Comer rápido aumenta el riesgo de sufrir un ataque cardíaco.

Comer rápido aumenta el riesgo de sufrir un ataque cardíaco.

Las prisas a veces nos hacen engullir en lugar de comer.

Javier Anula

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Seguir una dieta sana es fundamental para llevar un estilo de vida saludable. Sin embargo, en ocasiones, cumplir este propósito no depende únicamente de los alimentos que componen nuestro menú, sino del tiempo que invertimos en comerlos y el modo en que lo hacemos.

“El proceso digestivo comienza en la boca con la trituración de los alimentos. Si nos saltamos este paso podemos alterar nuestra digestión y sufrir molestias estomacales”, explica Laura Girona, nutricionista especializada en nutrición clínica y deportiva y portavoz de CODINUCAT.

El proceso de masticación no sólo tritura los alimentos, también forma parte del proceso de digestión, ya que a medida que se mastica se liberan enzimas que «preparan la comida» para facilitar el proceso de digestión en el estómago. Cuando empezamos a comer, la hormona responsable de la saciedad tarda aproximadamente 20 minutos en informar al cerebro de que estamos llenos. Pero las prisas a veces nos hacen engullir en lugar de comer.

Según un estudio reciente de la Universidad de Hiroshima en Japón las personas que comen rápido tienen un 5,5% más de probabilidades de desarrollar síndrome metabólico, un conjunto de alteraciones del metabolismo que ocurren simultáneamente y que aumentan el riesgo de enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular y diabetes tipo 2.

Ultraprocesados, alimento ‘letal’

Ingerir más de cuatro raciones diarias de alimentos ultraprocesados incrementa en un 62 % el riesgo de mortalidad, independientemente de otras causas. Es más, por cada ración adicional el riesgo crece un 18 %.

Estudios previos ya habían encontrado en los ultraprocesados el origen de numerosos problemas cardiometabólicos. Esta es la principal conclusión de un estudio en casi 20.000 graduados universitarios de toda España que forman parte del ‘Seguimiento Universidad de Navarra’ (SUN), dirigido por Miguel A. Martínez-González, del Centro de Investigación Biomédica en Red de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBEROBN).

El trabajo, publicado en el British Medical Journalrecoge el consumo de alimentos y bebidas durante 15 años (1999-2014) de 19.899 voluntarios (12.113 mujeres y 7.786 hombres), a través de un cuestionario de frecuencia. En el tiempo analizado se produjeron 335 muertes.

Maira Bes-Rastrollo, autora principal e investigadora en la Universidad de Navarra, afirma que «estudios previos ya habían encontrado en los ultraprocesados el origen de numerosos problemas de salud cardiometabólicos, como un aumento de riesgo de sobrepeso e incluso depresión«.

Según la clasificación NOVA, los alimentos ultraprocesados son formulaciones industriales elaboradas a partir de ingredientes refinados (azúcar, almidones, aceites vegetales, sal) o sintetizados (grasas trans, proteína hidrolizada, aditivos), y no contienen ningún alimento entero reconocible.



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