26 Sep Día internacional de las personas mayores
Celebrando la vida, cuando llega la tarde
Autor: Ana Isabel Esteban. Presidenta de Solidaridad Intergeneracional
Cada vez con más frecuencia, algunos discursos mediáticos y culturales señalan a las personas mayores —especialmente a la generación boomer— como responsables del malestar que viven muchos jóvenes. Bajo esa narrativa, quienes hoy tienen pensiones dignas o viviendas en propiedad son retratados como quienes “lo acapararon todo”. En vez de analizar por qué el sistema no funciona para quienes intentan construir su futuro, se busca un culpable entre quienes ya lo han recorrido.
Este enfoque, presente en parte de la prensa, redes sociales e incluso en libros como La vida cañón, no solo es injusto: es peligroso. Oculta las causas reales de la desigualdad, enfrenta a generaciones que deberían caminar juntas y silencia la diversidad de realidades entre las personas mayores. Porque no todas viven bien: muchas lo hacen en soledad, con pensiones mínimas o con crecientes necesidades de cuidados.
¿Qué vida cañón tienen las mujeres viudas?
Pero más allá de los titulares, conviene mirar con lupa la realidad de quienes sostienen la vejez más invisible: las mujeres viudas.
Más de 2,1 millones de mujeres en España perciben una pensión de viudedad, muchas de ellas como único ingreso. La pensión media apenas alcanza los 960 € mensuales, y para cientos de miles ni siquiera eso. Estas mujeres arrastran una vida laboral marcada por la precariedad, la desigualdad y la invisibilidad de los cuidados no remunerados.
Llamar “vida cañón” a esa realidad no solo es frívolo: es profundamente injusto. Borra la experiencia de millones de mujeres cuya vejez es, muchas veces, una forma de resistencia digna.
Una vida digna no puede construirse con pensiones que rozan el salario mínimo
Más del 50 % de las pensiones están por debajo del SMI. Y si consideramos insuficiente ese ingreso para jóvenes, también lo es para personas mayores con gastos como medicamentos no cubiertos, adaptación del hogar, gafas, audífonos, salud dental o consultas privadas cuando la sanidad pública no responde a tiempo. Las pensiones no son un premio: son un derecho tras décadas de trabajo y cuidados. Defender su suficiencia no es un lujo, es una necesidad urgente.
El 1 de octubre, Día Internacional de las Personas Mayores, lo celebran casi 10 millones de personas en España. Personas a las que nos ha llegado la tarde…
Pero siguen vivas, siguen soñando, siguen aportando, siguen amando, y siguen luchando por sus derechos. Que nadie nos arrebate la palabra ni las reduzca a un estereotipo.
Cuidar de quienes nos precedieron es también una forma de cuidar el futuro de todos.
Aquí no hay viejos Solo nos llegó la tarde, parece que escribió Benedetti.
Viejo es el mar y se agiganta. Viejo es el sol y nos calienta. Vieja es la luna y nos alumbra. Vieja es la tierra y nos da vida. Viejo es el amor y nos alienta
Aquí no hay viejos. Solo nos llegó la tarde.

