Apoyo psicosocial en los centros de salud andaluces, ahora también para hombres

Apoyo psicosocial en los centros de salud andaluces, ahora también para hombres

La Junta extiende al género masculino su estrategia GRUSE (Grupos Socioeducativos de Atención Primaria en Salud) para abordar situaciones adversas de la vida cotidiana.

JAVIER RAMAJO

Antonio tiene 52 años y Manuel 62. Tienen perfiles diferentes pero complementarios, apunta Patri, su trabajadora social. Sus vidas, a tenor de lo que cuentan, han cambiado a mejor tras pasar en su centro de atención primaria por un grupo socioeducativo de ayuda, que la Junta de Andalucía está ampliando a los hombres. Antes solo estaban planteados para mujeres. Ahora, aseguran, viven con más alegría y optimismo. De afrontar de otra manera los encontronazos con los hijos, como dice Manuel, a ser «ponente» en un encuentro de estos grupos en Osuna (Sevilla) tras pasar «veinte años en la calle», según señala Manuel.

«Todos somos susceptibles de asistir a estos grupos», asegura Patri, de la que hablan maravillas Manuel y Antonio, así como del director de la unidad de gestión clínica de La Luisiana. El objetivo de estos Grupos Socioeducativos de Atención Primaria en Salud (GRUSE) es promocionar la salud y mejorar sus capacidades para afrontar las dificultades de la vida cotidiana, para reforzar habilidades que les permitan superar estados de ansiedad y afrontar problemas especialmente en tiempo de crisis.

«Hay que tener en cuenta el mayor incremento de problemas de salud mental en épocas de dificultades económicas y el mayor riesgo que tienen los hombres de suicidio o abuso de alcohol», explican desde la Junta. La estrategia GRUSE comenzó a funcionar en 2011 con mujeres y, ahora, se está extendiendo también a hombres para atender sus necesidades específicas, con bastante éxito según los testimonios. «Hace falta hacer visible este tipo de iniciativas porque realmente hacen falta», comenta Patri. También hace falta «más gente como esta en la Seguridad Social», apunta Manuel.

«Al principio pensé, ¿esto para qué vale?», recuerda Manuel, un paciente pluripatológico con «47 años de campo» a sus espaldas, tres hijos, uno de ellos discapacitado. Su experiencia en el GRUSE le ha llevado a tomarse la vida de manera menos impulsiva, a levantarse cada mañana «alegre y contento» y a defender la educación y la tolerancia en el trato con los demás. Antonio tuvo algunos problemas de adicciones y estaba «necesitado de un poco de cariño». «Aquí he aprendido a hablar, escuchar y saber reaccionar a los problemas. Me han abierto los ojos para muchas cosas», explica a este periódico.

La Consejería de Salud está desarrollando la formación de los profesionales encargados de implantar estos grupos socioeducativos dirigidos a hombres. A través de esta estrategia, se posibilita la adquisición de una mayor autonomía, de habilidades de comunicación y de relación, así como el uso de recursos sociales y activos de salud para afrontar los problemas, gracias a una visión más positiva y a la interacción con el grupo. Asimismo, la Junta pretende favorecer que la persona identifique y use o desarrolle recursos individuales (competencia social, autoestima, estrategias de afrontamiento…), comunitarios (redes de apoyo, solidaridad, cohesión comunitaria…) e institucionales (sistema sanitario, servicios sociales, empleo…).

Gestionar las emociones de manera saludable

Distintos estudios muestran que, en momentos de adversidad, los hombres tienen más dificultad para recuperar o mantener la salud, padecen algunas enfermedades con mayor frecuencia y presentan una mayor tasa de mortalidad. De hecho, se ha documentado que, durante tiempos de adversidad económica, los hombres tienen mayor riesgo de sufrir problemas de salud mental, muerte por suicidio o abuso de alcohol.

Según argumenta la Junta, trabajos recientes ponen de manifiesto que, tras la crisis económica de 2008, la tasa de suicidio se ha incrementado particularmente en países europeos y en hombres, entre los cuales había un alto porcentaje de personas que habían perdido su empleo. En 2014, de las 3.910 personas fallecidas en España por suicidio, el 75% fueron hombres.

A pesar de ello, debido a que los roles tradicionales de género les dificultan analizar y reconocer su vulnerabilidad y gestionar sus emociones de manera saludable, los hombres suelen buscan ayuda más tarde que las mujeres. Por ello la Junta ha optado recientemente trabajar de manera específica con los grupos de hombres que presentan malestar emocional, para que movilicen sus activos para la salud, tanto propios como los del entorno, pero teniendo en cuenta y abordando los determinantes de género que se asocian específicamente al malestar masculino y a sus mayores tasas de conductas de riesgo, adaptando a ese perfil los contenidos y las dinámicas de estos ‘Gruse’.

Los perfiles concretos para trabajar en los GRUSE masculinos son hombres que presentan malestar psicosocial y dificultades para abordar las situaciones adversas (duelo, desempleo, separación…) o situaciones de cambios vitales a las que han de enfrentarse cotidianamente. Se incluyen en este grupo a los hombres cuyos síntomas de malestar físico o emocional (insomnio, somatizaciones, baja autoestima, etc.) no tiene una explicación fisiológica aparente o presentan conductas de riesgo para su salud (aislamiento, sedentarismo, abuso de alcohol, irritabilidad, etc.).

Los grupos de hombres consisten en una actividad grupal de promoción de la salud y el bienestar emocional, organizada en 8-10 sesiones, una por semana, de entre 90 y 120 minutos de duración, para un grupo de 15 personas como máximo, previamente seleccionadas. Hay tres sesiones que se consideran esenciales: la inicial, la de cierre y la que aborda los activos en salud, tanto personales como comunitarios. El resto de sesiones están planteadas en torno a diferentes contenidos, cuyo orden y temas concretos se definen a partir del análisis de las necesidades y perfiles concretos de cada grupo.

www.eldiario.es/andalucia/grupos-socioeducativos_0_630287157.html