31 Ene El creador del bastón inteligente que guía a los ciegos.
El turco Kürsat Ceylan ha desarrollado un artilugio digital para guiar a los invidentes. Time lo ha elegido como uno de los 100 inventos de 2019.
Andrés Mourenza
La idea de un bastón inteligente para invidentes le surgió de casualidad. En 2017, el turco Kürsat Ceylan, ciego desde la cuna, había acudido a Nueva York a una conferencia y buscaba su hotel. Con una mano sujetaba su bastón. Con la otra sostenía el móvil —en el que Google Maps le iba dictando la ruta— y tiraba de su maleta. El malabarismo le llevó a darse un cabezazo contra una señal. Si el mito dice que Newton descubrió la ley de la gravedad porque le cayó una manzana en la cabeza, diríamos que un poste inoportuno llevó a Ceylan a concebir su original invento.
Pues para prevenir esta clase de accidentes ha desarrollado el bastón WeWalk, con un sensor que advierte de los obstáculos y se conecta a una aplicación del móvil para guiar a su usuario. También indica, por altavoz o auriculares, las paradas de transporte cercanas y el horario de buses. La creación ha sido seleccionada por la revista Time como una de las 100 mejores invenciones de 2019.
“En un momento en el que la tecnología se desarrolla muy rápidamente, en el que tenemos coches sin conductor e incluso hablamos de coches voladores, los ciegos seguimos aferrados a un simple palo”, dice en su oficina en un edificio de start-ups de Estambul, ciudad que es en sí misma una carrera de obstáculos. Las aceras inexistentes o impracticables por los agujeros, baches y escalones en los lugares menos pensados; la masificación; el tráfico infernal; los conductores que no siguen las normas de circulación; distancias interminables… “Aunque en descargo de Estambul”, matiza, “hay que decir que no he visitado una ciudad perfecta para los discapacitados en los 15 países que he conocido. La concienciación social sobre este tema es muy reciente. Pero cada día soy testigo de cómo las ciudades se diseñan con más atención, y Estambul ha mejorado mucho”.
A los siete años, sus padres lo enviaron a un internado para ciegos en la orilla asiática de Estambul. “Para cualquier niño, separarse de su familia es algo muy duro”, recuerda. “Todo lo tenía que hacer por mi cuenta: la cama, ordenar mi armario, elegir la ropa, limpiar. Fue difícil, pero me dio una gran independencia y confianza en mí mismo”. De ahí en adelante todo ha sido una carrera de estudiante modelo en la que ha superado todas las dificultades con nota. La dura selectividad turca, a la que se presentan dos millones de estudiantes al año, la terminó entre los 2.500 primeros del país. Cursó Psicología en la Universidad del Bósforo, la mejor universidad pública de Turquía, y pasó un año en Estados Unidos. A su vuelta fue seleccionado entre 50.000 estudiantes por la Young Guru Academy (YGA) para participar en un curso sobre innovación social y allí conoció a quienes son hoy sus compañeros de trabajo en WeWalk, su pequeña empresa que aplica soluciones tecnológicas para mejorar la vida de las personas invidentes.
“Yo soy el que imagina las cosas, y mis compañeros ingenieros, los que las convierten en realidad”, afirma. De ahí han salido aplicaciones como una instalada en 30 centros comerciales de Turquía que permite guiarse de tienda en tienda, u otra que narra las escenas fílmicas sin diálogo —premiada por los GSM Awards de Barcelona—. Ahora se esfuerza en perfeccionar el bastón inteligente. “La tecnología de las smart cities está evolucionando. Vamos hacia un tráfico sin conductor y para ello los vehículos tienen que poder conectarse con la ciudad, tienen que comunicarse con los semáforos, con otras señales y otros vehículos… Eso significa que también podemos conectar nuestro bastón con todos esos dispositivos que llevan Internet integrado”. El futuro no es para él una distopía hipertecnologizada. Al contrario, es optimista y confía en que, gracias al desarrollo de las nuevas tecnologías, las personas ciegas puedan incorporarse de forma completa a la vida social y laboral, “porque cuanto más independientes somos los ciegos, más caen los prejuicios con los que nos mira la sociedad”.
https://elpais.com/elpais/2020/01/24/eps/1579868789_604708.html