02 May Cuidar la mente de los enfermos crónicos
Las personas con patologías crónicas, comúnmente experimentan problemas de salud mental como ansiedad o depresión. Como resultado de estos problemas, el pronóstico de su patología y su calidad de vida pueden deteriorarse.
Patricia Matey | Madrid
La interdependencia entre la salud física y mental tiene claras implicaciones para los pacientes y debería tenerla, también, para los médicos que les atienden.
El Instituto Nacional para la Salud y la Excelencia Clínica del Reino Unido (NICE, sus siglas en inglés) acaba de dar un paso firme en este sentido con la publicación de un informe en el que justifica la necesidad de abordar los problemas de salud mental de las personas que sufren enfermedades físicas crónicas como asma, patología cardiaca, diabetes, cáncer, hipertensión o artritis.
El documento, ‘Enfermedades crónicas y salud mental. El coste de la comorbilidad’, reconoce que «las personas con patologías crónicas, los usuarios más frecuentes de los servicios de salud, comúnmente experimentan problemas de salud mental como ansiedad o depresión. Como resultado de estos problemas comórbidos, el pronóstico de su patología y la calidad de vida que experimentan puede deteriorarse notablemente. Además, los costes de proporcionar atención a este grupo de personas se incrementan como consecuencia de un cuidado menos eficaz».
Un ejemplo: la depresión es de dos a tres veces más frecuente entre los enfermos cardiacos, incluyendo a los afectados de patología coronaria, angina de pecho, insuficiencia cardiaca, accidente cerebrovascular o tras sufrir un infarto. Otro: las personas con diabetes son entre dos y tres veces más propensas a sufrir esta patología mental que la población general. Los problemas psiquiátricos también son tres veces más comunes en las personas con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), concretamente los trastornos de ansiedad. De hecho, el trastorno de pánico es hasta 10 veces más común en estos enfermos que en el resto de la población.
Más de 15 millones de personas del Reino Unido (el 30% de la población) sufre una patología crónica y dado que estos pacientes tienen entre «dos y tres veces más probabilidades de sufrir un trastorno mental, se estima, en términos absolutos, que cuatro millones de enfermos crónicos padecerá una enfermedad psiquiátrica».
El poder de la mente
Los mecanismos subyacentes en la relación entre salud física y mental son complejos. «La evidencia sugiere que una combinación de factores biológicos, psicosociales, ambientales y de comportamiento pueden estar involucrados. Vale la pena señalar que la relación causal es probable que sea de doble sentido. Si bien este informe se centra en las implicaciones de los problemas de salud mental para personas que ya tienen una enfermedad crónica, existe una fuerte evidencia que apunta a que sufrir un problema de salud mental, como trastornos de ansiedad o depresión, aumenta el riesgo de aparición de una amplia gama de enfermedades físicas», se reconoce en el informe.
En él se defiende, además, que «varios trabajos han sugerido que el estrés crónico tiene un impacto directo en los sistemas cardiovascular, nervioso e inmunológico, dando lugar a una mayor susceptibilidad a una amplia gama de enfermedades. Como resultado de estas asociaciones, las personas con problemas de salud mental poseen entre dos y cuatro veces más probabilidades de morir prematuramente, por culpa de algunas patologías, como las enfermedades cardiovasculares».
Más costes
Entre los puntos clave del informe del NICE destaca «que los costes que se derivan de desatención de los problemas mentales de los enfermos crónicos son importantes. Se estima que el coste total de atención de salud aumenta en un 45% por cada persona con una patología crónica al que se suma un problema mental. Esto sugiere que una 1,21 euros por cada 9,28 que se invierten en estos enfermos está vinculado a una mala salud mental y falta de bienestar».
Unos costes que aumentan, en parte, porque la desasistencia psicológica conlleva el empeoramiento de la sintomatología física, un aumento del número de visitas al médico, más días de hospitalización, peor calidad de vida e incremento de la discapacidad. La atención de un gran número de afectados «podría mejorarse con la integración del cuidado de los aspectos físicos y psicológicos en Atención Primaria y a través de la inclusión de la salud mental en los programas de rehabilitación y cuidado de las personas con patologías crónicas», recuerda el NICE.
Para ello propone el «trabajo coordinado de los especialistas en salud mental con el resto de profesionales implicados. Además, el establecimiento de estos cuidados integrados mejora notablemente los resultados terapéuticos, sin suponer un coste adicional ya que se reducen las visitas al médico, los días de hospitalización….», especifica el informe.
Según los expertos del NICE, se debe «mejorar el enlace de los servicios de psiquiatría en los hospitales, así como proporcionar los conocimientos y habilidades básicas de salud mental a los profesionales de la salud».
Los autores concluyen que el enfoque predominante para apoyar a las personas con patologías crónicas «corre el riesgo de fracasar al menos que reconozcamos el papel que juegan los problemas de salud emocional y mental en la reducción de las capacidades de las personas y la motivación para controlar su salud física».
http://www.elmundo.es/elmundosalud/2012/04/11/neurociencia/1334168828.html