24 May Cada vez más mujeres envejecen solas: son siete de cada diez mayores en Castilla-La Mancha
Los últimos datos del INE reflejan un descenso de estas situaciones en la región, pero representan más del 75% de los mayores de 65 años en vivienda unipersonal.
ALICIA AVILÉS POZO
Ha vuelto a crecer en todo el país el número de personas mayores de 65 años que viven solas. Son casi dos millones en familias unipersonales, de las cuales 73.700 se encuentran en Castilla-La Mancha. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre la Encuesta Continua de Hogares, aunque en esta comunidad autónoma ha descendido el número de personas en esta situación, el dato más significativo es que de este total, 55.400 son mujeres, es decir, representan más del 75% de los mayores en esa. Es una situación que busca mitigar la Fundación Amigos de los Mayores, una ONG que alerta del continuo ascenso de estas cifras y que pone de relieve además el envejecimiento de la sociedad en España.
En Castilla-La Mancha, el número de personas mayores en viviendas unipersonales descendió en 2017 con respecto a 2016: ha pasado de 83.400 a 73.500. No obstante, el peso que en esta estadística tienen las mujeres mayores de 65 años sigue siendo muy revelador, puesto que en los últimos cinco años se ha incrementado de manera constante. Los datos también reflejan que la mitad de ellas son viudas, y que su porcentaje sobre el total es mayor que en otras comunidades autónomas y que la media estatal, que se sitúa en el 71,9%.
Por edad, el 41,3% de las mujeres mayores de 85 años viven solas, frente al 21,9% de los hombres del mismo segmento. La soledad en las mujeres se acentúa con la edad, como apunta el hecho de que, entre todos los hogares unipersonales habitados por mujeres, casi la mitad (el 47,5%) pertenece a viudas.
Sobre estos datos ha querido hacer hincapié la Fundación Amigos de los Mayores, resaltando que el hecho de que cada vez más personas mayores vivan de manera autónoma es un avance, pero a la vez “cuentan cada vez con menos lazos afectivos a su alrededor, una combinación que se convierte en factor de riesgo de sufrir soledad no deseada”. Detallan que el 59% de las personas de 65 o más años que residen en hogares unipersonales reconoce sentirse solo, según el CIS.
Efectos de la soledad no deseada
Entre otros efectos, explican que la soledad no deseada puede generar deterioro cognitivo, depresión, pérdida de movilidad, enfermedades cardiovasculares y mortalidad temprana. De hecho, apuntan que está considerada ya por los expertos como la “epidemia del siglo XXI” y que esta situación ha llevado a países de nuestro entorno a adoptar planes estatales frente a este fenómeno, desde Holanda a Reino Unido, que incluso ha creado una secretaría de Estado específica.
Otro elemento que destaca es que el aumento de la soledad se suma a una proyección demográfica que indica que en 40 años, uno de cada tres españoles será mayor de 65 años. Este escenario “obliga a abordar el fenómeno de la soledad en las personas mayores de una manera global en nuestro país, con políticas coordinadas entre instituciones y organizaciones especializadas en el bienestar de las personas mayores que impliquen a toda la sociedad”.
Entre las medidas que defiende este colectivo, se encuentra impulsar proyectos de participación ciudadana como el voluntariado intergeneracional y de acompañamiento afectivo; facilitar las relaciones sociales de proximidad, recuperando los lazos vecinales en los barrios; y sensibilizar a la población empoderando a las personas mayores como activos que siguen teniendo mucho que aportar, “forzando un cambio en su actual imagen estereotipada”.
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