Darse «baños de bosque» mejora la salud, según inmunólogo japonés Qing Li

Darse «baños de bosque» mejora la salud, según inmunólogo japonés Qing Li

Tras largos años de investigación, el inmunólogo japonés Qing Li asegura que ir a pasear por el bosque, lo que él denomina darse «baños de bosque», potencia el sistema inmunitario y previene el cáncer, además de comportar otros «grandes beneficios».

CLARA MARCOS LÁZARO – EFE – BARCELONA

Tras largos años de investigación, el inmunólogo japonés Qing Li asegura que ir a pasear por el bosque, lo que él denomina darse «baños de bosque», potencia el sistema inmunitario y previene el cáncer, además de comportar otros «grandes beneficios» para la salud.

Qing Li, que acaba de publicar en castellano su nuevo libro ‘El poder del bosque. Cómo encontrar la felicidad y la salud a través del bosque’ (Roca Editorial), ha explicado a Efe que el ‘Shinrin-yoku’ (Baños de bosque), -un término creado por la Agencia Forestal Japonesa en 1982- y una tendencia que está empezando a conocerse en España, consiste en conectar con la naturaleza a través de los cinco sentidos mientras se está en el bosque.

El experto cuenta en su libro los resultados y el proceso de investigación, en el que llevó en diversas ocasiones a grupos de doce personas -hombres y mujeres- a varios bosques de Japón y durante dos noches comprobó «mediante extracciones de sangre y de orina» que estar allí les beneficiaba en muchos aspectos de la salud.

Comprobó, por ejemplo, que se les reducía la tensión arterial y el estrés, mejoraba su salud cardiovascular y metabólica, reducían sus niveles de azúcar en sangre, mejoraban su concentración y su memoria, combatían la depresión, recargaban energía, ayudaba a perder peso y estaban de mejor humor.

Qing Li asegura que como beneficio destacable los árboles previenen enfermedades como el cáncer, «ya que son capaces de desestresar y potenciar y defender el sistema inmunitario».

En este sentido, Li afirma que cuando te das un ‘baño de bosque’, las células NK -células que pueden matar a células infectadas por un virus o células tumorales-, aumentan considerablemente, por lo que es posible prevenir la enfermedad, «aunque no curarla».

También ha explicado que aumentan la producción de proteínas anticancerígenas.

«La presencia de granulisina, -proteína anticancerígena-, aumentó en un 48% y otras proteínas como la granzima A, la granzima B o la perforina aumentaron también de forma considerable», resume su experimento.

En el estudio que hizo en el bosque de Iiyama (Japón) se percató de que después de pasar tres días y dos noches en el bosque, las células NK de los participantes habían pasado del 17,3% al 26,5%, es decir, un aumento del 52,6% y el recuento de células pasó de 440 a 661.

Pese a esta afirmación, Li ha querido dejar claro que el ‘baño de bosque’ sirve para prevenir enfermedades, «pero no sirve para curarlas».

El libro explica que si no se puede asistir al bosque se puede ir a la montaña o a la playa, pero Li defiende que la única y mejor manera de «vivir la experiencia del baño de bosque es ir a un bosque», mejor si es con árboles abundantes y altos, porque es la verdadera forma de obtener «más efectos sobre la salud».

«Si vas a la playa, por ejemplo, obtendrás los efectos que produce la relajación, pero no los efectos que se consiguen en el bosque, porque, entre otras diferencias, no hay olores», ha remarcado.

«Si lo que quieres es potenciar el sistema inmunitario es importante pasar dos noches en el bosque. Así, los efectos sobre la salud durarán un mes», ha aconsejado Li, que también recomienda, que si no se dispone del tiempo suficiente, ir una vez a la semana -el efecto duraría una semana-, o, en el caso que no sea posible, «intentar estar dos horas diarias».

Según el inmunólogo japonés, las tres condiciones para conseguir un buen efecto son «la densidad del bosque, es decir que haya muchos árboles, que los árboles sean grandes y que estén dentro de un área grande».

También es importante que la temperatura del bosque sea templada, «para que así haya más fitoncidas» -una sustancia química que emiten las plantas-, ir «después de que haya llovido» y no importa si se va solo o en grupo, pero lo que sí aconseja es «relajarse y caminar despacio».

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