02 Mar Abuso sexual infantil: cómo prevenirlo y detectarlo.
El Colegio Oficial de la Psicología de Madrid, a través de su Grupo de Trabajo de Maltrato y Abuso infantil, organizó el pasado jueves la I Jornada «Avances y nuevos retos en maltrato y abuso sexual infantil».
Ana I Martínez – Madrid
Hablar de abuso sexual infantil no es fácil. Pero urge sensibilizar a la población sobre este tema de suma importancia y necesidad para poder proteger los derechos y la salud de la infancia. En España un 25% de los niños y niñas han sido víctimas de maltrato infantil por parte de sus cuidadores (Save the Children, 2019) y en Europa uno de cada cinco es víctima de violencia sexual (Consejo de Europa, 2014). Todas estas cifras son desconocidas por la población general.
Por todo ello, el Colegio Oficial de la Psicología de Madrid, a través de su Grupo de Trabajo de Maltrato y Abuso infantil, organizó el pasado jueves la I Jornada «Avances y nuevos retos en maltrato y abuso sexual infantil», en el que participaron, entre otros, Alejandra Pascual Franch, Coordinadora General de la Federación de Asociaciones para la prevención del maltrato infantil (FAPMI) y Félix López Sánchez, Catedrático de Psicología de la Sexualidad de la Universidad de Salamanca.
En el marco de la prevención del maltrato y abuso sexual infantil, Alejandra Pascual recordó la campaña «La Regla de Kiko», compuesta por un conjunto de materiales de sensibilización dirigidos a los padres, madres, familias y cuidadores para que puedan explicar a los niños y niñas dónde otras personas no pueden tratar de tocarles, cómo reaccionar y a quién dirigirse para pedir ayuda.
«La Regla de Kiko» es sencilla: los niños no deberían permitir que otros niños o adultos toquen partes de su cuerpo que suelen ir cubiertas por su ropa interior. Y no deberían tocar a otros niños, niñas y/o adultos en esas zonas. También ayuda a explicar a los niños que su cuerpo les pertenece, que existen secretos buenos y malos, y formas de tocar buenas y malas.
«Se trata de empoderarles», recordó Alejandra Pascual . «Los niños no son responsables de su propia protección pero hay que darles herramientas para que puedan pedir ayuda y no se queden en el silencio», ya que con los menores se da un «abuso de poder en el que se impone el silencio y la culpa».
En total son cinco los aspectos importantes que se trabajan en las unidades didácticas de esta campaña:
1. Tu cuerpo es tuyo: se enseñar a los niños que su cuerpo les pertenece y que nadie puede tocarles sin su permiso.
2. Buena forma de tocar – mala forma de tocar: se enseña que no está bien que alguien mire o toque sus partes privadas o que les pidan que miren o toquen las partes privadas de otra persona
3. Secretos buenos – secretos malos: el abusador sexual se gana la confianza de los niños, por eso es vital enseñarles la diferencia ente los secretos buenos y malos, y crear un clima de confianza.
4. Aprender a pedir ayuda: los menores no pueden defenderse solos pero sí pedir ayuda. Por eso se les enseña a identificar a los adultos de referencia.
5. Hablemos con mamá y papá
Kiko, además, cuenta con su propio cuento, disponible también online, para todos los interesados.
Otra de las iniciativas de prevención es «Make it Safe», en la que se aborda por un lado, el uso de las TIC de forma segura y responsable por parte de los menores y adolescentes de los centros educativos, y, por otro, se pretende extender el buen uso de las TIC a padres, madres y al resto de miembros de la comunidad educativa.
Cómo detectar el abuso
«No hay que perder de vista la violencia sexual online que cuesta mucho de detectar», recordó Pascual. «En internet se actúa de otra manera y los niños se creen que interactúan con un igual» (« grooming»).
«Creo que en la sexualidad hemos pasado de la represión a la libertad sin educación. Por eso sus efectos», dijo durante su intervención Félix López Sánchez, Catedrático de Psicología de la Sexualidad de la Universidad de Salamanca. Según el experto, aunque se ha mejorado mucho en la detección del abuso sexual infantil, aún queda un largo camino por recorrer.
«Sigue habiendo una baja detección y denuncia. Entre la incidencia y prevalencia hay un abismo. Hay mucha alarma pero poca eficacia», aseguró el experto, que insistió en la necesidad de alejarse de tópicos y de la «sexofobia».
«Hay que hablar», insistió López Sánchez. «Al niño hay que educarle y protegerle. Y da la casualidad de que lo que no se puede nombrar es lo que mas nombres tiene», recordó, en referencia a la falta de explicaciones de las que carecen los niños a la hora de nombrar, por ejemplo, los órganos sexuales.
Por ello, el catedrático aboga por un nuevo enfoque, dando a la educación sexual un «buen trato» donde se incluya la sexualidad infantil y «evitar los malos abusos de la libertad y ética sexual y amorosa».
Urge hacerlo porque, de hecho, «en adolescentes están aumentando mucho los abusos sexuales y están aumentando por los propios adolescentes. Hay un problema serio», aseguró.
Pero hay otro factor que está empezando a notarse: las mujeres empiezan a ser agresoras. «La mujer se incorpora porque la libertad ha llegado a la mujer. Pero la libertad tiene que ir acompañada de ética», subrayó.
Para el experto, la prevención es fundamental para prevenir los abusos y «depende de la prevención que suceda solo una vez». Según López Sánchez, «es clave que el primer abuso sea denunciado o detectado para frenar a quien lo comete».
Para ello, hay que conseguir que la víctima lo cuente. «La persona agredida debe saber que no es culpable y hay que decirle que ese secreto no se puede guardar. Hay que informarse de a quien acudir y cómo». En la mayoría de los casos, los menores que han sufrido abusos sexuales se lo han contado a un amigo que les ha guardado el secreto.
Familia, educadores, pediatras, médicos de familia, forenses, psicólogos, etc. deben también estar atentos a «los cambios bruscos e inexplicables del niño. Si ahora no quiere ir al colegio, es por algo. Si antes salía a jugar y ya no, es que pasa algo», recordó, porque si el niño no da explicaciones y los adultos no las encuentran, es que algo sucede. «Miren a la cara del niño. Mírenla bien porque el rostro de un menor no disimula una experiencia muy peligrosa.», concluyó.