06 Ago Casi la cuarta parte de las adolescentes del mundo ha sufrido violencia de género, según alerta la OMS.
Un análisis comparativo de la situación en 161 países revela que un 16% de las jóvenes de entre 15 y 19 años ha sufrido agresiones físicas o sexuales en el último año.
2024. El Periódico
Patricia Martín
Aunque la situación varía mucho entre unos países y otros, un estudio elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y publicado este martes alerta de que casi una cuarta parte de las adolescentes del mundo, en concreto el 24% y por lo tanto cerca de 19 millones de chicas de entre 15 y 19 años, han sufrido violencia de género, física o sexual, en algún momento de su vida. Y casi una de cada seis, el 16%, ha sufrido golpes o agresiones sexuales por parte de sus parejas o exparejas en este último año.
La investigación ha sido publicada en ‘The Lancet Child & Adolescent Health’ y revela que la prevalencia de la violencia de género es menor que en el conjunto de las mujeres de entre 15 y 49 años, que un estudio de la OMS de 2018 cifró en el 27% a nivel mundial, pero es mayor si se tienen en cuenta las agresiones machistas del último año: 16% en adolescentes frente a un 13% en mujeres hasta la cincuentena.
España, país pionero en la lucha contra la violencia machista, figura entre los países con menos delitos de género, con entre un 6% y un 14% de incidencia global y entre un 0% y un 4% en el último año.
Este último dato demuestra, según destacan los especialistas de la Organización Mundial de la Salud que han realizado el informe, que las adolescentes son más “vulnerables a las relaciones abusivas” y machistas, sobre todo en los países más pobres y donde existen graves desigualdades entre hombres y mujeres.
De hecho, se trata de la primera investigación internacional que permite comparar los índices de violencia persistentes en 161 países del mundo, de todas las regiones, utilizando datos recopilados entre 2000 y 2018. Los resultados muestran que existen grandes diferencias en la prevalencia de este problema estructural, aunque ningún país puede cantar victoria y está camino de eliminar completamente las agresiones contra mujeres y niñas en la fecha límite que marcan los Objetivos de Desarrollo Sostenible de 2030.
“La violencia en pareja empieza de manera alarmantemente temprana para millones de mujeres jóvenes en el mundo”, alerta la doctora Pascale Allotey, directora de Investigación y Salud Sexual y Reproductiva de la OMS.
Las regiones con más violencia de género hacia las adolescentes son Oceanía, con un 47% de las jóvenes afectadas, o la África subsahariana, con un 40%. Mientras que las tasas más bajas se registran en el centro de Europa (10%) y Asia central (11%).
España, país pionero en la lucha contra la violencia machista, se encuentra entre los países con menos delitos de género, con entre un 6% y un 14% de incidencia global y entre un 0% y un 4% en el último año.
Los factores de riesgo
La investigación indica que la prevalencia es más alta a la media (un 24%) en 48 países, donde la cuarta parte o más de las adolescentes ha sufrido violencia física o sexual de sus parejas, mientras que en 15 países europeos la tasa se sitúa entre el 0% y el 4%.
En resumen, la incidencia es mayor en países con rentas más bajas, donde el índice de niñas que cursan educación secundaria es menor y donde no hay plena igualdad entre hombres y mujeres en el acceso a la propiedad y la herencia.
El matrimonio infantil “aumenta significativamente” el riesgo de sufrir violencia, ya que las diferencias entre los cónyuges “crean desequilibrios de poder, dependencia económica y aislamiento social»
El estudio pone de manifiesto que el matrimonio infantil (antes de los 18 años) “aumenta significativamente” el riesgo de sufrir violencia física o sexual, ya que las diferencias de edad entre los cónyuges “crean desequilibrios de poder, dependencia económica y aislamiento social, lo cual aumenta la probabilidad” de que las mujeres sufran agresiones.
Según la OMS, el matrimonio infantil sigue siendo frecuente en muchas partes del mundo, de forma que en torno al 19% de las mujeres de entre 20 y 24 años se han casado antes de los 18. En concreto, es una práctica extendida en África subsahariana, Asia meridional (30%), América Latina y el Caribe, Medio Oriente y norte África y Asia oriental y central.
Los expertos reclaman garantizar la educación secundaria a las niñas, planes de igualdad y poner fin a prácticas como el matrimonio infantil
Y el problema es que el matrimonio infantil a menudo coexiste con otras costumbres que perpetúan la desigualdad, como la existencia de la dote, que puede ser un incentivo para que las familias pobres casen a sus hijas antes de los 18. Además, el matrimonio infantil provoca abandono de la educación, embarazos tempranos y “exacerba” la dependencia económica y social” de las mujeres.
La investigación pone también el acento en que la adolescencia es un periodo crítico y de mayor vulnerabilidad, donde la violencia y dominación de los hombres sobre las mujeres más jóvenes puede tener “efectos devastadores” en su salud, su educación y su futuro. Así, aumenta la posibilidad de padecer lesiones, depresión, ansiedad, embarazos no deseados o infecciones de transmisión sexual.
Las agresiones aumentan la posibilidad de padecer lesiones, depresión, ansiedad, embarazos no deseados o infecciones de transmisión sexual
Por todo ello, la OMS considera que “la violencia en pareja es un problema grave de salud pública mundial en todos los países y regiones” y destaca la urgente necesidad de actuar con medidas de prevención, acciones para reforzar los derechos de las mujeres y las niñas y programas educativos sobre las relaciones sanas igualitarias.
«El estudio muestra que para poner fin a la violencia, los países necesitan implementar políticas y programas que aumenten la igualdad», subraya la autora principal de la investigación, Lynnmarie Sardinha, de la oficina de datos y medición de la violencia contra las mujeres en la OMS.
“Esto incluye garantizar la educación secundaria para todas las niñas, la igualdad en derechos y poner fin a prácticas nocivas como el matrimonio infantil, que a menudo están respaldadas por las mismas normas de género inequitativas que perpetúan la violencia”.
A su vez, María Pilar Matud Aznar, catedrática de Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos en la Universidad de La Laguna, en declaraciones al Science Media Centre España, apunta que los resultados de la violencia en pareja y su asociación a factores contextuales de cada país muestran que las agresiones machistas “pueden ser prevenidas y erradicadas” con políticas que aumenten la igualdad de género.