Abuelos cada vez más involucrados en la educación de sus nietos.

Abuelos cada vez más involucrados en la educación de sus nietos.

Smartick tiene tutores que regalan matemáticas y lectura a los más pequeños.

Stefano Traverso

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Los abuelos españoles son abuelazos. Comparados con el resto de Europa, los españoles pasan de media dos horas más al día con sus nietos, según datos de la Sociedad Española de Geriatría y de Gerontología. Con esos datos, es un hecho que parte de la conciliación de las familias recae sobre los abuelos. ¿Cuántos hijos echan mano de sus padres para que cuiden de los nietos de manera puntual o más sistemática? En las estadísticas cabe un cuidado que puede cansar a los abuelos y otro, más puntual, que les alegra los días.

Hay frases hechas sobre los cuidados de los abuelos que dicen, por ejemplo, que ellos ya han educado y que, con los nietos, les toca mimar. Pero, en un mundo donde dar las mejores oportunidades a los niños está muy presente, cada vez hay más abuelos conscientes de que pueden ayudar, sobre todo en una situación económica en la que los pensionistas a veces se pueden permitir echar un cable a las familias de sus nietos. Lo corroboraba hace unas semanas un estudio de la Fundación BBVA:  un 37% de los mayores de 60 años he tenido que echar una mano económica a sus hijos con el pago de algún gasto para llegar a fin de mes, en una dinámica de ayuda entre generaciones que parece haber cambiado de sentido. Cuando se trata de apoyo en gastos extraordinarios puede tratarse de actividades extraescolares y ahí conviene que la ayuda sea lo más eficaz posible para su formación.

Araceli Mancha es una abuela de 71 años, muy activa y no jubilada, con experiencia en la docencia hace años y trabajo en una dirección de equipos en una empresa privada de nutrición desde hace décadas. En la actualidad, es la tutora de cinco nietos en Smartick, la plataforma de enseñanza de las matemáticas y de lectura online, con sesiones de 15 minutos: “Se lo regalo yo. No tuve una buena formación en matemáticas y me hubiera chiflado estudiar económicas. No puedo decir que perdiera pie con las matemáticas porque nunca las entendí, es como una especie de cerrazón”. Por eso, ahora, disfruta viendo cómo sus cinco nietos hacen las sesiones de Smartick desde sus casas.  “Yo no quería ese hándicap con las matemáticas para mis nietos y creo que la mejor forma de ayudarles es tener una buena formación desde muy pronto y evitar que más tarde tengan que ir a clases particulares”. De esa manera, además, ayuda a la conciliación de las familias de sus hijos al evitar complicarle las tardes más adelante.

En varias encuestas, los abuelos españoles afirman sentirse felices de los cuidados que dan a sus nietos. Pero tantas horas, los abuelos cada vez más formados, una oferta de juegos y juguetes como nunca ha existido, ¿hay alguna manera de que los abuelos contribuyan de una manera todavía más significativa? En Smartick tienen varias experiencias de abuelos que están pendientes de la evaluación de las matemáticas de sus nietos, que se convierten en tutores de los más pequeños, como el caso de Araceli: “Tenemos abuelos y abuelas muy formadas que disfrutan siguiendo la evolución de sus nietos en Smartick. Son ellos los que deciden regalar educación y reciben su informe diario. Recuerdo con mucho cariño a uno que era catedrático de Física y que diisfrutaba mucho cuando su hijo le mandaba fotos de sus nietos haciendo la sesión de Smartick”, explica Daniel González de Vega, cofundador de la plataforma e ingeniero de formación.

Araceli no tiene la suerte de poder disfrutar de sus nietos en la misma ciudad en la que vive, pero, con las sesiones de Smartick, es una manera fácil de involucrarse en su educación. “Es el mejor regalo que le hago a mis nietos”, explica en una época, este mes de diciembre, en que se decide en muchas casas de qué obsequios se van a hacer cargo los abuelos en el árbol de Navidad. Esta abuela, licenciada en Historia y en Filología inglesa, lleva años teniéndolo claro. Es una manera, además, de que sus nietos se acuerden de ella durante todo el año, siempre con la involucración de los hijos: “Ellos son los más involucrados e interesados en la formación de sus hijos y ellos valoran Smartick tanto o más que yo”.

La plataforma la fundaron hace ya diez años Daniel González de Vega y Javier Arroyo, dos emprendedores que, preocupados por los malos resultados españoles en PISA, decidieron contribuir a mejorar las competencias matemáticas de los niños en primaria, la etapa en la que se ponen los cimientos para conocer el lenguaje matemático, ese que Araceli, como millones de personas, nunca tuvo oportunidad de dominar. Por eso, ahora, les regala a sus nietos la oportunidad de que lo entiendan y lo practiquen a diario. Quiere que hablen matemáticas, una competencia clave para su formación. Ella descubrió el método por la recomendación de un amigo y lo estuvo probando a fondo durante los siete días que hay para hacerlo sin pagar. Queda tiempo para hacerlo en Navidad y aprovecharse de nuestro descuento del 20% en el primer contrato de los mejores abuelos del mundo.



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