CALENDARIO ABRIL

Abril 2022

El planeta nos necesita más que nunca. ¿Sabías que en 2050 podríamos necesitar tres planetas para proporcionar los recursos naturales precisos para mantener el estilo de vida actual? Esta predicción lo demuestra: tenemos que cambiar el sistema consumista y nuestra forma de habitar en el mundo.

 

El ODS 12 indica los pasos a seguir para trabajar en esta dirección. Las instituciones deben promover y regular la gestión sostenible y el uso eficiente de los recursos naturales y la reducción de residuos. Asimismo, se debe favorecer el acceso universal a la información sobre estilos de vida en armonía con la naturaleza. Este es uno de los ODS más transversales de la Agenda y uno de los más importantes para los países más desarrollados. ¿Por qué? Porque tiene como fin una transición de los sistemas económicos, productivos y de consumo hacia la sostenibilidad.

¿Por dónde empezar?

 

Las empresas, sobre todo las más grandes, aún no se han adaptado a las prácticas sostenibles. Los hogares consumen un 29% de la energía mundial y contribuyen al 21% de las emisiones del CO2. ¿Otro dato curioso? No solo las vacas con las responsables de la producción de metano. Este átomo del carbono puede constituir hasta el 97% del gas natural y, según la Comisión Europea, tras el dióxido de carbono es el gas que más contribuye al cambio climático y afecta más a la salud. Pongamos la mirada  sobre todo donde se crean los mayores problemas.

 

En España el ODS 12, por ejemplo, tiene como objetivo promover las modalidades de consumo y producciones sostenibles, a través de la implementación de las estrategias, políticas y normativas de cada país, implementando el Marco Decenal de Programas sobre Modalidades de Consumo y Producción sostenibles (10YFP) impulsado en la Conferencia Río+20.

 

La industria textil, por su parte, se ha convertido en una de las más contaminantes y su impacto es cada vez más fuerte. Produce más carbono que los vuelos internacionales y el transporte marítimo. Producir una tonelada de textiles genera 17 toneladas de CO2. La generación de falsas necesidades de compra de ropa o la precipitada caducidad de las temporadas en tiendas, hacen que el consumo sea insostenible. ¿Conoces el término ‘slowfashion’? Describe lo contrario a la moda rápida y apuesta por la sostenibilidad, la moda lenta y la reutilización de prendas.

 

Pero hay mucho más por cambiar. Desde las instituciones deben implementar estrategias, políticas y normativas para la transición a un modelo económico sostenible. Debemos reducir la generación de residuos y el desperdicio de alimentos. La sensibilización jugará un papel fundamental y debemos transmitirla desde las generaciones más jóvenes a las más mayores. No podemos olvidarlo, no hay planeta B. Si seguimos así, no será como lo conocemos y las futuras generaciones no lo conocerán como nosotros lo hemos hecho.

 

En este punto es necesario hablar sobre el ODS 13, ya que el cambio climático es una de las consecuencias del sistema de consumista. A través de este ODS, se insta a los países a tomar medidas urgentes para combatir el calentamiento global y sus efectos. El fin es prepararnos para afrontar los impactos de este fenómeno, sentar las bases de una economía neutra en emisiones y proteger a los colectivos más vulnerables en este proceso de transición. Dentro de este objetivo se pretende involucrar a todas las administraciones y a todos los actores de la sociedad civil y del mundo académico y científico.

 

El carácter transversal de la lucha contra el cambio climático hace necesaria la coordinación entre países, pero también entre departamentos ministeriales y de diferentes niveles (local y regional). La cooperación será fundamental en el diseño y puesta en marcha de otras políticas con incidencia directa en la acción climática, especialmente para ayudar a los países que más rápido sufrirán las consecuencias.

 

Es la crisis más importante que ha enfrentado la humanidad jamás”, sentenciaba la famosa activista Greta Thunberg. Sin duda, es la más urgente. Es la más necesaria. No podemos seguir mirando hacia otro lado mientras el planeta se derrite.

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La lucha contra el cambio climático es una prioridad para España.

Vamos a analizar uno de los datos más significativos de los informes hechos en España. El consumo de material interno en términos absolutos es de 426 miles de toneladas en 2019. La evolución indica que ha habido un aumento del consumo, ya que en 2015 había sido de 409 miles. Cabe mencionar que en 2008 el consumo era el doble, concretamente de casi 812 miles de toneladas.

El consumo por habitante es otro dato que resulta interesante. En 2019 fue de 9 toneladas por habitante. El dato base de 2015 fue de 8.800 Kg. y el de 2008 fue de 17.700 Kg. Con respecto a 2008 hemos reducido la mitad de nuestro consumo, pero con respecto a 2015 lo hemos aumentado ligeramente. Es un objetivo en el que los ciudadanos de a pie tenemos una responsabilidad directa. La concienciación y el compromiso serán esenciales para mejorar este dato hasta 2030.

En cuanto a las emisiones de gases de efecto invernadero, en 2020 cada habitante emitió un total de 5,8 toneladas de media. Supone un descenso importante con respecto al 2019, cuando fueron 6,9. En este camino deberemos seguir avanzando para cumplir con los objetivos establecidos en 2030, pero es conveniente recordar que 2020 ha sido un año de paralización debido a la crisis sanitaria por la pandemia.

Judith’ de Gustav Klimt es un  buen ejemplo de la madurez artística del pintor austriaco. En esta obra, de 1901, usa la abstracción simbólica como lenguaje y el oro como material.  Por primera vez no vemos a esta figura bíblica representada como una heroína o como una luchadora, sino más como una mujer fatal que lleva a los hombres a la muerte con la atracción sexual. La obra es vertical, por lo que Judith tiene una gran fuerza erótica. Otro aspecto importante es que cuenta con una de las características principales del Klimt de la época: la diferencia entre la tridimensionalidad de la figura protagonista y la ornamentación del vestido, que es bidimensional.

 

La otra figura que aparece en la imagen pertenece a la obra ‘Adele Bloch-Bauer I’, del mismo autor. Esta obra es una de las más doradas de Klimt y en ella aparece la esposa de Ferdinand Bloch-Bauer, Adele, quienes formaban una de las familias más ricas de Viena a principios del siglo XX. En 1907 el autor pintó esta obra y más adelante, con la invasión nazi, esta y otras pinturas del austriaco fueron secuestradas.

 

Ambas obras pertenecen a la llamada etapa dorada de Klimt. La introducción del dorado y las técnicas que este acabado supone, fueron el resultado de su formación en la Escuela de Artes y Oficios, donde la influencia del mundo egipcio y del imperio bizantino marcó texturas, tonalidades y símbolos en sus cuadros.

 

Por otro lado, hemos elegido la famosísima obra ‘En nacimiento de Venus’ de Sandro Botticelli, pintado entre 1482 y 1485, en pleno Renacimiento. El título puede ser engañoso, ya que la obra representa lo que ocurrió tras el nacimiento de la diosa. En el centro de la composición vemos a Venus en pie, cubriéndose con su cabello y sobre una concha perfecta. La diosa del  amor y la belleza es empujada por el viento de oeste, el dios Céfiro, y la diosa de la brisa, Aura, hasta las playas de Chipre. Una vez allí, espera una de las “Horas”, las diosas de las estaciones, para envolverla con un hermoso manto.

 

Esta obra representa a la perfección la sensibilidad del Renacimiento, cuando se renovaron la forma de representar los mitos de la Antigüedad Clásica. De una forma u otra, con esta obra se inaugura un ideal de feminidad renacentista y con el desnudo desafía las costumbres del tiempo. Legitimó la representación del desnudo femenino de cuerpo completo en el arte, nada común en el pasado. Aquí reside su gran aportación.

Hemos elegido estas obras para representar el ODS 12 Producción y consumo responsables y el ODS 13 Acción por el clima porque están estrechamente relacionados. No podremos trabajar para conseguir uno si no trabajamos en el otro.

 

Hemos transformado y unidos las dos obras antes mencionadas de Gustav Klimt para hacer referencia al lujo, al excesivo consumo de ropa y a la contaminación que implica la industria textil. Las figuras de Klimt representan la ostentación y el consumo insostenible. Ambas van vestidas con ropas doradas y con joyas caras.

 

Por el contrario, en la segunda imagen nos encontramos a la Venus de Botticelliy a Adele de Klimtvestidas con ropa de segunda mano y reutilizando complementos. De esta forma hemos querido representar el consumo responsable, la reutilización de productos que están en buen estado y el reciclaje de otros que pueden tener una segunda vida. El concepto de “slowfashion” se representa a la perfección en este cuadro editado, una tendencia por la que debemos apostar  para un futuro sostenible y menos consumista.

Puedes decir lo avanzada que es una sociedad por la cantidad de basura que recicla, DhyaniYwahoo.

 

El secreto de la felicidad no se encuentra en la búsqueda de más, sino en el desarrollo de la capacidad para disfrutar de menos”, Sócrates(470 a. C. – 399 a. C)

Documentales

‘Comprar, tirar, comprar’ de CosimaDannoritzer y Steve Michelson.

‘Minimalismo’ de Joshua Fields Millburn y RyanNicodemus.

‘Earthlings’ de Shaun Monson.

‘Waste Land’ de Lucy Walker.

‘River blue’ de Roger Williams y David McIlvride.

‘The true cost’ de Andrew Morgan.

 

Libros

‘Esto lo cambia todo. El capitalismo contra el clima’ de Naomi Klein.

 

Informes

‘Puntadas tóxicas: El desfile de la contaminación. Cómo las fábricas textiles ocultan su rastro tóxico’ de Greenpeace.

 

Películas

‘Wall.E’ de Andrew Stanton.

 

Vídeos

Discurso de Great Thunberg en las Naciones Hunidas