De colonias con abuelos y abuelas.

De colonias con abuelos y abuelas.

Cruz Roja acerca generaciones y estrecha lazos entre 21 niños y jóvenes y 5 personas mayores a través del juego.

Rebeca Ruiz de Gauna

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El papel de los abuelos y abuelas va mucho más allá de cuidar a sus nietos y nietas cuando sus padres no pueden o viajan: «transmiten valores, imparten conocimientos, nuevas experiencias y ofrecen mucho amor«, señala Nuria, técnica de Personas mayores de Cruz Roja, entidad que a través del juego ha acercado generaciones y logrado que niños y jóvenes se vayan de colonias con abuelos y personas mayores. La iniciativa, todo un éxito, tanto para unos como para otros. «Han hecho buena piña», apunta Aida, técnica de Juventud.

Miriam, Jesús, Cruz, Mari Carmen y Luis María se han ido de colonias tres semanas con 21 niños, adolescentes y jóvenes de 8 a 18 años hasta la sede gasteiztarra de la entidad en Portal de Castilla para compartir vivencias. Mayores y niños han estrechado lazos y compartido aprendizajes gracias a una relación entre generaciones cada vez más distanciadas en la sociedad actual.

«Toda relación que nos acerca, nos enriquece y más ahora que muchas personas mayores viven solas o en residencias, ya que se ha perdido ese estilo de vida de antaño en el que varias generaciones de una misma familia compartían el día a día en un único domicilio», apuntan Nuria y Aida.

Con los más pequeños, los abuelos han compartido ginkanas, twister y se han retado a las canicas, chapas, juegos de sillas y de cartas para avivar la memoria. Con los jóvenes, los monitores han ideado un entretenimiento denominado ¿Qué es? Así, alrededor de, por ejemplo, las cintas de vídeo y la plataforma Netflix, mayores y jóvenes han intercambiado las distintas maneras de ver películas de antes y ahora.

O han comparado la forma de relacionarse de las personas en una generación y otra en una verbena de pueblo y en la red social Tik-tok, una manera de interactuar y de ampliar conocimientos que les lleva a reflexionar sobre el papel de las nuevas tecnologías. A saber que son buenas herramientas sabiendo utilizarlas y a ser conscientes de que, además de pasarse horas delante de las pantallas, los chavales tienen que fijarse más en todo lo que tienen a su alrededor.

«Yo no tengo nada qué hacer, puedo venir más días si queréis», decía Mari Carmen a los responsables de Cruz Roja. «¿Van a venir hoy?, les preguntaban, ilusionados, los más txikis a las técnicas. Los niños aportan frescura a los mayores. Y éstos, a su vez, proporcionan calma a los más pequeños. «Nos hemos dado cuenta de que cuando están solos, los niños hablan todos a la vez, gritan y no se escuchan; en cambio, cuando están con abuelos, escuchan mucho más y transmiten respeto«, explican Aida y Nuria.

CARTEARSE

No es la primera vez que Cruz Roja en Álava organiza actividades intergeneracionales. Ya lo hizo con alumnos de un aula de 12 años del colegio Miguel de Cervantes en Navidad. Entonces fue una ronda de preguntas y respuestas que concluyó en varias enriquecedoras reflexiones. Después, abuelos nietos se cartearon, como antes, con papel, boliy sobres para enviar las misivas, algo nunca visto por los nativos digitales.

El balance no puede ser más satisfactorio. «Lo interesante de estas actividades es que promueven relaciones que repercuten en una mejora en las vidas de las diferentes generaciones. Ejemplo de ello es que las personas mayores que participan reconocen que les ayuda a sentirse mejor física y mentalmente y a conservar su sentimiento de utilidad en relación a los demás», concluyen las organizadoras de la iniciativa. «Tenemos una necesidad real de relacionarnos», aseguran Aida y Nuria, como colofón al Día de abuelos, abuelas y personas mayores celebrado ayer.



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