03 Abr Derechos para toda una vida.
Solidaridad Intergeneracional se suma a la Plataforma de Personas Mayores y a HelpAge en esta reclamación e invita a todas las personas a firmar dicha petición en Change.org Envejecer con derechos para lograr esta Convención y también propone al Gobierno español que influya durante la Presidencia europea para que otros países de la UE lo apoyen.
Solidaridad Intergeneracional
Cambiar la mirada social es imperativo para poder ver más y llegar más lejos y a tiempo. Vivimos deprisa tiempos de cambios profundos, lentos como los demográficos o climáticos y rápidos como los tecnológicos que provocan la transformación de las relaciones del mundo que conocíamos. Lo respiramos y sentimos en primera persona, nos adaptamos, pero los arboles a veces no nos dejan ver el bosque.
La igualdad entre personas y sus roles, el éxito de la longevidad cuasi-universal, la concentración de la población y la despoblación; la crisis climática y las alternativas energéticas, la masificación planetaria unida a la inteligencia artificial, junto a la tecnología de la información y comunicación al alcance de la mayoría está revolucionando nuestro lugar en el mundo y se precisan seguridades cuando avanzamos en la sociedad más longeva que se ha conocido. Solo un dato, la mitad de las personas mayores de 65 años que han vivido a lo largo de la historia de la humanidad, están vivas hoy. En 2050 en España el 38% de la población tendrá más de 65 años y habrá en el mundo más de 3 millones de centenarios. La posibilidad de vivir 90 años se universaliza y vivir 3 o 4 generaciones será cada día más frecuente en las familias y la solidaridad intergeneracional será el pan de cada día.
Se envejece desde los 26 años cuando los telomeros comienzan a acortarse y los 65 años como puerta de entrada a la vejez es un invento social relacionado con la pensión de jubilación. Las vejeces son tan distintas como personas existen y homogenizarlas es otra manera cruel de invisibilizar a las personas con más edad.
Ante este éxito de la longevidad surge como gran motor de la economía global, el envejecimiento. Solo en la Unión Europea mueve cerca de 7 billones de euros, genera 90 millones de empleos y representa más del 30% del PIB, generando un cambio de paradigma en la economía, pasando de una «economía del yo» —del poseer, más habitual en el siglo XX— a una «economía del nosotros» —cuyos pilares se fundamentan en el compartir—. La industria que surge al albor de la mayor esperanza de vida está vinculada con la salud, los servicios asistenciales, la gestión patrimonial, la movilidad, la conectividad, la habitabilidad, el ocio, o la industria farmacéutica y biotecnológica, sin olvidarnos de la industria del «rejuvenecimiento».
Tenemos que ser conscientes que el camino que pisamos está en constante movimiento y la sociedad se tiene que reinventar respetando y garantizando los derechos en el transcurrir de todo el ciclo vital, incluida la última parte que podrá abarca un tercio de la vida, y ha de ser disfrutada con autonomía e inclusión social.
En 1948 tras las guerras mundiales catastróficas surgieron instituciones planetarias como las Naciones Unidas donde se alcanzó un gran acuerdo para la humanidad, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que lentamente han ido ratificando los países. Poco a poco se ha ido evolucionando y avanzando en generaciones de nuevos derechos sin costes o con caro sustento para los países, ya que obliga a los Estados que ratifican las Declaraciones a su cumplimiento, incorporando a su ordenamiento jurídico la garantía de los mismos. España ha ratificado la Convención Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad en 2008 y dichos derechos se han trasladado recientemente al ordenamiento jurídico, y ello beneficia a las personas de más edad, ya que son el 60% de las personas con discapacidad reconocida y todas las personas con dependencia reconocida, aunque le falte el trámite del reconocimiento de la discapacidad, que deberían solicitar para acceder a los beneficios.
El mundo está envejeciendo a gran velocidad afectando a todos los continentes y países y se producen con frecuencia discriminaciones por razón de edad o edadismo que no podemos permitir y para ello se ha de exigir a nuestros gobiernos e invitar a la sociedad a reclamar una Convención Internacional de los Derechos de las Personas Mayores para garantizar un futuro con derechos. Ya existe la Convención interamericana sobre la protección de los derechos humanos de las personas mayores, pero se ha de universalizar en base a principios básicos como: Autorrealización, Independencia, Participación, Cuidados y Dignidad. Hemos de reivindicar esta Convención que nos proteja ante los cambios inciertos en el camino de nuestra eternidad.
Solidaridad Intergeneracional entiende qué para defender los derechos en todas las edades, hay que conocerlos y para ello está desarrollando una campaña de comunicación CONOCER PARA SER, ENVEJEVIVIENDO dentro del proyecto Rompiendo Distancias que apoya el Ministerio de Derechos Sociales a través de la convocatoria anual de interés general y social.
Mientras vivimos ocurre la vida y se llena de aciertos y dificultades sin posibilidad de prueba para evitar errores. Solo aprendiendo, desaprendiendo y volviendo a aprender vamos a lograr la calidad de vida que deseamos.