16 Dic A las supervivientes de cáncer de mama les cuesta más quedarse embarazadas pero suelen tener bebés sanos.
Tienen un 60 por ciento menos de probabilidades de concebir.
ABC Familia
Un gran metaanálisis de supervivientes de cáncer de mama en edad fértil ha mostrado que tienen menos probabilidades que el público en general de quedar embarazadas y presentan un mayor riesgo de ciertas complicaciones, como el parto prematuro. Sin embargo, la mayoría de las que quedan embarazadas dan a luz bebés sanos y no tienen efectos adversos en su supervivencia a largo plazo, según los datos presentados en el Simposio de cáncer de mama de San Antonio 2020, en Estados Unidos.
«Con la disponibilidad de tratamientos anticancerígenos más efectivos, la supervivencia ha ganado una atención sustancial. Hoy en día, el regreso a una vida normal después del diagnóstico y el tratamiento del cáncer debe considerarse como una ambición crucial en el cuidado del cáncer. En las pacientes diagnosticadas durante sus años reproductivos, esto incluye la posibilidad de completar su planificación familiar», explica dijo el autor correspondiente del estudio, Matteo Lambertini, profesor adjunto de oncología médica en la Universidad de Génova – IRCCS Policlínico San Martino Hospital en Génova (Italia).
A medida que la edad promedio para el embarazo ha aumentado con el tiempo, se ha vuelto más común que las mujeres sean diagnosticadas con cáncer de mama antes de tener un hijo. Además, Lambertini explica que muchas de las terapias contra el cáncer que han reducido con éxito la mortalidad por cáncer de mama tienen posibles efectos tóxicos a largo plazo en el cuerpo, incluida la fertilidad potencialmente dañina y la planificación familiar futura. Por ejemplo, la terapia endocrina adyuvante que se prescribe para mujeres diagnosticadas con cáncer de mama con receptor hormonal positivo se administra durante cinco a 10 años después del diagnóstico y durante este tratamiento, el embarazo está contraindicado.
En este estudio, los investigadores realizaron una revisión sistemática de la literatura de 39 estudios que identificaron mujeres que habían estado embarazadas después de un diagnóstico de cáncer de mama. Evaluaron los estudios para evaluar la frecuencia de embarazos posteriores al tratamiento en estas pacientes, los resultados fetales y obstétricos, la supervivencia libre de enfermedad y la supervivencia general. En total, recopilaron datos sobre 114.573 pacientes con cáncer de mama.
En comparación con las mujeres de la población general, las pacientes que habían pasado por cáncer de mama tenían un 60 por ciento menos de probabilidades de tener un embarazo. Lambertini apunta que este estudio no recogió específicamente el número total de mujeres que intentaron concebir, por lo que es posible que algunas mujeres no intentaran tener un embarazo después de completar el tratamiento.
Algunos estudios incluidos en el análisis informaron esos datos, y Lambertini estima que más de la mitad de las mujeres jóvenes que intentaron concebir lo hicieron. Además, algunas mujeres que no tenían la intención de concebir quedaron embarazadas. Lambertini resalta que este hallazgo sugiere que los pacientes con cáncer en edad fértil también deberían recibir información precisa sobre la anticoncepción.
Sin defectos congénitos
El estudio ha mostrado que, en comparación con las mujeres de la población general, las supervivientes de cáncer de mama tenían un riesgo 50 por ciento mayor de tener un bebé con bajo peso al nacer; 16 por ciento más de riesgo de tener un bebé pequeño para la edad gestacional; 45 por ciento más de riesgo de trabajo de parto prematuro y un 14 por ciento más de riesgo de tener una cesárea.
Sin embargo, lo que es más importante, no hubo un aumento significativo del riesgo de defectos congénitos u otras complicaciones del embarazo o el parto. El mayor riesgo de bajo peso al nacer y pequeña edad gestacional pareció restringirse principalmente a las mujeres que habían recibido quimioterapia previa.
El embarazo después del cáncer de mama no se asoció con malos resultados en las pacientes. En comparación con las pacientes con cáncer de mama que no tuvieron un embarazo posterior, las que sí quedaron embarazadas tuvieron un 44 por ciento menos de riesgo de muerte y un 27 por ciento menos de riesgo de recurrencia de la enfermedad.
Cuando se controla el «efecto madre san»», lo que sugiere que las mujeres que se sienten bien y tienen un buen pronóstico son las más propensas a intentar concebir, las mujeres que quedaron embarazadas tuvieron un 48% menos de riesgo de muerte y un 26% de riesgo de enfermedad reaparición.
El análisis indicó además que el embarazo parecía seguro en todos los estados BRCA, estado ganglionar, exposición previa a quimioterapia, intervalo de embarazo (la cantidad de tiempo entre el diagnóstico de cáncer de mama y el embarazo) y los resultados del embarazo.
En general, apunta Lambertini, el análisis mostró que se confirmó que el embarazo después del cáncer de mama es seguro sin afectar negativamente el pronóstico de las pacientes.
Un nuevo protocolo en España
La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), con la participación de la Asociación Española de Cirujanos (AEC), la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), la Sociedad Española de Medicina Nuclear e Imagen Molecular (SEMNIM), la Sociedad Española de Radioterapia Oncológica (SEOR) y la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM), han alcanzado un consenso para el diagnóstico y tratamiento de las mujeres embarazadas con cáncer.
El documento proporciona una guía de actuación y realiza recomendaciones concretas en función de los últimos avances diagnóstico- terapéuticos. Así, se detalla, para cada uno de los tumores más habituales en mujeres embarazadas, el proceso diagnóstico y los posibles tratamientos oncológicos ya sean farmacológicos, quirúrgicos o radioterápicos.
El documento realiza un recorrido que va desde el diagnóstico y las técnicas utilizadas para el mismo en función de cada tipo de cáncer, la edad gestacional, el tratamiento y seguimiento del proceso oncológico y los periodos más adecuados para cada actuación, siempre bajo la premisa de la conservación de la salud de la madre y su hijo en crecimiento.
El diagnóstico es uno de los momentos clave en este proceso y existen dos factores de vital importancia a tener en cuenta, la edad gestacional y las características del tumor. Asimismo, prosigue, el feto debe ser monitorizado y manejado por obstetras especializados que formen parte de un comité multidisciplinario de cáncer. En general, la mayoría de procedimientos diagnósticos se pueden realizar en gestantes sin poner en peligro al feto, como la ecografía, la mamografía con radioprotección y la resonancia magnética sin contraste a partir de la semana 12 de gestación.
El documento también resume las recomendaciones actuales para la administración de radioterapia en el embarazo. Aunque, en general, se recomienda retrasar, si es posible, la radioterapia hasta después del parto, esta puede usarse si la localización del tumor es extrapélvica y la dosis planificada se considera de muy bajo riesgo para el feto.
En general, determinados tipos de quimioterapia se puede administrar a partir de la semana 14 de gestación (segundo trimestre de embarazo) sin riesgo ni para el feto ni para la madre, con las precauciones de tratamiento de soporte adecuadas.
En pacientes con cáncer de mama, el tratamiento con doxorrubicina debe ser la primera opción y paclitaxel la segunda. Sin embargo, en el primer trimestre de embarazo, los tratamientos sistémicos en general; como quimioterapia, hormonoterapia, terapias dirigidas e inmunoterapia están contraindicados porque conllevan riesgo de malformaciones y aborto, y no existen datos de seguridad disponibles durante este período.
Las intervenciones quirúrgicas durante el embarazo es otro de los aspectos que aborda este artículo científico que consensua que los procedimientos anestésicos estandarizados para las mismas se consideran seguros durante el embarazo.
En el documento se señala que según la localización del tumor y la edad gestacional existen indicaciones y procedimientos quirúrgicos adecuados durante el embarazo.
Finalmente, y de forma más concreta y respecto al abordaje quirúrgico en el cáncer de mama, el diagnóstico tumoral más frecuente durante el embarazo, el artículo de consenso señala que en el pasado, se pensó erróneamente que la inducción de un aborto podría mejorar el pronóstico de la paciente, pero esta suposición ya no está respaldada por la evidencia científica actual.