El 80% de las personas mayores de 65 años en países desarrollados tiene arterioesclerosis.

El 80% de las personas mayores de 65 años en países desarrollados tiene arterioesclerosis.

En España, causa más de cien mil muertes al año.

2024. Solidaridad Digital

Redacción

Enlace página oficial

El 80% de las personas mayores de 65 años en países desarrollados tiene arterioesclerosis, la principal causa de muerte en el mundo según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En España más de 100.000 defunciones al año se atribuyen a esta enfermedad vascular crónica producida por el depósito de colesterol en las paredes de las arterias. Según informó la Sociedad Española de Radiología Vascular e Intervencionista (Servei), la arterioesclerosis es una enfermedad vascular crónica que afecta a las paredes de las arterias de tamaño grande y mediano, donde se van depositando colesterol, grasa, calcio y otras sustancias.

Este depósito condiciona una pérdida de elasticidad de estas arterias, y en su progresión puede reducir u obstruir el flujo en la arteria enferma, así como provocar la formación de coágulos que empeoran la obstrucción y que, además, pueden desprenderse, provocando, según su localización, infartos cerebrales, cardiacos o isquemia aguda a otros niveles.

Se trata de una afección muy común y de alta prevalencia que aumenta con la edad, especialmente en países desarrollados. Se estima que, en estos países, España incluido, hasta el 80% de las personas mayores de 65 años padecen arterioesclerosis, señalada por la OMS como la principal causa de muerte en el mundo.

ENFERMEDAD SILENCIOSA

A este respecto, el radiólogo vascular e intervencionista del Hospital Regional Universitario Carlos Haya de Málaga y miembro de Servei, el doctor José Manuel Rodríguez Mesa, explicó que “esta enfermedad crónica evoluciona de forma silente durante años, antes de llegar a dar síntomas que aparecen cuando la obstrucción es severa”.

De hecho, señaló, el diagnóstico precoz de la arterioesclerosis es “de gran importancia”, ya que identificar la enfermedad en etapas tempranas permite gestionar los factores de riesgo, modificar el estilo de vida, tratar los vasos afectados cuando la obstrucción aún no es severa y, en última instancia, prevenir las complicaciones graves.

“El objetivo fundamental del tratamiento es, por un lado, reducir el riesgo de complicaciones, y, por otro lado, evitar la progresión de la enfermedad. Esto requiere, en primer lugar, cambios en el estilo de vida, con la adopción de una dieta saludable, evitar la obesidad y la vida sedentaria, realizar ejercicio de forma regular y, por supuesto, dejar de fumar”, aconsejó el experto.

HIPERTENSIÓN Y GLUCEMIA

Por otro lado, añadió, “el uso de medicación para el control de la tensión arterial, así como para el control estricto de la glucemia en los diabéticos, reduce también la progresión de la enfermedad y disminuye las complicaciones. Por último, la receta de estatinas permite controlar las cifras de colesterol, habiendo demostrado una reducción en la aparición de eventos cardiovasculares”.

Una vez que la arterioesclerosis empieza a dar síntomas puede ser necesario el tratamiento local sobre los vasos enfermos. En ese sentido, el portavoz de la Servei destacó que los radiólogos vasculares e intervencionistas han sido “los pioneros y los que han desarrollado el tratamiento endovascular de estas patologías”.

Entre las ventajas -respecto a los abordajes tradicionales, como la cirugía abierta- de los tratamientos endovasculares realizados por los radiólogos vasculares e intervencionistas para el tratamiento de la arterioesclerosis, el doctor Rodríguez Mesa señaló que se trata de procedimientos mínimamente invasivos con mayor precisión por la utilización de técnicas de imagen de última generación y, por tanto, con menor riesgo de complicaciones.

“Todo esto hace que el periodo de recuperación sea más corto y curse con menor dolor, pudiendo muchas intervenciones realizarse de forma ambulatoria, dando de alta al paciente en unas horas y volviendo éste a la vida normal al día siguiente. Esto conlleva también una menor estancia hospitalaria y, por consiguiente, un menor coste para el Sistema Nacional de Salud”, concluyó el experto.