Acoso al alumnado con discapacidad, una lacra que requiere del compromiso de todos: «Hay que educar en empatía».

Acoso al alumnado con discapacidad, una lacra que requiere del compromiso de todos: «Hay que educar en empatía».

Violencia escolar a los alumnos con discapacidad, los números de una constante de acoso al diferente.

2025. 20 Minutos

Merche Borja

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Los últimos informes revelan que el 9,4 % del alumnado en España declara haber sufrido acoso o ciberacoso, porcentaje que se multiplica por ocho si hablamos de alumnos con discapacidad, pues más del 80% de los alumnos con necesidades especiales reconocen que son o han sufrido algún tipo de violencia en su centro educativo.

Para poner esta dura realidad sobre la mesa, sensibilizar a la comunidad educativa y proponer soluciones eficaces desde los ámbitos jurídico, psicológico, educativo, social y familiar, el Consejo Español para la Defensa de la Discapacidad y la Dependencia (CEDDD) ha celebrado en la sala Constitucional del Congreso de los diputados la jornada “Acabemos con el bullying: respuestas al acoso por discapacidad”.

En ella se han dado cita personalidades del ámbito de la educación, del derecho, de la psicología y de las familias, que han puesto sobre la mesa de necesidad de trabajar juntos desde la raíz para acabar con una lacra que se ceba con los más vulnerables.

La mesa de bienvenida institucional ha contado con la presencia de D.  D. Albert Campabadal, presidente del CEDDD; el Excmo. Sr. Juan Manuel Fernández, presidente de la Audiencia Nacional; y Dña. Susana Tejadillos, directora general de Planificación y Gestión Educativa del Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes.

Tejadillos subrayó que el Ministerio trabaja para convertir los principios en realidades tangibles. Explicó que la prioridad es garantizar una educación equitativa y de calidad en centros seguros. Recordó que 8 de cada 10 estudiantes con discapacidad han reconocido sufrir violencia escolar y advirtió que la pasividad ante el acoso “es también una forma de responsabilidad”. Anunció la elaboración de un plan estratégico contra el bullying y en favor de la educación inclusiva.

Inauguró la jornada Sr. Juan Manuel Fernández, presidente de la Audiencia Nacional, que habló de la complejidad del ámbito penal en el ámbito de los menores, que solo debe aplicarse en casos “excepcionalmente graves”, cuando no funciona todo lo demás, como el ámbito educativo o familiar, pero, quiso dejar claro que es necesario evitar falsas apreciaciones de impunidad, pues incluso en el caso de menores de 14 años, que aún no tienen responsabilidad penal, siempre se aplican medidas -porque en menores nunca se habla de penas, sino de medidas- y siempre con una finalidad ‘educativa’, como trabajos en la comunidad.

Carmen Casanova Álvarez, abogada experta en discapacidad y facilitadora judicial, fue la encargada de moderar la primera mesa de la jornada, Protocolos eficaces y responsabilidad jurídica ante el bullying por discapacidad, que reunió a personas del ámbito del derecho, como Carlos Fernández Pascual, Copresidente de la Sección de Discapacidad, Mayores e Inclusión del ICAM; Macarena Ortiz Tejonero, Fiscal de la Fiscalía Provincial de Madrid; Pilar López Bueno, Miembro del Consejo Asesor de la Sección de Discapacidad, Mayores e Inclusión del ICAM; y Sara Antúnez, abogada y presidenta asociación StopHaters.

Carlos Fernández quiso destacar que las cifras de acoso en los centros de educación especial son muy inferiores a las de los centros ordinarios y abogó por crear, en todos los centros escolares, sean de la modalidad que sean, unos planes de convivencia en los que se impliquen tanto la comunidad educativa como las familias, especialmente la del niño o alumno que acosa.

Quiso poner en valor también la figura del facilitador judicial para menores de edad, una figura sobre la que ya existe un decreto en la Comunidad de Madrid, pionero en toda España, y cuya labor es “ayudar y acompañar a personas con discapacidad en cualquier procedimiento judicial y en cualquier fase de esta”.

Macarena Ortiz explicó que la fiscalía puede actuar penalmente cuando las situaciones de bullying pueden suponer un delito, pero que cuando esto ocurre, la primera actuación siempre es contactar con el centro educativo. Si el menor es inimputable porque tiene menos de 14 años, se pone en manos de servicios sociales para ver la mejor manera de corregir la conducta del menor, y en caso de que tenga edad penal, se valoran qué medidas, dentro del amplio catálogo que existe.

Detrás de los casos de bullying siempre encontramos el ataque al diferente

Destacó, además, que “detrás de los casos de bullying siempre encontramos el ataque al diferente”, y aunque no existen datos disgregados de agredidos y agresores con discapacidad, sí se están empezando a recoger los datos de casos de bullying causantes de delito, que han sido, según datos de la fiscalía, de 1.196, «algo se está moviendo en cuanto a concienciación, pero queda mucho por hacer, pues, por ejemplo, más de un 30% de lsa víctimas no se reconocen como víctimas».

Habló también de lo que se conoce como ‘exploración del menor’, que es la entrevista que se lleva a cabo con el menor agredido, en presencia de un psicólogo, para intentar averiguar qué le ha pasado. En el caso de personas con discapacidad es indispensable además la figura del facilitador, pues la ayudará también a identificar que ha sido víctima de acoso.

Pero la judicialización no es la única manera de resolución de conflictos de este tipo. De hecho, en el caso de menores, y en el ámbito educativo, siempre es preferible la mediación, como puso de manifiesto Pilar López, “la mediación forma parte de la cultura de paz. En el caso de la medicación escolar, está impregnada de psicología, y aplicada a la discapacidad, mucho más, pues supone un ambiente protegido para la persona con discapacidad. Poder adaptar el lenguaje y tener en cuenta los tiempos son herramientas muy eficaces para dar voz a las personas con discapacidad”.

En su intervención, López quiso hablar de Peter Fonagy y sus ‘Escuelas de la paz’, un programa basado en la ‘mentalización’ y que ha resultado muy útil donde se ha implantado para combatir el bullying contra todos los alumnos, especialmente  los alumnos con discapacidad. Según explicó,  este programa “fomenta la empatía y el entendimiento mutuo” y se basa en entender las actuaciones propias y las ajenas para luchar contra la violencia. “Cuando un niño es capaz de pensar cómo se sentirá su compañero cuando le hace algo o por qué su compañero con discapacidad actúa de esta forma, está menos dispuesto a hacerle daño. Se humaniza al otro, porque si solo se va a un alumno con discapacidad como ‘la víctima fácil’ será más fácil agredirle, y sin remordimientos”, asegura.

La última en intervenir en esta mesa fue Sara Antúnez, que alertó sobre el aumento y la complejidad del cyberbullying, pues el acoso ya no termina cuando terminan las clases, sino que puede continuar “24 horas al día 365 días a la semana”. Destacó también la “deshumanización” de este tipo de acoso, en el que no ves el rostro ni la reacción del que es acosado, y la sensación de impunidad que conlleva. Esto podría mejorar con formación en ‘cibercivismo’, y dejando claro que acosar a una persona con discapacidad, tanto si es menor como si es mayor, es un ‘agravante’ y “todo el mundo debería tenerlo claro”.

Educar en valores y en empatía

Melisa Tuya, redactora jefe de 20minutos y coordinadora de “Capaces”, fue la encargada de moderar la mesa Impacto psicológico y familias. Intervención clínica, escuela y voz de las familias, en la que escuchamos hablar a D. Juan Cristóbal Cabiedas Pedraza, Jefe de Grupo. Plan Director para la convivencia y mejora de la Seguridad en los centros educativos y su entorno; D. Javier Lastra, Decano del COP Cantabria; Dña. Mónica Mir, vicepresidenta de Best Buddies España; y Dña. Milagrosa Bascon, socióloga y profesora Universidad Córdoba.

Esta última hablo de las características especiales que tiene el acoso escolar hacia las personas con discapacidad, un ‘bullying discriminatorio, “que es aquel que ya se dirige a un colectivo estigmatizado o vulnerable. La agresión se da porque existe una diferencia percibida entre él y el resto del grupo, una diferencia en la que entra el juego el prejuicio. No se burlan de lo que uno hace, sino lo de que uno es. Todo esto hace que el agresor tenga el camino más fácil, porque, además, a la víctima le es más difícil identificar el acoso y tiene menos capacidad para defenderse. Por eso, en estos casos la formación de los profesionales es tan importante”.

El bullying, como recalcó Mónica Mir, explota en la adolescencia, pero se gesta desde la más tierna infancia, de ahí la importancia de intervenir cuando son más pequeños, cuando los niños empiezan a hacer suyos los prejuicios que ven en la sociedad que nos rodea, “hay que educar en valores, en empatía, en que se perciba la diferencia, la diversidad como algo positivo, porque las personas con discapacidad aportan muchas cosas, aunque tampoco tendríamos que enumerar todo lo que aportan para que se les valore como personas, sino predicar con el ejemplo”.

En la misma línea habló Javier Lastra, para quien el bullying es el resultado de la violencia, una conducta que no se modifica con palabras, sino con ejemplo, “cada etapa tiene su dinámica, pero el bullying se puede combatir en todas ellas trabajando la responsabilidad, la empatía, y más en casos de discapacidad. Los protocolos existen para cuando ya existe el bullying, por eso hay que combatirlo antes de que aparezca, combatir cada conducta que causa daño”, por pequeña que parezca, “para evitar que se cronifique”. Y hay que actuar en todos los alumnos, “el que lo hace, el que incita y el que calla. Y tenemos que actuar todos, porque todos somos cómplices, no podemos gira la mirada”.

Juan Cristóbal Cabiedas habló de los programas de formación que tienen desde la Policía Nacional para prevenir el acoso entre los colegios, con profesores e incluso en las universidades para formar a futuros profesores… Y una vez que aparece, destacó la figura del testigo para combatir el bullying, porque es el que puede “alzar la voz y defender. Como destacamos siempre en nuestras formaciones, no son chivatos, sino parte de la solución”. Además, invitó a que se use el mail de seguridad escolar (seguridadescolar@policia.es), en el que pueden denunciar de manera anónima casos de acoso escolar.

Pese a todos los datos negativos y el aumento del ciberbullying, todos coinciden en que ahora se habla más, se visibiliza más, algo que antes no pasaba y más en un colectivo como el de la discapacidad, que se tendía a ocultar. Ahora, como aseguró Milagrosa Bascón, la sociedad tiende más a ponerse en el lugar del otro, y los profesores también están más concienciados con la discapacidad en el aula, aunque falta formación y recursos para acercarnos más a la verdadera inclusión”.

La diversidad en el aula es mayor, pero, como apunta Mónica Mir, se ha hecho “sin preparar a los profesores y al alumnado, por eso habría que poner más recursos en lo social, en los patios… para favorecer esa inclusión y combatir el bullying”.

Entre los problemas de los que no habla, Mir destacó la soledad como forma de bullying, “niños que se pasan el patio solos, sin ningún amigo o que no invitan a los cumpleaños. Muchas veces no es malintencionado, pero ahí debería estar, por un lado, el profesorado y, por otro, las familias. Tenemos que aprender a relacionarnos con la discapacidad de manera natural para que nuestros hijos también aprendan, porque la soledad es demoledora, y la amistad es un antídoto para el acoso y para evitar prejuicios. Es una herramienta maravillosa”.

La soledad es demoledora, y la amistad es un antídoto para el acoso y para evitar prejuicios. Es una herramienta maravillosa

Combatir el bullying deber ser, en definitiva, un trabajo conjunto, comunitario, en el que todos los agentes eduquen en la diferencia, porque el acoso escolar no es solo cosa de profesores, ni siquiera en el ámbito educativo, donde faltan psicólogos u otros perfiles porque, como destaca Milagros Bascón, “a los docentes se les pide demasiado, y faltan recursos para que puedan cumplir con todo lo que dice la ley que tenemos derecho. Esa brecha es el problema, y provoca frustración docente. En poner esos recursos, es la administración es la que tiene que responder, porque los profesores no pueden hacerlo todo”.

La jornada finalizó con la intervención de Mar Ugarte, Vicepresidenta del CEDDD, que calificó el acoso escolar como una “vulneración gravísima de los derechos fundamentales de los niños y de las niñas” y reclamó medidas contundentes para que el Estado Español cumpla con la Convención de la ONU sobre los derechos de las personas con discapacidad, que obliga a “garantizar entornos educativos seguros inclusivos y libres de discriminación”. Además, pidió “medidas contundentes y protocolos homogéneos y vinculantes en todo el territorio nacional, que incorporen explícitamente la variable de la discapacidad, que se activen con rapidez y dispongan de seguimiento evaluable y que garanticen consecuencias jurídicas cuando correspondan, porque un protocolo que no funciona, no protege a nadie”.