Días de mayor contaminación: días de mayor mortalidad

Días de mayor contaminación: días de mayor mortalidad

Hay estudios que demuestran que los días de mayor contaminación son días de mayor mortalidad, y también investigaciones que asocian la contaminación a enfermedades respiratorios, cardiovasculares, neurológicas e incluso oncológicas.

PILAR GONZÁLEZ MORENO – EFE

En 2014, el 92% de la población vivía en lugares donde no se respetaban las Directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la calidad del aire.

De los efectos de la contaminación sabe mucho la doctora Ana Navas, catedrática de salud Ambiental de la Universidad de Columbia, y doctora en Epidemiología por la Universidad John Hopkins.

Las altas tasas de contaminación en Madrid desde hace semanas, que se han extendido a sus afueras, nos ha dado llevado a hablar con ella.

En entrevista a EFEsalud señala que desafortunadamente hay muchísimos datos que demuestran que la contaminación daña muy seriamente a la salud y aqueja a muchos órganos y sistemas del cuerpo no solamente a uno, y los tipos de perjuicios son tanto a largo como a corto plazo”.

“A corto plazo y en situaciones como las que vivimos estos días con unos picos elevados de niveles de contaminantes (partículas finas, dióxido de nitrógeno…), el daño se refleja en los ingresos hospitalarios relacionados con la salud cardiorespiratoria, infartos de miocardio, y ataques agudos en personas con enfermedades crónicas respiratorias”.

Pero también hay perjuicios a largo plazo, y de ellos la especialista destaca el desarrollo de la arterioesclerosis, que posteriormente afecta a la salud cardiovascular.

Contaminación: proteger a las embarazadas

Navas defiende la importancia de proteger a las mujeres embarazadas, porque se sabe que la exposición durante el tercer trimestre “provoca niños con menor peso al nacer “.

También a largo plazo se han visto efectos con cáncer.

“Esto es algo que no se sabía hasta hace poco, la evidencia no estaba clara y un comité del Instituto del Cáncer de la OMS vio hace unos tres años que la exposición a largo plazo de niveles elevados de contaminación ambiental, se asocia a un mayor riesgo de desarrollar algunos tipos de cáncer, incluido el de pulmón”.

“Por lo tanto tenemos muchos datos que certifican que la contaminación ambiental es un problema muy serio para la salud pública. Daña a niños, mujeres embarazadas, adultos, ancianos, nos afecta a todos y hay que hacer un esfuerzo como sociedad para conseguir respirar un aire mejor”.

La contaminación, advierte la experta, tampoco es buena para el desarrollo de la función pulmonar de los niños en su etapa de crecimiento y “cuanto mayor sea la capacidad pulmonar que logres en tu infancia y adolescencia, mejor va a ser a largo plazo”.

“Hay estudios que han demostrado que los niños expuestos a contaminantes ambientales durante largo tiempo consiguen una menor capacidad respiratoria al llegar a la vida adulta. También se asocia la contaminación al desarrollo cognitivo y a los trastornos neurológicos”.

“A nivel neurológico se han visto secuelas. El feto está expuesto porque, a través de la placenta, los contaminantes llegan por vía sanguínea al tejido cerebral”.

Otras investigaciones más recientes, y por lo tanto no todavía definitivas, han apuntado a la asociación de la contaminación con enfermedades diabéticas , “por lo tanto se podría pensar que el páncreas o el tejido adiposo periférico, tan importantes para el desarrollo de la diabetes, podrían verse también afectados”.

Son, concluye, “muchos los efectos a corto y largo plazo y enfermedades asociadas, que afectan en todas las edades y capas de población”.

Uno de los trabajos en los que Navas ha participado se llevó a cabo durante diez años para medir cómo afectaba la contaminación a seis mil personas residentes en seis ciudades de EEUU: California, Baltimore, Nueva York, Los Ángeles, Chicago y Mineapolis.

La contaminación medida era la de las calles en las que vivían las personas objeto del estudio, que se centró específicamente en la calcificación coronaria.

Comprobaron cómo efectivamente producía calcificación coronaria, y como el riesgo empezaba con niveles bajos de contaminación, no hacía falta que fueran muy altos.

Las arterias coronarias que son las que están en el corazón son fundamentales para el riego sanguíneo y no deben estar calcificadas, porque sino la sangre no llega bien al corazón.

La contaminación, concluye, se asocia con un mayor riesgo de mortalidad, “y hay estudios que muestran que los días de mayor contaminación, hay mayor mortalidad”.

CONTAMINACIÓN: CIFRAS Y DATOS DE LA OMS

* La contaminación del aire representa un importante riesgo medioambiental para la salud. Mediante la disminución de los niveles de contaminación del aire los países pueden reducir la carga de morbilidad derivada de accidentes cerebrovasculares, cánceres de pulmón y neumopatías crónicas y agudas, entre ellas el asma.

* Cuanto más bajos sean los niveles de contaminación del aire mejor será la salud cardiovascular y respiratoria de la población, tanto a largo como a corto plazo.

* Las Directrices de la OMS sobre Calidad del Aire ofrecen una evaluación de los efectos sanitarios derivados de la contaminación del aire, así como de los niveles de contaminación perjudiciales para la salud.

* En 2014, el 92% de la población vivía en lugares donde no se respetaban las Directrices de la OMS sobre la calidad del aire.

* Según estimaciones de 2012, la contaminación atmosférica en las ciudades y zonas rurales de todo el mundo provoca cada año 3 millones de defunciones prematuras.

* Un 88% de esas defunciones prematuras se producen en países de ingresos bajos y medianos, y las mayores tasas de morbilidad se registran en las regiones del Pacífico Occidental y Asia Sudoriental de la OMS.

* Las políticas y las inversiones de apoyo a medios de transporte menos contaminantes, viviendas energéticamente eficientes, generación de electricidad y mejor gestión de residuos industriales y municipales permitirían reducir importantes fuentes de contaminación del aire en las ciudades.

* La reducción de las emisiones domésticas derivadas de sistemas energéticos basados en el carbón y la biomasa, así como de la incineración de desechos agrícolas (por ejemplo, la producción de carbón vegetal), permitiría limitar importantes fuentes de contaminación del aire en zonas periurbanas y rurales de las regiones en desarrollo.

* La disminución de la contaminación del aire reduce las emisiones de CO2 y de contaminantes de corta vida tales como las partículas de carbono negro y el metano, y de ese modo contribuye a mitigar el cambio climático a corto y largo plazo.

* Además de la contaminación del aire exterior, el humo en interiores representa un grave riesgo sanitario para unos 3000 millones de personas que cocinan y calientan sus hogares con combustibles de biomasa y carbón.

www.efesalud.com/contaminacion-mortalidad



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