26 Sep Cada año se diagnostican unos 40.000 nuevos casos de alzhéimer y más del 50% de los casos leves pasan inadvertidos.
Sólo España hay más de 800.000 pacientes y afecta a 50 millones de personas en todo el mundo.
Servimedia 20/09/2023
Cada año se diagnostican en España unos 40.000 nuevos casos de alzhéimer y más del 50% de los casos que son leves están aún sin diagnosticar, según la Sociedad Española de Neurología (SEN). Más del 65% son mujeres y, un nueve de cada diez de los nuevos pacientes son personas mayores de 65 años.
Unas 800.000 personas que padecen esta enfermedad en España, por lo que la SEN insta a «fomentar el acceso al diagnóstico precoz». Se trata de una enfermedad neurodegenerativa responsable de entre el 50 y 70% de los casos de demencia en todo el mundo y que afecta a unos 50 millones de personas. Sólo en España ya hay más de 800.000 personas que padecen alzhéimer.
Su prevalencia oscila entre un 5 y un 10% entre las personas que rondan los 65 años y ésta se duplica cada cinco años hasta alcanzar una prevalencia del 25-50% en la población mayor de 85 años, ya que la edad es uno de los principales factores de riesgo de esta enfermedad. Se estima que en 20250 habrá más de 115 millones de personas que padezcan esta enfermedad.
“Detectar la enfermedad precozmente permite una mejor planificación de los cuidados y una mejor calidad de vida para los pacientes. Ya que, aunque se trata de una enfermedad para la que no hay cura, los tratamientos disponibles actualmente para la enfermedad de Alzheimer tienen un impacto positivo en los síntomas de los pacientes”, explicó la doctora Raquel Sánchez del Valle, coordinadora del Grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la Sociedad Española de Neurología.
Añadió que cuando el diagnóstico es temprano, permite al paciente» tomar sus propias decisiones en la planificación de cuidado». Además, la demencia es la tercera causa de muerte, tras las enfermedades vasculares y el cáncer y, además, el alzhéimer es una de las enfermedades con un mayor coste social y económico. En todo el mundo ya supone un coste sociosanitario superior a los 800 mil millones de euros y solo en la Unión Europea (UE) se estima que este coste aumentará más de 250 mil millones de euros para el año 2030.
En la UE, la media global de tiempo entre que se notan los primeros problemas y se hace el diagnóstico puede ser de hasta a 2,1 años. Además, también existen muchos errores de diagnóstico: entre el 30 y el 50% de las personas con algún tipo de demencia no son diagnosticadas formalmente y hasta un 30% de las personas que han sido diagnosticadas en fases iniciales sólo basándose en la evaluación clínica no padecían realmente esta enfermedad, «lo que hace imprescindible el uso de técnicas diagnósticas complementarias, especialmente en fases muy iniciales de los síntomas», según la sociedad científica.
NO ES PARTE DEL ENVEJECIMIENTO
“En todo caso, la enfermedad de Alzheimer no debe ser considerada como una parte normal del envejecimiento. Aunque es verdad que cumplir años puede traer consigo un ligero declinar de la memoria, cuando hablamos de la enfermedad de Alzheimer, estamos hablando de una enfermedad caracterizada por cambios anormales en el cerebro que causan daño y pérdida progresiva de células cerebrales. Estos cambios, con el tiempo, conducirán a un deterioro cognitivo con una pérdida significativa de la memoria y otras funciones cerebrales, alterando la capacidad funcional y produciendo discapacidad y dependencia”, señaló la doctora Sánchez del Valle.
Según la SEN, aunque esta patología es la segunda causa de consulta en los servicios de Neurología, se trata de una «enfermedad infradiagnosticada» a pesar de que existen métodos aprobados para apoyar biológicamente el diagnóstico precoz de la enfermedad de Alzheimer.
NUEVOS TRATAMIENTOS
La SEN destacó que todo apunta a que en un futuro cercano podrían estar disponibles los primeros fármacos capaces de frenar parcialmente la progresión del alzhéimer. «Esto obligará no sólo a la necesidad de tener que diagnosticar la enfermedad en sus primeras fases, sino a adaptar los sistemas sanitarios para que todos los pacientes que puedan beneficiarse de ellos, los reciban”.
Actualmente, en todo el mundo, se está investigando en más de un centenar de nuevos compuestos. Además, en los últimos meses, ya se han publicado los resultados de dos anticuerpos que han mostrado resultados positivos a la hora de frenar la progresión de la enfermedad en sus fases iniciales y, en Estados Unidos, se ha aprobado recientemente un nuevo fármaco.
“La comunidad científica cada vez está más centrada en tratar de atajar la enfermedad desde sus etapas más tempranas. La buena noticia es que después de 20 años sin novedades farmacológicas en este campo, por fin están publicándose resultados positivos», remachó la doctora Raquel Sánchez del Valle.
Agregó que «aunque probablemente estos no sean los fármacos definitivos, y sólo una minoría de los pacientes actuales puedan beneficiarse de su efecto, sí están abriendo una puerta a nuevas generaciones de fármacos más eficaces, seguros y fáciles de administrar que, esperamos, consigan cambiar el panorama de la enfermedad”.