10 Ene Así se apodera la grasa de los ganglios linfáticos a medida que envejecemos.
Los ganglios linfáticos se ocupan de transportar los glóbulos blancos por todo el cuerpo.
Carlos Blanco Cocho
¿Por qué, a medida que envejecemos, somos cada vez más vulnerables a cánceres, enfermedades autoinmunes y demás dolencias? ¿Qué le ocurre a nuestro sistema inmunitario que pierde su capacidad de defendernos? Existe un proceso que sobreviene con la edad y que convierte a los ganglios linfáticos, la sede del sistema inmunitario, en órganos con cada vez menos capacidad de respuesta frente a las infecciones o las enfermedades.
Este proceso, conocido como lipomatosis ganglionar, consiste básicamente en una transformación paulatina del tejido del que se componen estos ganglios -conocido como estroma- en tejido adiposo, es decir, en grasa. A pesar de su importancia, la lipomatosis no ha sido objeto de demasiadas investigaciones y no se pueden hallar demasiados estudios que se zambullan en sus causas y consecuencias. Sin embargo, una publicación de la Universidad de Uppsala, en Suecia, ha decidido dar el primer paso.
Consecuencias desde el inicio
El estudio, que ha sido lanzado por la Journal of Pathology, ha analizado minuciosamente más de 200 casos y ha encontrado, entre otras cosas, que incluso las primeras fases de este proceso, casi imperceptibles al examen médico, alumbra nefastas consecuencias para el paciente. Desde el principio, acarrea una perceptible incapacidad para responder ante diversos desafíos inmunitarios.
Según ha comentado la autora principal del estudio Tove Bekkhus, «nuestro estudio es un primer paso hacia la comprensión de por qué se produce la lipomatosis, y hacia el objetivo a más largo plazo de encontrar formas de prevenir su progresión y la destrucción del ganglio linfático».