Cuando un paciente logra “pintar” su enfermedad, es que ya la ha asimilado

Cuando un paciente logra “pintar” su enfermedad, es que ya la ha asimilado

* Elegimos los colores según el estado de ánimo, por eso es terapéutico.
* Hay una técnica para cada personalidad: acrílico para expresivos, óleo para reflexivos y acuarela para los que están muy seguros.

Ana Minguella

Según Charo Pérez (Calatayud, 64), pintora y profesora de pintura en Ibercaja, cuando elegimos los colores “expresamos nuestros sentimientos y estado de ánimo”, por eso el color se convierte en una terapia para las personas enfermas. “Cuando logran dibujar su enfermedad, es que ya la han asimilado”.

Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Valencia, explica que a su aula de la Obra Social de IberCaja de Huesca llegó una alumna que había padecido un infarto de miocardio. Al cabo de dos años dibujó un gran olivo viejo y en medio un agujero negro, mientras señalándolo le decía ‘esto es mi infarto’. Al poderlo pintar supo que por fin lo había asimilado.

Profesora de la asignatura ‘La pintura como expresión corporal’, Charo Pérez es a su vez pintora. Ha expuesto en Madrid, Tokio y en la galería Saatchi de Londres, entre otras. Admiraba desde pequeña a Picasso porque “siempre buscaba y hacía cosas distintas”. Le impacta el dibujo de Dalí, expresado especialmente en su surrealismo y opina que Miró es una “incógnita” y Tapies un “revolucionario, que ya es mucho”.

Dibujo y pintura, ¿pueden ir por separado?
Aunque ambas van de la mano, te llevan por caminos distintos. El dibujo puede ser un apoyo de la expresión, que sólo puede hacerse por medio del color. Si elijo una técnica realista, necesitaré a la fuerza el dibujo, pero si quiero expresar emociones, me bastará el color.

¿Se puede aprender a dibujar?
Se requieren cualidades innatas y si se aprende de adulto, se necesita mucha dedicación y tiempo.

¿A qué edad recomienda empezar?
A partir de un año cuando un niño ya puede coger un lápiz para hacer una raya o un lapicero de color para emborronar. Y si empieza por las paredes del pasillo no aconsejo reñirles – a no ser que sea una gamberrada- porque está demostrando que se siente orgulloso de algo que ha hecho y lo muestra.

¿Qué puede aportar el color a nuestra vida?
¡Todo! Expresar lo que llevamos dentro, liberar nuestros sentimientos, mientras disfrutamos usándolos. En realidad lo hacemos de forma inconsciente.

Entonces, ¿pintar puede ser terapéutico?
Cuando un alumno elige por ejemplo el rojo es que está expresando una fuerza enorme interior que le da pudor sacarla de otra manera. Al hacerlo así, se libera y por eso es terapéutico.

¿Tanto nos influyen los colores?
Si te rodeas de colores vivos, estarás más alegre y si lo haces de grises, te irás apagando sin que te percates. Los habitantes de los países nórdicos son más tristes y menos comunicativos que nosotros los latinos, porque estamos rodeados de mar, luz y color. Si no hay sol, no hay luz; y si no hay luz, no hay color.

¿Elegimos el color según nuestro estado de ánimo?
Cuando una persona elige colores neutros (los que combinan con todos), ocres o grises, es porque algo triste pasa en su interior. Al liberar esa tristeza, con el tiempo va liberando esos tonos y mezclándolos con otros más vivos.

¿Y hay también una técnica para cada tipo de persona?
El primer día de clase entrego un papel en blanco a los alumnos para que lo emborronen. A partir de ahí, les voy recomendando una técnica u otra según lo que veo en la lámina.

¿Por ejemplo?
A una persona de gestos rápidos, impulsiva, expresiva, le recomiendo la técnica acrílica. A un reflexivo, el óleo y la acuarela a una persona de ideas muy claras y muy segura de lo que hace, porque no admite rectificación. Por eso, hay alumnos que han venido a hacer acuarela y han acabado en acrílico.

¿A qué pintor admira?
A Leonardo Da Vinci porque dominaba todas las artes: dibujo, anatomía, escritura y hasta inventaba. Alguien así no ha vuelto a repetirse, era un auténtico genio. Impulsó además la pintura como arte, considerada hasta entonces como artesanía, es decir, un oficio.

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