Películas
‘Amour’, de Michael Haneke.
‘Up’ de Pete Docter.
‘Elsa y Fred’ de Marcos Carnevale.
‘El abuelo’ de José Luis Garci.
‘Sol de otoño’ de Eduardo Mignogna.
‘El becario’ de Nancy Meyers.
Serie
‘Grace and Frankie’ de Marta Kauffman y Howard J. Morris.
Libro
‘Completamente viernes’ de Luis García Montero, dedicado a su amor del alma Almudena Grandes.
‘La sonrisa etrusca’ de José Luis Sampedro.
‘El abuelo que saltó por la ventana y se largó’ de Jonas Jonasson.
‘El viejo y el mar’ de Enest Hemingway.
Poesía
¿Qué cuántos años tengo?
¡Qué importa eso!
¡Tengo la edad que quiero y siento!
La edad en que puedo gritar sin miedo lo que pienso.
Hacer lo que deseo, sin miedo al fracaso o lo desconocido…
Pues tengo la experiencia de los años vividos
y la fuerza de la convicción de mis deseos.
¡Qué importa cuántos años tengo!
¡No quiero pensar en ello!
Pues unos dicen que ya soy viejo
otros «que estoy en el apogeo».
Pero no es la edad que tengo, ni lo que la gente dice,
sino lo que mi corazón siente y mi cerebro dicte.
Tengo los años necesarios para gritar lo que pienso,
para hacer lo que quiero, para reconocer yerros viejos,
rectificar caminos y atesorar éxitos.
Ahora no tienen por qué decir:
¡Estás muy joven, no lo lograrás!…
¡Estás muy viejo, ya no podrás!…
Tengo la edad en que las cosas se miran con más calma,
pero con el interés de seguir creciendo.
Tengo los años en que los sueños,
se empiezan a acariciar con los dedos,
las ilusiones se convierten en esperanza.
Tengo los años en que el amor,
a veces es una loca llamarada,
ansiosa de consumirse en el fuego de una pasión deseada.
y otras… es un remanso de paz, como el atardecer en la playa.
¿Qué cuántos años tengo?
No necesito marcarlos con un número,
pues mis anhelos alcanzados,
mis triunfos obtenidos,
las lágrimas que por el camino derramé al ver mis ilusiones truncadas…
¡Valen mucho más que eso!
¡Qué importa si cumplo cincuenta, sesenta o más!
Pues lo que importa: ¡es la edad que siento!
Tengo los años que necesito para vivir libre y sin miedos.
Para seguir sin temor por el sendero,
pues llevo conmigo la experiencia adquirida
y la fuerza de mis anhelos
¿Qué cuántos años tengo?
¡Eso!… ¿A quién le importa?
Tengo los años necesarios para perder ya el miedo
y hacer lo que quiero y siento!
Qué importa cuántos años tengo
o cuántos espero, si con los años que tengo,
¡aprendí a querer lo necesario y a tomar, sólo lo bueno!
Autor: José Saramago
Mi Alma tiene prisa
Conté mis años y descubrí que tengo menos tiempo para
vivir de aquí en adelante, que el que viví hasta ahora…
Me siento como aquel niño que ganó un paquete de dulces:
los primeros los comió con agrado, pero, cuando percibió
que quedaban pocos, comenzó a saborearlos
profundamente.
Ya no tengo tiempo para reuniones interminables donde se
discuten estatutos, normas, procedimientos y reglamentos
internos, sabiendo que no se va a lograr nada.
Ya no tengo tiempo para soportar a personas absurdas que,
a pesar de su edad cronológica, no han crecido
Mi tiempo es escaso como para discutir títulos.
Quiero la esencia, mi alma tiene prisa…
Sin muchos dulces en el paquete…
Quiero vivir al lado de gente humana, muy humana.
Que sepa reír, de sus errores.
Que no se envanezca, con sus triunfos.
Que no se considere electa, antes de hora.
Que no huya, de sus responsabilidades.
Que defienda, la dignidad humana.
Y que desee tan sólo andar del lado de la verdad y la
honradez.
Lo esencial es lo que hace que la vida valga la pena.
Quiero rodearme de gente, que sepa tocar el corazón de las
personas…
Gente a quien los golpes duros de la vida, le enseñó a crecer
con toques suaves en el alma.
Sí… tengo prisa… por vivir con la intensidad que sólo la
madurez puede dar.
Pretendo no desperdiciar parte alguna de los dulces que me
quedan…
Estoy seguro que serán más exquisitos que los que hasta
ahora he comido.
Mi meta es llegar al final satisfecho y en paz con mis seres
queridos y con mi conciencia.
Tenemos dos vidas y la segunda comienza cuando te das
cuenta que sólo tienes una.
Autor: Mario de Andrade