CALENDARIO OCTUBRE

¿Sabías que el mundo está envejeciendo como nunca antes en la historia de la humanidad?

 

En 2020, por primera vez viven en el planeta más personas mayores de 60 años que niños menores de 5. Con esta evolución demográfica tenemos la obligación de desarrollar una serie de pautas con el propósito de avanzar hacia una visión más realista y positiva del envejecimiento, porque este también está cambiando.

¿Acaso crees que tus abuelos no sienten como tú? ¿O crees que no son capaces de aportar a la sociedad su experiencia de vida, sus valores, su cultura, su visión…? Las personas más mayores de nuestra sociedad, en general son personas como tú, no precisan apoyos especiales para su vida cotidiana y deben seguir desempeñando un papel activo en todo el ciclo vital, siempre que así lo deseen.

 

En la crisis económica reciente, demostraron una vez más, su valor esencial, apoyando a sus familias para superar las graves dificultades compartiendo sus bienes, su espacio y su tiempo, al mismo tiempo que contribuían al bien social.

 

La gestión de la pandemia del Covid-19 los ha castigado más que a nadie, y merecen respeto y reconocimiento social y gubernamental, y vivir esta etapa con dignidad y respetando sus deseos, derechos y expectativas de vida.

 

El ODS 3 en el caso de las personas mayores tiene un largo camino por recorrer. Si queremos asegurar el bienestar de las personas con más años, será necesario promover las medidas de prevención de enfermedades o accidentes en los entornos, trabajar para que tengan calidad de vida, para que puedan permanecer en sus casas y recibir los cuidados necesarios en el hogar, ayudar a su integración en las actividades de la sociedad y cuidar su salud mental.

El aislamiento decretado debido al alto contagio y la falta de recursos para solventar la crisis sanitaria, ha afectado más a aquellas personas que vivían solas, o personas con poca movilidad y contacto social, entre las que se encuentran personas en situación de dependencia o con enfermedades crónicas.

 

Debemos desechar cuanto antes la perspectiva negativa de esta última etapa de la vida, ya que ofrece grandes oportunidades y se está alargado como nunca antes había ocurrido. Las personas de más edad disponen de más tiempo y de experiencia, por lo que pueden ser muy útiles a la sociedad.

 

¿Cómo iniciamos este cambio? Para empezar las instituciones deben trabajar para favorecer el envejecimiento activo y saludable. La tecnología y la interacción social debe ser una parte fundamental para evitar la soledad de las personas mayores y acercarlos a las generaciones más jóvenes. Debemos ampliar más que nunca el aprendizaje y la formación a lo largo de la vida y colaborar para que se ejerciten sus capacidades, incluidas las mentales. En la Agenda 2030 la inclusión social y la igualdad de derechos de las personas mayores debe ser una prioridad y todos debemos contribuir a ello.

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En cuanto a este ODS relacionado con la salud, podemos destacar que el porcentaje de necesidades insatisfechas de atención médica en 2019 fue de un 0,2. El dato base es el de 2015 y fue un 0,6. Es muy importante destacar este número. La sanidad pública es un pilar del sistema de bienestar en España, por lo que dentro de la Agenda 2030 las instituciones deben centrarse en trabajar para que las necesidades se satisfagan al 100%.

 

La proporción de la población con grandes gastos sanitarios (<10%) por hogar como porcentaje del total de gastos o ingresos de los hogares se situó en 8,54 en 2020, lo que supone un gran aumento con respecto al periodo anterior, que estaba en 7,87%.

 

La proporción de la población inmunizada con todas las vacunas incluidas en cada programa nacional es alta. Según los indicadores apuntan a que más de un 70% de la población está vacunada con las vacunas incluidas en los distintos planes.

 

El total neto de asistencia oficial para el desarrollo destinado a los sectores de la investigación médica y la atención sanitaria básica fue de 10.265.947,49 euros. Supone un descenso con respecto al periodo anterior que fue de 16.450.225,50.

 

España cuenta con un sistema de salud público consolidado que garantiza la atención sanitaria a toda su población. Excepcional, -esperemos que no vuelva a suceder-, ha sido el mal trato dado a las personas mayores que vivían en centros residenciales que no se les permitió en el inicio de la pandemia trasladarse a los hospitales para recibir el tratamiento y atención médica que se estaba prestando al resto de la población.

 

Yo te estaba esperando.

Más allá del invierno, en el cincuenta y ocho,

de la letra sin pulso y el verano

de mi primera carta,

por los pasillos lentos y el examen,

a través de los libros, de las tardes de fútbol,

de la flor que no quiso convertirse en almohada,

más allá del muchacho obligado a la luna,

por debajo de todo lo que amé,

yo te estaba esperando.

Yo te estoy esperando”.

 

Luis García Montero, dedicado a Almudena Grandes

Los amantes’ de René Magritte es una de las obras más famosas e inquietantes del pintor belga. Sus pinturas se caracterizan por ser muy ingeniosas, incluso provocativas. Con su trabajo el artista pretendía cambiar la percepción pre-concebida de la realidad y forzar al espectador a ser mucho más sensitivo con su entorno y su tiempo.

 

Magritte pintó ‘Los amantes’ en 1928 y es un óleo en el que se pueden ver a dos personas sin identificar mientras se besan tras dos velos húmedos. ¿Qué representa exactamente? ¿Un amor secreto? ¿Un amor prohibido? ¿El amor ciego? ¿Lo insensible de muchos amores? El artista surrealista no explicó nada sobre su verdadero significado, así que nos deja con esa sensación de asfixia, que podría ser una forma de ilustrar el amor. Lo que parece más evidente es que consigue uno de sus objetivos, provocar incertidumbre al espectador.

 

Por otro lado, la fotografía de dos amantes mayores con la que hemos combinado el cuadro, es del año 2020, en plena pandemia del coronavirus. En la imagen aparecen Agustina y Pascual besándose a través de un plástico tras 102 días sin verse. El fotógrafo que la hizo es Emilio Morenatti, de The Associated Press. La imagen es muy potente, tiene la fuerza de representar a la perfección el infierno que se vivió en las residencias con el Covid-19, la desesperanza que provocaba el aislamiento y el dolor por el incierto reencuentro o falta de oportunidad para despedirse y el deseo de volver abrazar, besar, a mirar a los ojos a la persona que se ama.

Se ha moldeado un cuadro de René Magritte y una de las fotografías de Emilio Morenatti para representar el ODS 3 Salud y Bienestar, en esta ocasión representando a las personas mayores y asignando el mes de octubre por ser el día 1 el día internacional de las personas de edad, y porque exigimos respeto y reconocimiento social.

 

Trasformamos esta obra para relacionarla con el envejecimiento y con la pandemia que tanto ha afectado a este grupo de edad. Las personas mayores también aman, sienten y desean, somos como el resto de la sociedad. Es nuestra forma de criticar y llamar la atención sobre el edadismo y reivindicar nuestro derecho a participar de la sociedad y sus dinámicas igual que cualquier otra persona o grupo de personas. En una sociedad cada vez más envejecida, las personas mayores no vamos a permitir estar marginados e invisibilizados.

 

Esta es nuestra forma de reivindicación y homenaje. Envejecer es vivir.

“Con el tiempo y la madurez, descubrirás que tienes dos manos: una para ayudarte a ti misma, y la otra para ayudar a los demás” , Audrey Hepburn.

 

“Recordar es fácil para quien tiene memoria; olvidar es difícil para quien tiene corazón”, Gabriel García Márquez.

Películas

‘Amour’, de Michael Haneke.

‘Up’ de Pete Docter.

‘Elsa y Fred’ de Marcos Carnevale.

‘El abuelo’ de José Luis Garci.

‘Sol de otoño’ de Eduardo Mignogna.

‘El becario’ de Nancy Meyers.

 

Serie

‘Grace and Frankie’ de Marta Kauffman y Howard J. Morris.

 

Libro

‘Completamente viernes’ de Luis García Montero, dedicado a su amor del alma Almudena Grandes.

‘La sonrisa etrusca’ de José Luis Sampedro.

‘El abuelo que saltó por la ventana y se largó’ de Jonas Jonasson.

‘El viejo y el mar’ de Enest Hemingway.

 

Poesía

¿Qué cuántos años tengo?

 

¡Qué importa eso!

¡Tengo la edad que quiero y siento!

La edad en que puedo gritar sin miedo lo que pienso.

Hacer lo que deseo, sin miedo al fracaso o lo desconocido…

Pues tengo la experiencia de los años vividos

y la fuerza de la convicción de mis deseos.

 

¡Qué importa cuántos años tengo!

¡No quiero pensar en ello!

Pues unos dicen que ya soy viejo

otros «que estoy en el apogeo».

 

Pero no es la edad que tengo, ni lo que la gente dice,

sino lo que mi corazón siente y mi cerebro dicte.

Tengo los años necesarios para gritar lo que pienso,

para hacer lo que quiero, para reconocer yerros viejos,

rectificar caminos y atesorar éxitos.

 

Ahora no tienen por qué decir:

¡Estás muy joven, no lo lograrás!…

¡Estás muy viejo, ya no podrás!…

 

Tengo la edad en que las cosas se miran con más calma,

pero con el interés de seguir creciendo.

Tengo los años en que los sueños,

se empiezan a acariciar con los dedos,

las ilusiones se convierten en esperanza.

 

Tengo los años en que el amor,

a veces es una loca llamarada,

ansiosa de consumirse en el fuego de una pasión deseada.

y otras… es un remanso de paz, como el atardecer en la playa.

 

¿Qué cuántos años tengo?

No necesito marcarlos con un número,

pues mis anhelos alcanzados,

mis triunfos obtenidos,

las lágrimas que por el camino derramé al ver mis ilusiones truncadas…

¡Valen mucho más que eso!

 

¡Qué importa si cumplo cincuenta, sesenta o más!

Pues lo que importa: ¡es la edad que siento!

 

Tengo los años que necesito para vivir libre y sin miedos.

Para seguir sin temor por el sendero,

pues llevo conmigo la experiencia adquirida

y la fuerza de mis anhelos

 

¿Qué cuántos años tengo?

¡Eso!… ¿A quién le importa?

Tengo los años necesarios para perder ya el miedo

y hacer lo que quiero y siento!

 

Qué importa cuántos años tengo

o cuántos espero, si con los años que tengo,

¡aprendí a querer lo necesario y a tomar, sólo lo bueno!

 

Autor: José Saramago

 

 

Mi Alma tiene prisa

 

Conté mis años y descubrí que tengo menos tiempo para

vivir de aquí en adelante, que el que viví hasta ahora…

 

Me siento como aquel niño que ganó un paquete de dulces:

los primeros los comió con agrado, pero, cuando percibió

que quedaban pocos, comenzó a saborearlos

profundamente.

 

Ya no tengo tiempo para reuniones interminables donde se

discuten estatutos, normas, procedimientos y reglamentos

internos, sabiendo que no se va a lograr nada.

Ya no tengo tiempo para soportar a personas absurdas que,

a pesar de su edad cronológica, no han crecido

Mi tiempo es escaso como para discutir títulos.

 

Quiero la esencia, mi alma tiene prisa…

Sin muchos dulces en el paquete…

Quiero vivir al lado de gente humana, muy humana.

Que sepa reír, de sus errores.

Que no se envanezca, con sus triunfos.

Que no se considere electa, antes de hora.

Que no huya, de sus responsabilidades.

Que defienda, la dignidad humana.

Y que desee tan sólo andar del lado de la verdad y la

honradez.

 

Lo esencial es lo que hace que la vida valga la pena.

Quiero rodearme de gente, que sepa tocar el corazón de las

personas…

Gente a quien los golpes duros de la vida, le enseñó a crecer

con toques suaves en el alma.

 

Sí… tengo prisa… por vivir con la intensidad que sólo la

madurez puede dar.

Pretendo no desperdiciar parte alguna de los dulces que me

quedan…

Estoy seguro que serán más exquisitos que los que hasta

ahora he comido.

Mi meta es llegar al final satisfecho y en paz con mis seres

queridos y con mi conciencia.

 

Tenemos dos vidas y la segunda comienza cuando te das

cuenta que sólo tienes una.

 

Autor: Mario de Andrade