02 Mar CORREN TIEMPOS DE CAMBIOS E INCERTIDUMBRES
Ana Isabel Esteban
Presidenta de Solidaridad Intergeneracional
Deprisa, deprisa y no llegamos a tiempo. La vida corre desbocada como si no hubiese un mañana y vamos tras ella al ritmo de las noticias que nos creemos porque nos las cuentan nuestros amigos, o seguidores en las redes sociales.
Solo llevamos 22 años del Siglo XXI y son abrumadoras las transformaciones que estamos viviendo a un ritmo desbordante: digitalización, crisis climática, energías renovables, movilidad o alimentación sostenibles… que nos generan ansiedad, inseguridad e infelicidad demasiadas veces.
Si esto fuera poco y sin acabarnos de recuperar de la crisis económica de 2008, emerge una pandemia que se expande por el planeta globalizado en unas pocas horas de avión y vemos como se paraliza el mundo que conocemos durante dos años, y ahora que comenzaban a gestionarse los Fondos de Nueva Generación de la Unión Europea para impulsar la economía que está en el chasis, nos despertamos con una guerra en el continente Europa, que nada bueno nos va a traer.
Estas luchas de poder que vivimos, me recuerdan a los documentales de animales de tve2. Siempre comiéndose unos a otros, ¡es la ley de la selva! dicen, o luchan por el poder en la manada a la que pertenecen, para procrear y dejar tus genes en las generaciones futuras.
Avanzamos a buen ritmo en ciencia y tecnología, pero en cambio, que lentos somos con los avances en otros ámbitos tan humanos como son los derechos de las personas. La mayor discriminación no es por ser negro, o mujer o persona mayor… la mayor discriminación es ser pobre. Y cuanto más pobre, mayor es tu vulnerabilidad y más afecta a las personas que la sufren. Pasar hambre cuando eres pequeño te reduce el tamaño del cerebro. No acceder a la educación y a la formación técnica mínima te asegura la marginalidad y una vida llena de dificultades. Trabajar cuidando de los tuyos durante años sin reconocimiento salarial, te garantiza la pobreza en la vejez, y esto le está ocurriendo a 480.889 cuidadoras, mujeres de la familia que facilitan la permanencia en el hogar y solamente 59.595 de ellas cotizan a la seguridad social para contar con una pensión.
SI LO ANTICIPAS, PODRÁS PAGAR AL FAMILIAR QUE TE CUIDA
Desde septiembre de 2021 que entro en vigor la Ley 8/2021 cualquier persona, preventivamente, puede dejar dicho cómo quiere ser cuidada, dónde, quién, qué hacer con sus bienes, e incluso la retribución de la persona que le cuide, cuando ya no pueda decidirlo. Esta medida está prevista para personas con ciertas Discapacidades como le ocurre al 40% de las personas mayores. También beneficia a 926.267 personas mayores con dependencia de Grado II o III. El mandato preventivo en escritura pública ante notario garantiza el sistema de cuidados. El testamento económico es otra escritura que reparte los bienes sin cargas, según las normas diferentes que existen en cada Comunidad Autónoma.
Si no quieres empobrecer a la persona que te va a cuidar, anticípate y deja dicho que el trabajo se paga porque si no, es explotación familiar que empobrece a quien cuida, que casualmente es una mujer de tu familia.