24 Sep Cómo puedes ayudar a tu hijo en su adaptación a la escuela infantil en tiempos de coronavirus.
La incorporación al entorno escolar en las circunstancias actuales supone muchos cambios en las familias, indican desde la escuela infantil El Mundo de Mozart.
S.F
La incorporación al entorno escolar en las circunstancias actuales supone muchos cambios en las familias (tanto en los padres como en los hijos) y desencadena una serie de comportamientos que pueden dificultar este periodo de reincorporación después de tantos meses. Quizás, el problema principal se da, cuando los padres transmiten a su hijo, sus miedos e inseguridades.
Sin duda es duro para unos padres separarse de su hijo, ahora bien, si se lo transmiten al pequeño con actuaciones como por ejemplo: llorar en la puerta o abrazar con mucha fuerza reteniéndoles e impidiendo que se vayan con la profe, el efecto que consiguen es transmitir a los niños esa angustia y dificultar los primeros momentos.
Algunas familias también recurren a los premios (chocolates, chucherías…) para que se queden en el cole o les mienten sobre el tiempo que van a estar en la escuela. En la recogida, otra actuación de los padres que dificulta la adaptación del niño es preguntar repetidamente si ha llorado, comido o dormido bien, es decir, interesarse solo en aquello que puede ser lo que más le esté costando al pequeño, en vez de poner el foco en las actividades que ha realizado y lo que ha ya podido disfrutar.
¿Qué motiva este comportamiento?
Este tipo de comportamientos están impulsados por emociones y creencias que se activan cuando unos padres dejan a su pequeño en el centro escolar. El miedo a que «sufra», «enferme», es una emoción normal a escuchar y saber canalizar para que no condicione la forma de despedirse y dificulte el proceso de adaptación a la nueva situación.
Estas emociones son absolutamente normales, la clave está en tomar conciencia de ellas y saber cómo liberarlas para que, tanto padres como hijos, puedan vivir el tiempo de separación cotidiana con tranquilidad y como un espacio de desarrollo personal que luego podrán compartir y disfrutar al reencontrarse.
Recomendaciones para evitar este tipo de situaciones:
La Disciplina Positiva nos ayuda a afrontar esta nueva normalidad ya que nos facilita herramientas para poner nombre a lo que se está sintiendo al separarse del hijo: ¿es miedo? ¿es tristeza, culpabilidad, frustración? Una vez identificada la emoción, decirse a uno mismo que nuestro hijo va a estar bien, va a disfrutar del proceso de ir descubriendo este maravilloso mundo y de las relaciones con otras personas y que al recogerle cada día de la escuela, podremos seguir disfrutando con él/ella, de sus pequeños grandes avances con energía renovada, libres de culpabilidad, miedo y frustración, centrados en compartir con él/ella un tiempo de calidad que refuerce nuestro vínculo familiar y que nos dé tranquilidad y seguridad para los momentos de las pequeñas separaciones.
¿Cómo se podría apoyar a los padres desde los centros educativos?
Por parte de la escuela, lo principal es trasmitir a padres y madres seguridad y tranquilidad, resolver sus dudas y acompañarles en este proceso. Tanto los niños como los padres necesitan un tiempo de adaptación a la nueva situación.
Además, es importante observar cada día cómo está cada niño al entrar, dentro del aula y al salir de la escuela o colegio y en función de esta información, personalizar las acciones a realizar de forma conjunta con la familia y así ayudar al pequeño en su proceso de adaptación.
Este tiempo es diferente en cada caso, ahora bien, conviene saber que de forma media, el cerebro necesita 22 días para aceptar un cambio y que hay personas que necesitan menos y otras, según su sensibilidad, carácter y experiencias previas vividas, un poco más.
La clave en estos primeros días es trasmitir confianza y amor tanto a los niños como a sus padres.
¿Es un tema a reforzar durante todo el curso escolar o solo a comienzos del curso?
Ciertamente, cuando ya se ha realizado el proceso de adaptación a la escuela y los padres ven al hijo entrar y salir contento, pueden pensar que la prueba «está superada», sin embargo, conviene tener presente que habrá situaciones que requieran tomar conciencia de nuevo de lo que se está sintiendo y entender que al pequeño le cueste quedarse en la escuela o colegio. Algunas de estas situaciones son la vuelta de un puente largo, las vacaciones de Navidad, Semana Santa o bien cuando el niño/a ha pasado unos días malito y se ha quedado en casa con la abuela, el padre, la madre, etcétera.
Por eso, la recomendación de todo el equipo de El Mundo de Mozart «pasa por integrar la escucha de las emociones como algo cotidiano y entender que la vida es un proceso que se vive paso a paso y del que aprender para disfrutar a tope cada momento».