Edadismo en los seguros de salud: límites de contratación, trabas y precios inasumibles para mayores.

Edadismo en los seguros de salud: límites de contratación, trabas y precios inasumibles para mayores.

Los mayores de 65 años se enfrentan a subidas de prima al renovar su seguro del 20%.

2024. 65Ymás

Beatriz Torija

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La contratación de seguros médicos se ha disparado en los últimos años. La situación de colapso de la sanidad pública, unida a una mayor preocupación por la salud tras la pandemia han sido los detonantes. Una tendencia de crecimiento que, según todos los expertos consultados y el propio sector, continuará.

En este contexto, las compañías pugnan por los nuevos clientes con atractivas ofertas, promociones de cobertura dental, acceso directo a especialistas, servicios de bienestar o novedosas técnicas y especialidades. Para los mayores de 65 años la realidad es bien diferente. Lejos de pensar en estas ventajas, bastante tienen con asumir subidas anuales que pueden llegar al 40% si ya tienen seguro, buscar una compañía que no les rechace si no lo tienen, asumir el copago de los servicios sin elección y encontrarse con otras limitaciones, como por ejemplo la hospitalización.

Clientes sénior: personas no gratas

Querer contratar un seguro de salud a partir de 65 años se complica tanto, que puede llegar a convertirse en misión imposible. “Una compañía de seguros te puede hacer un seguro o no, eso de entrada”, explica Joaquín Martínez-Aedo, abogado de Legalitas, especializado en seguros. “Tú puedes acudir a una aseguradora para contratar una póliza de salud, y la compañía te puede decir que no. Pueden rechazarte, de hecho, suele haber una edad máxima a partir de la cual ya no te aseguran”, detalla.

“A partir de los 60 o los 65 años, el número de compañías que ofrece una cobertura médica disminuye notablemente”, confirma Carmen Reverte, responsable de seguros de salud de Rastreator (@Rastreator). “La edad máxima de contratación suele ser entre 65 y 70 años”, añaden fuentes del comparador Selectra (@selectra_es).

“Es evidente que los seguros de salud discriminan a las personas por su edad” nos cuenta Carlos San Juan, el médico jubilado que con su campaña ‘Soy Mayor, No Idiota’ logró poner en jaque al sector financiero español y atención mundial sobre un problema: la exclusión financiera que sufrían muchos mayores. “Te puedo contar mi experiencia personal”, asegura San Juan en entrevista con este medio. “Cuando hace unos años intenté cambiar de compañía de seguros, no encontré ninguna que me aceptara, por mi edad, y por mis patologías”, se lamenta San Juan.

“Los asegurados con mayor edad o algún problema de salud tienen dificultades para cambiar de aseguradora”, confirman desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) (@consumidores). “O bien no los aceptan en la nueva compañía o les excluyen lo relacionado con esos problemas preexistentes o les aplican una sobreprima”.

Precios desorbitados para los mayores

Los españoles están sufriendo un encarecimiento récord en sus seguros de salud, nunca visto hasta ahora. En 2023 las primas subieron un 8,4% en España, la mayor subida de Europa, según datos de Eurostat. Este año, pese a que la inflación se relaja, los precios siguen al alza. “Podemos observar una subida en torno a un 7%”, dice Carmen Reverte, de Rastreatror. En la misma línea, desde Selectra apuntan a “subidas del 7,6% en los seguros de salud en España” este año.

Ahora bien, las primas pagadas por disponer de servicio sanitario más allá del proporcionado por la Seguridad Social no suben igual para todos los asegurados. De nuevo, los mayores, se llevan la peor parte y sufren un mayor castigo.

“Los mayores de 65, son el grupo que mayor desembolso tiene que hacer si quiere disfrutar de un seguro de salud, y es que la media mensual es de 121 euros y, por último, los de 70 años, con un precio medio de 193 euros”, detalla Carmen Reverte. “A partir de los 65 años, el precio de contratación de un mismo seguro médico puede subir entre un 10% a un 40% dependiendo de la compañía”, aseguran a 65YMÁS fuentes del comparador Selectra. Se refieren a precios de contratación, más elevados a mayor edad, por el mayor riesgo. El problema es que las renovaciones también suben exponencialmente a los mayores.

“Un seguro de salud es anual prorrogable. Y cuando termina el año automáticamente se prorroga por otro, y así sucesivamente”, explica Joaquín Martínez-Aedo, abogado de Legalitas, especializado en seguros. “La compañía te puede subir la prima lo que quiera, si te avisa dos meses antes”.

Lo peor es que es imposible saber cuánto subirá la póliza en el futuro. “No tenemos información sobre las primas a años futuros ya que las primas tienen subidas en función de IPS sanitario (los costes sanitarios) y la siniestralidad de la póliza o del sector”. También por la edad. explica Carmen Reverte. “Las primas futuras son desconocidas y las aseguradoras pueden determinarla libremente en cada renovación”, denuncian desde la OCU.

“Una subida elevada supondría en la práctica una expulsión”, añade la OCU. Algo que ya está pasando. Desde el año pasado, son muchos los mayores que hablan de subidas disparatadas, superiores al 20%, a veces incluso superiores, que para algunas personas son inasumibles. “Tengo 68 años y en cinco años, pago un 50% más”, nos explicaba recientemente a 65YMÁS un cliente de AXA. Un caso, que comienza a ser generalizado.

Copagos y exclusiones: la letra pequeña

A los mayores les sube la prima de su seguro de salud de forma exponencial y se encuentran con muchas dificultades para cambiar de compañía o contratar un seguro nuevo. Y cuando lo consiguen, sus pólizas tienen ‘mucha letra pequeña’.

“A partir de los 65 años la oferta de productos es más escasa”, nos dicen desde Selectra, “y los que hay, tienen coberturas más limitadas”. Por ejemplo, “a partir de los 65 la cobertura de incapacidad temporal cesará”, añaden desde Rastreator. Para los mayores, las pólizas “tendrán una serie de requerimientos que en una persona con menor edad no tendrá”.

Para un cliente sénior, será muy complicado obtener un seguro de salud sin copagos, y muchos de los seguros que les ofrecen las compañías, también excluyen la hospitalización.

La patronal habla de “mitos”

Por no evitar la exclusión financiera de las personas mayores, en el acelerado proceso de digitalización, que dejaba atrás a los colectivos más vulnerables, la banca sufrió una gran crisis reputacional hace un par de años, tras la campaña ‘Soy mayor, no idiota’. Algo que el sector asegurador quiere evitar.

La propia patronal de las aseguradoras, Unespa (@UNESPA), ha querido disipar esa idea de que las personas mayores, así como los enfermos graves, son clientes ‘a evitar’ por parte de los seguros privados. En su documento ‘Mitos y realidades sobre el seguro’ sostiene que es falso que las aseguradoras de salud echen a sus clientes cuando son mayores o tienen una enfermedad grave, o que solo tengan clientes jóvenes.

Según Unespa, “las aseguradoras se autorregulan para no oponerse a la renovación del contrato de los asegurados mayores de 65 años o con enfermedades graves que lleven cinco años en la entidad”.

El sector asegurador, en efecto, cuenta con un código de buenas prácticas que así lo regula y que fue impulsado en 2016, precisamente, porque esas situaciones de abuso se estaban dando. La mayor asociación de corredores de seguros en España, ADECOSE (@AAdecose), constituyó entonces un grupo de trabajo con DGSFP y Unespa ante las incidencias detectadas.

…Y los consumidores, de incertidumbre

Lo cierto es que, pese a este código de buenas prácticas, al que están adheridas la mayoría de compañías de seguros de salud (pero no todas, por ejemplo, Cigna no lo ha suscrito) la legislación no obliga. “Estos seguros, te pueden dar de baja”, confirma Joaquín Martínez-Aedo, abogado de Legalitas, especializado en seguros.

“Un seguro de salud es anual prorrogable. Y cuando termina el año automáticamente se prorroga por otro, y así sucesivamente. Ahora bien, hay un artículo que dice que cualquiera de las dos partes, o el asegurado o la compañía pueden oponerse a esa prórroga, si no quieren continuar con el seguro. Eso sí, con unos requisitos: hay que comunicárselo por escrito al otro. Si es el asegurado tendría que hacerlo un mes antes del vencimiento, y si es la compañía, con dos meses de antelación. Hoy por hoy una compañía de salud te dice dos meses antes que no te prorrogo el seguro y se acabó. Lo pueden hacer perfectamente”, detalla el abogado de Legálitas.

La Organización de Consumidores y Usuarios coincide, los seguros de salud son anuales renovables y “muchas aseguradoras no garantizan la renovación”, lo que genera “inseguridad” para los seguros con mayor edad.