Cinco tabús que se deberían romper en la atención a personas mayores

Cinco tabús que se deberían romper en la atención a personas mayores

La Sociedad Aragonesa de Geriatría celebra este miércoles una jornada de puertas abiertas en el Centro Joaquín Roncal de Zaragoza bajo el título ‘Mayores activos, participativos y visibles’

P. BERNÉ – ZARAGOZA

En geriatría no solamente se trabaja con personas enfermas o en situación de fragilidad, sino que existen diferentes situaciones a las que profesionales de muy diversas disciplinas tratan de dar respuesta con su trabajo diario.

«Como terapeuta ocupacional siempre prescribo tres cosas: caminar, ejercicio mental y actividad social», asegura Jesús Marta, portavoz de la Sociedad Aragonesa de Geriatría y miembro de Gesto Terapia.

A través de las jornadas ‘Mayores activos, participativos y visibles’, que se celebran este miércoles en el Centro Joaquín Roncal de Zaragoza, él y otros profesionales tratarán de romper los tabús que existen en la asistencia a estas personas brindando una serie de pautas para mejorar la atención a los mayores.

* Prevenir un posible deterioro. «El envejecimiento activo parte de la base de una buena salud previa, pero el no hacer nada -entendido como la ausencia de actividad física- provoca una aceleración de esos posibles perjuicios», asegura Jesús Marta, quien recomienda a los mayores participar en actividades que repercutan en su salud física y emocional, ya sea el hecho de salir a caminar en grupo, formar parte de una asociación de vecinos, asistir a un centro de mayores o ser voluntario de un Banco de Alimentos. El primer paso -añade la doctora Clerencia- pasa por identificar en la labor preventiva a los ancianos «sanos» y enseñarles las medidas que pueden llevar a cabo para no ser dependientes. «Debemos trabajar la prevención en los sanos y la intervención en los frágiles a la hora de calibrar esa balanza que nos lleva, por un lado, a la vulnerabilidad», puntualiza esta geriatra del Servet.

* Adquirir nuevos hábitos y recuperar aficiones. «Otro tabú a derribar es el hecho de pensar que a partir de una edad ya no se pueden aprender o adquirir nuevos hábitos», subraya el terapeuta ocupacional Jesús Marta, quien asegura que en sus años de experiencia ha visto a muchos mayores que, dentro de sus posibilidades, han vuelto a correr, a dibujar o a aprender idiomas a una avanzada edad. En este sentido, Jesús apunta al desarrollo de actividades intergeneracionales que repercutan en la salud emocional de los mayores y ayuden a prevenir el aislamiento social. «Las actividades intergeneracionales son muy beneficiosas para mayores y niños porque cambian totalmente la visión que tienen de ellos otras generaciones. Ahora vivimos un rechazo hacia las personas de este grupo de edad y estamos perdiendo ese ‘background’ que nos aporta la experiencia y todo lo que podemos aprender de una persona mayor», asegura Mercedes Clerencia, presidenta de la Sociedad Aragonesa de Geriatría y Gerontología. A través de diferentes proyectos, como el llamado ‘Parques con Corazón’, ‘Canas y Canicas’ o el programa ‘Participa-Acción’, el Ayuntamiento de Zaragoza ha impulsado el encuentro generacional e intergeneracional -de mayores y niños- y su implicación en diferentes actividades en la ciudad. «El año pasado, mayores del barrio de San José pudieron recorrer y conocer su entorno -el Parque de la Memoria- a la par que lo visitaban los chavales de varios colegios de la zona», informa Jesús, quien insiste en que las actividades intergeneracionales no son algo nuevo y sus beneficios quedan demostrados con numerosos ejemplos. «Hace 11 años, en una residencia de Las Fuentes, montamos un huerto que cuidaban los mayores y hacíamos partícipes a los niños, que venían a aprender y a recoger las fresas», relata en alusión a aquella «enriquecedora experiencia». Recientemente, en el taller de terapia ocupacional de otra residencia de Zaragoza, contaron con la participación de un artista urbano que implicó a mayores y niños en la realización de un grafiti.

* Brindar la posibilidad de decidir. Otro de los ‘tabús’ que enfrentan quienes trabajan en geriatría atañe a la «obligación» que tienen cada vez más personas mayores en relación al cuidado de los nietos. «Vemos que hay muchos abuelos que tienen su agenda asociada a ellos y a veces te lo narran como un estrés no elegido. Ese estrés lo puede gestionar el adulto, pero no una persona mayor con achaques», subraya este profesional zaragozano al hablar de estas situaciones cada vez más «recurrentes» en las que «se debe brindar al mayor la capacidad de elegir y decidir por sí mismo».

* Evitar la ‘infantilización’ de los mayores. El trato infantil que a menudo se da a los mayores en situación de dependencia es considerado por los expertos como una forma de «maltrato» al mayor. «Dirigirse a él con diminutivos como Juanito o Manolito es una manera de infantilizar a un anciano que hasta sus 80 o sus 90 años ha sido ‘Don Juan'», advierte este terapeuta antes de ofrecer el siguiente consejo: «hay que preguntarse si realmente esa forma de dirigirnos a ellos les haría sentirse bien en una situación de normalidad». En este sentido, los expertos recomiendan que la persona mayor -a pesar de sus limitaciones- se sienta activo en igualdad. «A veces, en las residencias, los ponemos a colorear al pato Donald o a Mickey Mouse siendo que son dibujos que no les dicen nada. Si como profesional consideras que necesitan trabajar eso, hay que buscar objetos significativos -como un arado, en el caso de un hombre de campo- y adaptar a ellos los recursos que tienes sabiendo que delante está el agricultor, el médico, el panadero, el frutero o la persona que sea con un bagaje profesional detrás», recalcan. Desde su experiencia profesional, este terapeuta ocupacional destaca el papel que desempeñan los niños a este respecto. «Mientras que la sociedad en general ve a los mayores de una determinada manera y les cuelga etiquetas al hablar con ellos, los más pequeños les lanzan estímulos de manera natural, le piden situaciones físicas que igual como profesionales no les pediríamos y que el mayor, sin embargo, acepta con entusiasmo, porque se siente activo en igualdad».

* Romper la visión de estas personas como seres asexuales. El tema de la sexualidad es a juicio de este especialista otro de los temas ‘tabús’ que se deben romper en la atención a personas mayores. «He tenido a pacientes y usuarios que hasta que no han confesado su sexualidad, veías que fallaba algo en la comunicación de terapia», asegura este especialista. La ‘Fundación 26 de diciembre’, una asociación madrileña que está empezando a gestionar una residencia para el colectivo de gays y lesbianas, participará también en estas jornadas de puertas abiertas en el Joaquín Roncal con el objetivo de «dar visibilidad a la situación de vulnerabilidad de estas personas y evitar que vuelvan así al armario en la vejez».

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