04 Nov A pesar de los pesares
A pesar de los pesares. Cuaderno de la vejez, (Editorial Ariel), es el último libro del filósofo Aurelio Arteta. Una reflexión sobre el día a día del envejecimiento con una moraleja muy clara: mejor haber nacido.
BEATRIZ NOGAL – MADRID
“El secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto honrado con la soledad” es una de las frases que recoge el último libro de Aurelio Arteta que acaba de pasar por los micrófonos de A Vivir que son dos días.
Nacido en Sangüesa, Navarra, en 1945, Arteta imparte clases de Filosofía Política y Teoría de la Democracia en la Facultad de Filosofía de San Sebastián (Universidad del País Vasco). Ha publicado varios ensayos éticos como La compasión. Apología de una virtud bajo sospecha (1996) o La virtud en la mirada. Ensayo sobre la admiración moral (2002). Es colaborador habitual de los periódicos El País, El Correo y Diario de Navarra. Venido de movimientos ciudadanos como ¡Basta ya! se afilió al partido Unión, Progreso y Democracia desde su nacimiento.
Este cuaderno de vejez es un sincero ejercicio de reflexión sobre el paso del tiempo. Si hoy la ciencia ha añadido años a la vida de la gente, solo de nosotros depende colmar de contenido esos años, merecer una existencia humana más plena. ¿Por qué la ocultamos o fingimos ignorarla? “Envejecer y morir son los argumentos indudables de la vida y por más que miremos a otro lado o cambiemos de tema están ahí, forman parte de nosotros. Una parte principal del aprender a vivir es aprender a morir”, ha dicho.
Aurelio Arteta nos invita en esta obra en forma de dietario a perder el miedo y vivir la vejez con la naturalidad que merece. “Un buen día, a mediados de 2006, sin plan más preciso en la cabeza, empecé a recoger de cuando en cuando los pensamientos sueltos que me suscitaba esta vejez que ya está aquí conmigo. Han ido saliendo al hilo de mis cosas y mis días, eso es todo. Sólo después, al seleccionar y corregir esas meditaciones, he comprobado que todo tiene un ápice de esperanza. Es en la vejez donde la esperanza y desesperación juegan su última partida”.
Porque la vejez no tiene por qué ser el período más triste de la vida. Aunque desemboque en la muerte es la fase en la que podemos descubrir muchos placeres y el sentido más sincero de todo lo que hacemos: “El arte de envejecer es el de conservar alguna esperanza”. La peor sería “la de quien no puede perdonarse a sí mismo sus errores o cobardías del pasado”.
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