Cada vez son más las mujeres mayores de 65 años que viven solas

Cada vez son más las mujeres mayores de 65 años que viven solas

Cada vez son más las mujeres mayores de 65 años que viven solas

Más de un millón doscientas mil mujeres mayores de 65 años viven solas en España, una proporción que no deja de aumentar: si en 1981 eran el 19%, actualmente representan el 30%, y se estima que en el año 2031 serán casi dos millones de mujeres mayores de 65 años las que vivan solas.

Según el estudio del Observatorio Social de ‘La Caixa’ “Mujeres mayores viviendo solas: los retos para la sociedad”, aunque el estado civil es crucial, tener hijos es una factor determinante en la probabilidad de que una mujer viva sola a edades avanzadas. Al margen del estado civil, las mujeres que no tienen hijos tienes más probabilidades de vivir de vivir solas que quienes sí tienen. Casi el 30% de las mujeres mayores de 65 años viven solas, pero la cifra es mayor entre quienes no tuvieron hijos (38’3%) que entre quienes sí los tuvieron (26’4%).

Sin embargo, tener hijos no es el único factor que determina la probabilidad de vivir sola. El estado civil influye mucho en la probabilidad de vivir sola a edades avanzadas: la mayoría de las mujeres mayores de 65 años que están casadas viven con sus parejas, y menos del 3% viven solas, mientras que hay muchas mujeres sin compañía en el hogar entre las viudas, las solteras, o las separadas y divorciadas.

Gráfico del estudio ‘Mujeres mayores viviendo solas: los retos para la sociedad». Observatorio Social de ‘La Caixa’

 

Teniendo en cuenta los datos de los censos de población, y especialmente el efecto del número de hijos sobre la probabilidad de vivir sola a edades avanzadas y el número de mujeres de más de 45 años que ya han completado su ciclo reproductivo, se estima que en 2031 habrá 1.876.000 mujeres mayores de 65 años viviendo solas. Cada vez se vive más años y se tienen menos hijos, por lo que se espera ese aumento en la cifra de mujeres mayores que viven solas.

Vivir sin compañía a edades avanzadas está asociado a un aumento del aislamiento social y riesgo de enfermedades, además de menores niveles de bienestar psicológico, satisfacción personal y calidad de vida percibida.

 

En 2016, la Encuesta Continua de Hogares elaborada por el Instituto Nacional de Estadística apuntaba que el 28’8% de las mujeres mayores de 65 años vivían en hogares unipersonales, como consecuencia de las transformaciones sociales y cambios en los patrones familiares que están viviendo todas las sociedades europeas, como la reducción del tamaño de las familias.

Según el CIS, más de la mitad de los españoles considera que en la actualidad se atiende peor a los padres mayores que las generaciones anteriores, y muchos reconocen que tienen poco contacto con sus familiares mayores de 65 años con los que no conviven.

Además del cambio cultural y familiar, los datos reflejan las transformaciones demográficas y económicas. Los avances en salud y el aumento de la esperanza de vida (la longevidad es también mayor en las mujeres que en los hombres) y del bienestar material de los mayores influyen en su preferencia, cada vez mayor, por la autonomía personal.

El aumento progresivo de esta tendencia tiene importantes implicaciones en el diseño de las políticas sociales y la organización de servicios, ya que las personas mayores que viven solas tienen un mayor riesgo de exclusión y aislamiento social y requieren más atención, cuidado y seguimiento.



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