05 May Ciudades «amigables» para una población cada vez más envejecida
España tiene que estar preparada para la dependencia, según advierte The Family Watch.
CARLOTA FOMINAYA – MADRID
Necesitamos ciudades pensadas por y para las personas de edad. Esta es la conclusión principal de la jornada «Ciudades amigables con las personas mayores y dependientes» organizadas ayer por The Family Watch con el apoyo de la Secretaría de Estado de Servicios Sociales e Igualdad y la colaboración de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), el IMSERSO y la Fundación ONCE. España cuenta ya con 180 ayuntamientos reconocidos con esta catalogación, recibida tras certificar que poseen «un entorno urbano integrador y accesible que fomenta ante todo el envejecimiento activo», explicó Luz Cid Ruíz, adjunta a la Secretaría General del Imserso. «Para conseguirlo han hecho políticas que han reconocido la diversidad de este colectivo, han promovido una cultura de inclusión compartida por personas de todas las edades, que respeta sus decisiones y opciones de vida y se anticipa y responde de manera flexible a sus necesidades y preferencias», añadió.
Mejorar la «reserva fisiológica»
Esto no significa incluir únicamente, explicó José Luis Borau Jordán, jefe del departamento de Accesibilidad al Medio Físico de la Fundación ONCE, «medidas urbanísticas tales como la construcción de rampas, vados y pavimentos especiales, aceras adecuadas o plataformas que faciliten el paso. También deben reunir espacios al aire libre, lugares de ocio para todos y un buen transporte que invite a moverse por la ciudad como fórmula de prevención», aclaró.
Los datos del envejecimiento de la población en España avalan esta creciente demanda: Según el INE, un 18% de la población española es hoy mayor de 65 años, cifra que ascenderá al 25% en 2019. «En 2050 seremos el país más envejecido del mundo. Esta realidad, cada vez más cercana, nos obliga a estar preparados para la dependencia», remarcó durante la cita el médico geriatra del Centro de cuidados Laguna, Javier Gómez Pavón. Y la mejor forma de prevención, advirtió, es «hacer acopio de “reserva fisiológica” para poder responder en las mejores condiciones físicas posibles ante cualquier evento o contrariedad como una caída, una enfermedad, etc».
Envejecimiento activo
El envejecimiento activo, insistió Gómez Pavón, «está íntimamente ligado a la calidad de vida en la vejez. Apostar por ello nos hace envejecer de forma óptima y nos ayuda a ser dependientes cada vez más tarde. Hace apenas unos años la media de edad de las personas mayores dependientes era de 71 años; hoy está en 75. Afortunadamente, cada vez envejecemos mejor y con mayor autonomía». En esta línea, prosiguió este doctor, «debemos fomentar el envejecimiento activo desde la edad adulta, antes de que llegue la jubilación. Hay que dejar atrás cuanto antes los malos hábitos (como fumar), fomentar mejores relaciones sociales y tener una actitud positiva que nos ayude a tener el mejor pronóstico de vida posible», aclaró. Realizar acciones de voluntariado, concluyó Mar Garrido, directora gerente de la Fundación Desarrollo y Asistencia, «puede ser otra de las actividades claves para lograr este objetivo».
En España son ya 108 ayuntamientos adheridos a esta red
Con espacios al aire libre, entornos urbanísticos accesibles, un ocio y una cultura para todas las edades, buen transporte, apoyo de la comunidad y de los servicios sociales y de la salud… Así es una ciudad «amigable» con las personas mayores, según el proyecto desarrollado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que promueve el Imserso en España y al que pertenecen ya 108 ciudades españolas. Se trata de localidades que apuestan por la creación de entornos y servicios que faciliten un envejecimiento saludable entre sus habitantes.
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