06 Mar El amor es bueno para la salud
Un matrimonio feliz y duradero mejora la salud y alarga la vida. Los conflictos en la pareja aumentan el riesgo cardiovascular
PILAR QUIJADA – MADRID
El flechazo existe. En medio segundo el destino puede vincularnos a otra persona totalmente desconocida hasta entonces. Guiados por su atractivo podemos desear pasar el resto de nuestra vida con ella sin sospechar que de ese «abrir y cerrar de ojos» pueden depender no sólo nuestra felicidad, sino también la salud. Muchos estudios indican que estar casado se asocia con una mejor salud y una vida más larga. Pero cuando se mira la letra pequeña, es la calidad del matrimonio, más que el hecho en sí de estar casado, lo que realmente afecta a la salud. Para bien o para mal, porque los beneficios de la vida en pareja pueden desvanecerse si la relación no es buena.
En general, parece que los hombres son los que más se benefician de encontrar pareja estable y lo hacen forma inmediata. Y es que encontrar a la media naranja les ayuda a cuidar más su salud y a remolonear menos a la hora de acudir puntualmente a la cita con los especialistas. No hay que olvidar que la mujer ha tenido, y sigue teniendo, el papel de cuidadora: «Las mujeres en el modelo tradicional han sido las proveedoras de salud, somos cuidadoras natas, y también cuidábamos del marido. Según ese modelo antiguo estar bien cuidado es una ventaja y los hombre siempre lo dejaban en manos de sus mujeres. Pero esto está cambiando. Hombres y mujeres han aprendido a cuidarse. Ellas sobre todo no olvidándose de sí mismas», explica Mila Cahue, psicóloga de pareja del centro Álava Reyes Asociados y autora de libro «Amor del bueno».
Asumen menos riesgos
Otro motivo por el que ellos se benefician más de la vida en pareja, es que «sientan la cabeza» y por lo general asumen menos riesgos que cuando están solteros. De hecho una de las versiones que justifican la celebración del día de los enamorados el 14 de febrero es que hoy se conmemora la fecha en que un sacerdote italiano llamado Valentín murió decapitado por defender el derecho de los jóvenes romanos a contraer matrimonio. Su sentencia fue dictada por el emperador Claudio II, que se oponía a ese derecho porque sostenía que los soldados solteros y sin lazos afectivos rendían más en el campo de batalla que los casados, porque la falta de ataduras les hacía más temerarios.
Para las mujeres, sin embargo, las ventajas del matrimonio sobre la salud no son tan inmediatas y llegan a plazos. Algunos estudios indican que por cada año de matrimonio transcurrido disminuye un poco más el riesgo de muerte prematura para las féminas. Por el contrario, a ellas les afectan más los disgustos y desencuentros en el matrimonio, que pueden pasar factura a su corazón en sentido literal, y no solo figurado. En esos casos, el riesgo de muerte por ataque cardiaco aumenta.
Lo que parece claro es que para ambos, llegar a la mitad de la vida felizmente casados es, con diferencia, lo que tiene mayores repercusiones positivas para la salud. Tres de cada cuatro personas que llegan a la vejez disfrutando de un matrimonio bien avenido, tienen buena o muy buena salud, en comparación con las personas de su misma edad viudas o no casadas.
Un estudio de 2001 apuntaba que incluso los esposos con achaques viven más si tienen una relación afectiva satisfactoria cuando se comparan con aquellos que gozan de mejor salud, pero no han acertado en la elección de pareja.
Asuntos del corazón
Al parecer, una vida en común armoniosa parece ser el elemento clave que garantiza una mejor salud, con independencia del nivel de educación, ingresos, o las dificultades laborales. Y el corazón es el órgano que más se beneficia de esa armonía. Por el contrario, el estrés es su peor enemigo, de ahí que las interacciones negativas en la pareja pasen factura a este órgano.
Según varios estudios, si se llevan bien y la relación es duradera, ambos cónyuges tienen menos riesgo de morir por una enfermedad cardiovascular. Y en caso de que ésta aparezca, las posibilidades de recuperación son mayores con la mutua compañía. Además no hay que olvidar que la salud del corazón está muy unida a la del cerebro, un órgano fundamental para una vejez lúcida.
Incluso las heridas sanan antes en las personas cuando la pareja está a partir un piñón, comparada con aquellas que están sometidas a más conflictos conyugales. Detrás de la mejor cicatrización hay un sistema inmune más fuerte y menos minado por el estrés, gracias al colchón amortiguador que proporciona una buena relación.
Por el contrario, las discusiones en pasan factura: «Cuando la pareja no está bien, todas las tensiones del día a día, a veces muy sutiles, sin necesidad de grandes broncas, sino tensiones por tonterías, van gastando el sistema de defensa psicológica y eso repercute física y emocionalmente. Y trae de la mano, estrés, ansiedad, confusión…», apunta Mila Cahue. De hecho estas interacciones diarias dejan huella en las arterias.
Un estudio publicado en la revista «Psychosomatic Medicine» midió de la pared interna de la arteria carótida, un buen marcador de riesgo de enfermedad cardiovascular durante cuatro días en casi 300 personas casadas. Las interacciones positivas se asociaban con con una mejor salud de la arteria que las negativas.
Y estas ventajas pasan a los hijos. También hay estudios que indican que los hijos de los matrimonios que se llevan bien viven también más y tienen menores enfermedades que sus padres.
www.abc.es/sociedad/20150214/abci-amor-salud-sanvalentin-201502131656.html