Alzhéimer: diez síntomas que pueden servir de alarma y ayudar a su detección precoz

Alzhéimer: diez síntomas que pueden servir de alarma y ayudar a su detección precoz

Es cada vez más frecuente en personas de avanzada edad y el diagnóstico precoz es clave para retrasar su deterioro.

EP / INFOSALUS

Detectar el alzhéimer en su etapa más temprana no es tarea fácil. Aunque estamos ante una enfermedad neurodegenerativa sin cura y cada vez más frecuente en personas de edad avanzada, su diagnóstico precoz es clave para retrasar su deterioro. Para ello, el proyecto kNOW Alzheimer ha elaborado un decálogo de diez signos de alarma que se deben tener en cuenta para, en caso de identificarse varios en una persona, ponerlos en conocimiento de un médico.

Cambios de memoria que afectan a la vida cotidiana: olvidar información recién aprendida, pedir la misma información repetidamente o depender de ayudas para hacer cosas que antes hacía solo es una de las señales más comunes y conocidas de la edad temprana de esta enfermedad. Por lo general, los olvidos corresponden a la información recién aprendida. También es frecuente no recordar las fechas o los eventos importantes.

Dificultad para planificar o resolver problemas: alguna personas ya no pueden planificar como antes o seguir un plan. Tampoco, por ejemplo, pueden seguir los pasos de una receta o manejar las cuentas mensuales. Tienen problemas para centrarse y se vuelven un poco más lentos para emprender las tareas.

Dificultad para desempeñar tareas habituales en la casa, en el trabajo o en su tiempo libre: pueden encontrarse con que empieza a costarles completar las tareas cotidianas. Incluso, pueden tener problemas para llegar a un lugar donde solían ir siempre, administrar presupuestos en el trabajo, o recordar las reglas de un juego al que han jugado siempre.

Desorientación en tiempo y lugar: las personas con enfermedad de alzhéimer olvidan con frecuencia las fechas, las estaciones del año y el paso del tiempo. Pueden no recordar dónde se encuentran o cómo llegaron hasta ahí. La diferencia con los cambios asociados a la edad es que la confusión fuera un rato y luego lo recuerdan.

Dificultad para comprender imágenes visuales y relacionar objetos en el entorno: las dificultades para leer, analizar las distancias y establecer un color o el contraste son algunos de los síntomas. También pueden tener problemas de percepción y pasar por delante de un espejo y no darse cuenta que lo que ven es su propio reflejo.

Problemas nuevos en el lenguaje oral y escrito: pueden tener dificultades para seguir o participar en una conversación. Es frecuente que en medio de la charla se detengan y se olviden de lo que iban a decir, o repitan muchas veces lo mismo. A veces no encuentran la palabra correcta o utilizan términos incorrectos.

Colocar objetos fuera de su lugar habitual y ser incapaces de recuperarlos: es común que las personas con alzhéimer dejen cosas como el mando de la televisión o el reloj fuera de su lugar y que no puedan recordar sus pasos anteriores para encontrarlas. A veces acusan a otros de robarles. Con el avance de la enfermedad esto puede pasar más a menudo.

Disminución o falta de juicio para tomar decisiones: es posible que regalen cantidades exageradas de dinero a alguien que quiera venderles algo. También puede suceder que empiecen a prestar cada vez menos atención a su aseo y cuidado personal.

Pérdida de iniciativa a la hora de tomar parte en el trabajo o en las actividades sociales: poco a poco, van perdiendo las ganas de entretenerse con algún pasatiempo, de encontrarse con amigos, de involucrarse en proyectos o practicar deporte.

Cambios en el humor o en la personalidad: sufren cambios de personalidad y pueden convertirse en personas confundidas, recelosas, deprimidas, temerosas o ansiosas. También pueden tender a enfadarse más fácilmente.

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