28 Sep Cómo reconocer y actuar ante los primeros síntomas de la demencia.
Se trata de un síndrome que suele aparecer y desarrollarse despacio, pasando por diferentes fases.
S.F
La demencia es una enfermedad de carácter crónico o progresivo que se caracteriza por el deterioro de la función cognitiva, afectando a la memoria, el pensamiento, la orientación, la comprensión, el cálculo, la capacidad de aprendizaje, el lenguaje y el juicio.
Aunque comúnmente afecta a los mayores, puede darse en personas en cualquier franja de edad. Aunque esta forma parte de los principales factores de riesgo, también existen otros, como pueden ser los antecedentes familiares o la falta de ejercitación cerebral.
«Con la edad es común sufrir pérdidas de memoria, pero esto no significa que el envejecimiento vaya ligado a la demencia. Para que se pueda considerar como tal, deben manifestarse al menos dos problemas en las funciones neuronales como, por ejemplo, la pérdida de memoria y la dificultad de lenguaje», explica David Curto, director Médico, Calidad e Innovación de Sanitas Mayores.
Existen una serie de síntomas de la demencia que pueden ayudar a actuar con rapidez ante su aparición. Algunos de ellos son:
· Aspectos cognitivos como desorientación, alteración de la memoria, déficit de atención, alteración del lenguaje, apraxias o agnosias.
· Desorientación temporal, espacial y de personas.
· Déficit de atención y pérdida de habilidades sociales.
· Alteración de la memoria a corto y largo plazo y dificultad para llevar a cabo actividades de memorización.
· Alteración del lenguaje y problemas de comunicación.
· Alteraciones conductuales que pueden deberse a la propia demencia o por causas ligadas al dolor o al efecto de algunos fármacos.
· Apraxias: incapacidad para ejecutar tareas motoras intencionadas y aprendidas pese a la capacidad física y a la voluntad de hacerlo.
· Agnosia: incapacidad de reconocer estímulos ya aprendidos.
Asimismo, la demencia es un síndrome que suele aparecer y desarrollarse despacio, pasando por diferentes fases. «En la fase inicial existe un daño cognitivo leve. La memoria a corto plazo se deteriora, la capacidad de aprendizaje se vuelve complicada y comienzan las primeras dificultades con el lenguaje. En la fase intermedia, el deterioro cognitivo es moderado. La memoria a largo plazo comienza a fallar, aunque no la han perdido totalmente, ya no son capaces de aprender o recordar información nueva y aparecen dificultades para mantener su conocimiento del espacio», explica Curto.
Por último, el director Médico, Calidad e Innovación de Sanitas Mayores señala que, en la fase más avanzada, «el deterioro cognitivo es irreversible. «Los pacientes pierden la memoria a corto y largo plazo. En estas fase, donde la persona pasa a ser totalmente dependiente, es necesario que sea asistida por personal especializado, en centros adaptados si fuese posible».
No existe un remedio infalible para prevenir la demencia, pero hay medidas a adoptar pueden llegar a ser de gran utilidad. Realizar actividades de agilidad mental y tener una vida social activa son dos factores que pueden ser muy importantes para asegurar un envejecimiento digno. Asimismo, es importante controlar la presión arterial y el colesterol, y se recomienda seguir una dieta saludable con cantidad suficiente de vitamina D, así como prescindir del tabaco en la medida de lo posible.