Cambios en la retina que podrían suponer la aparición de alzhéimer.

Cambios en la retina que podrían suponer la aparición de alzhéimer.

Un estudio afirma que existe correlación entre el deterioro cognitivo y el estado de la retina.

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Cada vez más estudios buscan en el estado de la retina información valiosa sobre el estado de salud del cerebro. Un correcto análisis de la retina puede adelantarnos un cambio en el diagnóstico cognitivo de un paciente incluso antes de realizarle pruebas médicas cerebrales. Ahora, un estudio de la Universidad Complutense de Madrid trata de desentrañar algunas de estas claves de la conexión cerebro-ocular.

La enfermedad del futuro

El alzhéimer sigue siendo en muchos aspectos una enfermedad sin cura que ya padecen el 60% de los 50 millones de personas con demencia. La Organización Mundial de la Salud ha previsto que en el año 2050 se habrán triplicado las personas que padecen alzhéimer en todo el mundo.

Por esta razón, cualquier elemento que pueda adelantar indicios de la enfermedad, tendrá ventajas tanto en el paciente como en la investigación sobre la demencia. Siendo la retina un tejido fácilmente accesible, son varias las investigaciones que buscan la correlación que puede tener con el alzhéimer.

Estudio del ojo y el cerebro

El último estudio, publicado en Alzheimer’s Research & Therapy y liderado por el Instituto de Investigaciones Oftalmológicas Ramón Castroviejo (IIORC) de la UCM, ha estudiado precisamente estas correlaciones. La principal conclusión de la investigación es que, en sujetos cognitivamente sanos pero que tienen alto riesgo genético para el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer, existe una estrecha vinculación entre la retina y varias estructuras cerebrales que sufren cambios en esta enfermedad, como son el córtex entorrinal, el giro lingual y el hipocampo.

«Esto hace que la retina, que es un tejido fácilmente accesible, pueda proporcionar información del estado del cerebro, así como de los cambios que se estén dando en él», destaca Inés López Cuenca, investigadora del IIORC y primera autora del trabajo.

En clave genética

Para llevar a cabo la investigación, se incluyeron a un grupo de pacientes cuyos padres o madres padecían alzhéimer y que tenían una mutación del gen ApoE 4, que predispone a sufrir la enfermedad. En el IIORC se les realizaron exámenes oftalmológicos y se cruzaron con los de resonancias magnéticas del Servicio de Neurología del Hospital Universitario Clínico San Carlos de Madrid, extrayéndose medidas de más de 20 estructuras cerebrales diferentes de ambos hemisferios.

«Observamos que en estos participantes ya hay cambios en algunas áreas de la retina medidos con (OCT), mientras la resonancia magnética cerebral sigue siendo normal», señala López Cuenca.

Además de la estructura de la retina, el grupo de la UCM está recogiendo los datos de la visión de estos pacientes, con el objetivo de conocer el funcionamiento de la vía visual en estas fases aún asintomáticas de la enfermedad.



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