06 Mar Caballos para mejorar la salud
Abre en Vélez Málaga el primer centro de terapias ecuestre para personas con necesidades especiales
AGUSTÍN PELÁEZ
Antonia (no es su nombre real) tiene 81 años y padece alzhéimer. Desde octubre pasado acude varias veces por semana a un centro ecuestre de Vélez en un intento de combatir la enfermedad. Sus avances son notables. Participa en las actividades específicas que el centro le ha diseñado especialmente para ella. A pesar de su edad, Antonia se atreve incluso a montar. Y es que hay que montar un caballo de manera regular estimula y ayuda de manera considerable al desarrollo tanto físico como intelectual de las personas con necesidades especiales. Al menos, eso es lo que asegura María Remedios López Díaz, directora del Centro de Terapia Ecuestre Lucera, el primero de sus características que abre sus puerta en el municipio veleño.
Licenciada en Psicología por la Universidad de Málaga y Master en Terapias Ecuestres por la Universidad Pablo Olavide de Sevilla, María López, de 25 años, tuvo clara su apuesta por este centro nada más terminar sus estudios, en parte por su afición al caballo y la hípica desde pequeña. «Mi padre es domador de caballos en doma vaquera, por lo que desde pequeña me he relacionado con el mundo del caballo. De hecho el Centro de Terapia Ecuestre Lucera nace de un sueño, mi sueño: unir mi profesión y mi hobby», explica López.
Esta joven emprendedora cuenta con tres grandes aliados. Legionario, Romera y Marengo, los tres caballos especialmente entrenados para ayudar a las personas con necesidades espaciales a mejorar su situación y contribuir a su desarrollo físico, psicológico, social y emocional.
«No pueden ser caballos que se asusten. Son animales de naturaleza tranquila. Hemos necesitado un año para entrenarlos especialmente», dice María.
«Lo que nos diferencia de otros centros es que trabajamos con objetivos y por tanto hacemos un seguimiento personalizado de cada una de las personas que acuden. Este no es un lugar al que se viene un tiempo a montar a caballo, se acaba y hasta otro día», señala López.
Según explica, las actividades con caballos que se desarrollan en el centro tienen como propósito contribuir de manera positiva al desarrollo de las personas con algún tipo de necesidad especial.
Pacientes muy diversos
El Centro de Terapia Ecuestre Lucera, que está dotado de rampa para el acceso al caballo, huerto y zona para la preparación y lavado de los caballos, entre otros equipamientos cuenta con una quincena de pacientes con diversas patologías y de edades muy diversas, ya que van desde los 18 meses, el más joven, al 81 años, el de mayor edad.
«Tenemos niños con autismo, parálisis cerebral, problemas de relaciones sociales e incluso con síndrome de Charge. Y en todos se da algo muy curioso. Se produce una relación muy especial con el caballo», declara López, que cuenta con el nivel 4 de galope de la Federación Andaluza de Hípica (FAH) y que se muestra bastante satisfecha con estos primeros meses de funcionamiento. «Llevamos muy poco tiempo, pero estoy muy satisfecha con la aceptación que estamos teniendo», afirma la joven emprendedora, que cuenta en su equipo con el apoyo de un terapeuta ecuestre profesional, Ángel Moreno.
López está promoviendo una asociación que tiene como finalidad obtener fondos para ayudar a los familiares de las personas que reciben tratamiento en el centro a hacer frente al pago de las sesiones con los caballos. «Lo que perseguimos es ayudar a las familias, que al pertenecer a la asociación tienen como ventaja contar con precios más económicos», dice López.
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