Apps para escanear alimentos: Así funcionan Yuka, ElCoCo y My Real Food

Apps para escanear alimentos: Así funcionan Yuka, ElCoCo y My Real Food

Al escanear con el teléfono móvil el código de barras de un producto envasado de alimentación se puede conocer su valor nutricional, su grado de procesamiento o los aditivos que contiene según se emplee Yuka, ElCoCo o My Real Food, tres aplicaciones que compiten a la hora de hacer una compra más saludable.

ANA SOTERAS – MADRID

Estas apps para escanear alimentos que se descargan gratuitamente en el móvil utilizan criterios diferentes para valorar los productos y entre ellas se cuestionan su “modus operandi” mientras intentan captar adeptos en el supermercado y en el mercado…digital.

“Somos como tres cuchillos distintos, con el de jamón no puedes pelar verdura ni con el pelaverdura puedes cortar pan”, resume a EFEsalud el dietista-nutricionista y biólogo Juan Revenga, representante de ElCoCo, quien cree que las otras dos aplicaciones contribuyen a “desinformar” al consumidor.

Para el nutricionista Carlos Ríos, creador de My Real Food, sus competidoras “ni son tan interpretables”, ni facilitan recomendaciones claras para mejorar la alimentación del usuario.

Y desde Yuka, la portavoz Ophélia Bierschwale, asegura a EFEsalud que no hay competencia sino complementariedad. “La multiplicación de herramientas que ayuden al consumidor a comprar productos más saludables es algo muy bueno”, considera.

Desde una perspectiva independiente, el investigador español José Luis Peñalvo, profesor en la Universidad de Tufts, en Boston (EE.UU), consultado por EFE, opina que estas aplicaciones pueden ser útiles si se basan en evidencias científicas, aunque es más partidario de valorar la dieta en su conjunto y un estilo de vida saludable antes que penalizar alimentos individualmente.

Yuka: ingredientes, aditivos y productos bio

Yuka fue la primera en irrumpir, primero en Francia hace casi tres años y desde junio en España donde ya suma 1,5 millones de descargas de más de 13 millones.

“Los consumidores que eligen Yuka lo hacen, sobre todo, porque las otras dos aplicaciones no analizan la presencia de aditivos”, asegura Ophélia Bierschwale.

La aplicación del logotipo de la zanahoria asigna una nota a los productos (también incluye cosméticos) del 0 al 100 en función de tres criterios.

El primero es la calidad nutritiva que se obtiene con el análisis de los ingredientes por el método Nutriscore (representado por los colores del semáforo) y que supone un 60% de la nota.

Otro 30% depende de los aditivos y su nivel de riesgo en función, dicen, de estudios independientes y de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés), entre otros.

El 10% restante valora si se trata de un producto con la etiqueta bio europea.

ElCoCo: grado de procesamiento y calidad nutricional

ElCoCo llegó en marzo de este año por iniciativa de un grupo de nutricionistas representados ahora por Juan Revenga, también profesor de la Facultad de Ciencias de la Salud en la Universidad de San Jorge en Zaragoza.

Con más de 250.000 descargas, la aplicación actual se basa, como Yuka, en el análisis de ingredientes con Nutriscore (por colores) y, además, en el índice Nova, que mide de 1 a 4 el grado de procesamiento de un producto, siendo 4 la categoría de ultraprocesado.

Pero no da una nota al alimento y ahora la aplicación está en proceso de revisión con el fin de incorporar nuevos índices de análisis siempre según baremos científicos.

ElCoCo, que significa “El Consumidor Consciente”, persigue hacer personas más “sabias” ya que pocos saben interpretar las etiquetas, a veces confusas, de los productos.

De esa desinformación saca provecho la industria de la alimentación: “ Te dicen que ese producto es bajo en grasas pero en realidad es alto en azúcar o en sodio, nos están vendiendo un cubo de basura con un ambientador de pino”, afirma Revenga.

My Real Food: los ultraprocesados en el punto de mira

Comida real (productos frescos), buen procesado y ultraprocesado (con cantidad de ingredientes no saludables) es la principal clasificación de los productos que analiza My Real Food utilizando “una adaptación del sistema NOVA”, además de proporcionar la información nutricional y advertir con el sistema de sellos negros si un alimento es alto en calorías o en azúcares, por ejemplo.

También señala a los aditivos, pero no como Yuka, sino en función de si son inocuos o controvertidos: “Queremos dar información de que no todos los aditivos son iguales, aunque eso no determina el nivel de procesado de un alimento”, señala a Efe el promotor de la app, el dietista-nutricionista Carlos Ríos.

Impulsor del movimiento Realfooding, un estilo de vida basado en alimentos frescos, Ríos lanzó su aplicación el 1 de octubre y ya tiene más de 600.000 usuarios.

Qué no les gusta de su competencia

Los aditivos o la etiqueta bio, son los principales objetos de crítica que se hacen entre las aplicaciones citadas.

Los aditivos: Este criterio, utilizado de forma distinta por Yuka y My Real Food, es criticado abiertamente por Juan Revenga, de ElCoCo, al considerar que fomenta la “quimiofobia” en el consumidor quien puede dejar de comer determinados productos por contener aditivos que tienen la aprobación de la EFSA.

El promotor de My Real Food, por su parte, opina: “Si pones el foco en los aditivos, como Yuka, la industria puede presentar unas magdalenas sin conservantes y colorantes, pero ricas en azúcar y tú te vas a creer que eso es bueno”.

“En los ultraprocesados, el aditivo es el ingrediente menos malo pero no hay que pasarlo por alto porque estos alimentos son muy ricos en esos que hacen más apetitoso el producto”, puntualiza Carlos Ríos.

Ophélia Bierschwale, de Yuka, responde que, aunque un aditivo cuente con la bendición de la normativa europea, eso no significa que no presente peligro para la salud, como el dióxido de titanio, un colorante que Francia prohibirá en 2020, o el aspartamo, un edulcorante que concita opiniones controvertidas.

“Hoy, muchísimas marcas en Francia están quitando los aditivos más polémicos de sus productos. Creo que podemos estar muy orgullosos de llevar a la industria a proponer productos menos químicos y más naturales”, precisa.

Productos Bio: Juan Revenga, de ElCoCo, critica que Yuka utilice la etiqueta bio europea para valorar un producto que lleve la misma composición que otro. “Unas galletas aunque sean bio tienen azúcar como otras que no lo son”, apunta.

Yuka responde: “Aunque los ingredientes sean lo mismo, hay una diferencia entre los bio y los que no son bio, como el hecho de que estos últimos estén protegidos de insectos y hongos gracias a los fertilizantes naturales y no con pesticidas químicos”.

La opinión del experto independiente

Ya que cada aplicación defiende su propio método de análisis de alimentos, EFE ha consultado al experto en nutrición y salud pública José Luis Peñalvo quien, desde la Universidad de Tufts en Boston, cree que estas aplicaciones son “una gran oportunidad” para acercar el conocimiento de una nutrición saludable al consumidor.

Pero, advierte, siempre que sus criterios estén basados en evidencia científica y no en tendencias u opiniones subjetivas.

En las tres coincide el uso de Nutriscore y/o Nova, sistemas de clasificación de alimentos “que tienen áreas de mejora, por lo que hay que ser cautos a la hora de interpretar la clasificación de ciertos tipos de productos”, señala Peñalvo también investigador en el Instituto de Medicina Tropical de Bélgica.

Y pone el ejemplo de alimentos procesados que son adecuados nutricionalmente, como las conservas de pescado, “y que podrían clasificarse igual que una bebida carbonata sin azúcar siguiendo esos algoritmos”.

¿Están seguros los datos que facilitamos?

Algunas de estas aplicaciones te permiten llevar un control de tus hábitos saludables si aportas datos personales.

La información sobre la salud es la “más sensible” en internet, “muy por encima de los datos económicos o fiscales”, señala a EFEsalud Hervé Lambert, responsable global del área de consumo de Panda Security.

“Hay que tener en cuenta que si esos datos caen en malas manos, grupos organizados de hackers podrían saber cuál es nuestro índice de colesterol, cuantas horas dormimos al día, por dónde salimos a correr”, indica.

Pero no solo, “tendrán conocimiento sobre nuestras alergias o intolerancias, si una mujer está embarazada, si tenemos algún problema cardiaco o si nuestros órganos podrían ser compatibles con las de alguien que los requiera”.

Por lo tanto, el mayor riesgo que hay en este tipo de apps es que alguien ataque sus servidores y que filtre al internet profundo la información que contienen, por eso “antes de descargarlas es importante comprobar qué uso hacen de nuestra información, cómo se almacena y dónde están sus servidores físicamente”, advierte Hervé Lambert

Lo ideal -añade- sería que aunque alguien accediese a esa información no pueda relacionarla con nosotros, para lo que es recomendable no dar nuestro nombre completo y usar una cuenta de correo electrónico alternativa, al tiempo que contar con medidas de seguridad en el móvil. Y sobre todo, resume el experto, hay que tener sentido común.

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