08 May Bulos sobre salud: la epidemia de la red
La salud y la alimentación protagonizan la mayoría de bulos que circulan por internet, según alerta un informe sobre bulos y fraudes en la red realizado por la Asociación de Internautas, que ya alertó en otro estudio de que al 70% de los internautas le cuesta distinguir una noticia falsa de una noticia fiable, un asunto especialmente grave cuando se trata de información tan relevante como la referente a la salud.
Internet es la gran herramienta de búsqueda de información y, además del correo electrónico, las redes sociales como Twitter y Facebook y las aplicaciones de mensajería como WhatsApp se han convertido en los principales canales de difusión de todo tipo de temas, también de todos los relacionados con la salud y la alimentación, y han multiplicado los bulos.
No toda la información que circula en internet o a través de las redes sociales es cierta, y en muchas ocasiones carece de base científica y su propósito es crear alarma o desconfianza. Alguno de esos bulos se repiten tanto que acaban siendo asimilados como información cierta, cuando no lo son.
Es habitual su transmisión en cadena a varios receptores de mensajes con un contenido impactante, aparentemente fiable, y que pide ser reenviado a la mayor cantidad de personas posible, con el objetivo de llegar a un público lo más numeroso posible y alcanzar una gran repercusión.
La alimentación y la salud son dos de los campos favoritos para crear informaciones falsas porque son temas por los que tenemos una gran sensibilidad. Por eso debemos ser especialmente cautelosos antes de tomar por cierto uno de estos mensajes y contribuir a que el bulo siga creciendo.
El cáncer es una de las enfermedades más expuesta a los bulos en internet, redes sociales y mensajería. Los productos de cualquier tipo que provocan cáncer a los alimentos milagrosos que lo curan son las mentiras más frecuentes, como denuncia el observatorio #SaludSinBulos, una iniciativa de la Asociación de Investigadores en eSalud (AIES), desde el que se recalca que existe un exceso de información sobre salud en la red y que gran parte de la misma es errónea.
¿Cómo combatir esa “infoxicación”?
Con información objetiva, veraz, contrastada y divulgativa, que incluya fuentes oficiales, declaraciones de profesionales sanitarios y el testimonio de pacientes.
¿Cómo podemos distinguir un bulo?
· La mayoría de los bulos nos pedirá el reenvío de la información a cuantos más contactos mejor.
· Es habitual que se apoyen en datos confusos o inexistentes, desde datos de contacto y nombres de médicos, expertos o universidades de prestigio a supuestos estudios científicos.
· Llaman la atención de los internautas con encabezados que recalcan que el mensaje es URGENTE o IMPORTANTE PARA TU SALUD.
· La información relevante para nuestra salud y seguridad alimentaria siempre llegará a través de los mensajes de las instituciones y de las informaciones de los medios de comunicación, no en una cadena de correos electrónicos masivos o de WhatsApp.