infarto o el ictus
J. LUIS ÁLVAREZ – MADRID
La presencia de un pliegue diagonal en el lóbulo de la oreja (PDL) está directamente relacionada con el padecimiento de infarto o con el ictus. Esta es la principal conclusión de un estudio presentado ayer en Santiago de Compostela durante el Congreso de Enfermedades Cardiovasculares, trabajo en el que se examinaron a 300 personas, cotejando sus orejas con su historia clínica para relacionar a aquellos que tenían antecedente de enfermedad cardiovascular (infarto o ictus). El 31% de los participantes en el estudio presentó PDL.
Esteban López de Sá, cardiólogo del Hospital de La Paz y uno de los autores del trabajo, explicó que de todos los pacientes estudiados con antecedentes de haber sufrido un accidente cerebrovascular, «el 48,9% presentaba este pliegue», mientras entre los pacientes con antecedentes de infarto, «un 45,8% mostraba este pliegue», dijo el especialista.
Pero no todos los pliegues del lobulo de la oreja delatan una cardiopatía. Para que sea considerado como marcador, el pliegue tiene que estar presente en ambas orejas y tener una inclinación de 45 grados -de lado a lado del lóbulo-, apuntó Claudia Rodríguez-López, del Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid.
La oreja es, junto con la nariz, el único órgano del cuerpo humano que crece a lo largo de toda la vida, por lo que cuando una persona padece una enfermedad arterioesclerótica también sufre pequeñas lesiones vasculares en diversas zonas. En el caso de producirse estas lesiones en la oreja, se origina un crecimiento desigual fomentando el pliegue.
«Lo que muestran estos resultados es que la forma del lóbulo de la oreja puede indicar al médico a simple vista que la persona podría padecer una enfermedad cardiovascular o múltiples factores de riesgo cardiovascular», resumió López de Sá.
Por este motivo, el especialista recomendó «a todas aquellas personas que presenten el pliegue y no hayan sido diagnosticadas de enfermedad cardiovascular» que se sometan un chequeo, «porque es muy probable que sean hipertensos, diabéticos o hipercolesterolémicos y, por lo tanto, necesiten tratamiento para controlar estos factores de riesgo y prevenir así complicaciones cardiacas futuras».
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