6 de cada 10 personas con discapacidad se autoexcluyen de las ofertas de trabajo: «No me atreví a enviar el currículum».

6 de cada 10 personas con discapacidad se autoexcluyen de las ofertas de trabajo: «No me atreví a enviar el currículum».

Un 71% se encuentra con ofertas con lenguaje excluyente que transmite la idea de que ciertos perfiles no encajan en la vacante, con datos de un informe de la Fundación Adecco.

2025. El Periódico

Nieves Salinas

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En España hay 135.417 personas con discapacidad que buscan empleo. Son datos del Ministerio de Trabajo. El 83,2% de ellas lo hace en el entorno digital. La realidad, dura, es que 6 de cada 10 personas de esas personas que están en paro se autoexcluyen de las ofertas de trabajo. El lenguaje discriminatorio y falta de accesibilidad, son las principales barreras con las que se topan.  Son datos del ’14º informe Tecnología y Discapacidad’, un análisis que basa sus conclusiones en una encuesta a 300 personas, del Observatorio de la Vulnerabilidad y el Empleo de la Fundación Adecco, con el apoyo de Keysight Technologies Sales Spain.

‘Vi la oferta, pero no me atreví a enviar el currículum’; ‘pensé que no encajaría en el perfil que buscaban’; ‘la web de inscripción no era accesible, así que lo dejé’ o ‘la entrevista por videollamada me generaba ansiedad, así que no seguí con el proceso’, son algunos de los testimonios recabados.

Si seis de cada diez personas con discapacidad tienden a autoexcluirse de las ofertas de empleo, un porcentaje que varía en función del tipo de discapacidad, se dispara hasta el 75% en el caso de las que presentan algún diagnóstico de salud mental. Sin embargo, es significativo que, en todos los casos, el porcentaje supera el 50%, subraya el informe.

Quedarse fuera

Un trabajo que pone sobre la mesa datos como los motivos que exponen a la hora de autoexcluirse de las opciones de encontrar un empleo en ese entorno digital. Un 71% se encuentra con ofertas con lenguaje excluyente o capacitista, que transmiten la idea de que ciertos perfiles no encajan en la vacante. Por ejemplo, cita el informe, ‘persona joven y dinámica’, que asocia el rendimiento a la edad y a la condición física

‘Excelente presencia’ es otro enunciado que se asocia a un concepto subjetivo que puede discriminar a quien no encaja en ciertos estándares tradicionales; o ‘capacidad de permanecer de pie durante 8 horas y levantar cargas de 20 kg’, que penaliza a las personas con determinadas discapacidades, que necesitan ayudas técnicas.

Filtros automáticos

Un 31,5% de los encuestados subraya que, en muchas ocasiones, las ofertas presentan filtros automáticos mal configurados, que «perpetúan la discriminación algorítmica«. El uso de herramientas automatizadas para el cribado de candidaturas puede generar sesgos si no están bien diseñadas, se añade. Por ejemplo: test psicométricos con tiempo límite estricto -penalizan a quien necesita más para procesar o responder- o sistemas de puntuación que priorizan trayectorias laborales lineales. «No contemplan interrupciones por motivos de salud o discapacidad, generando una puntuación más baja injustamente», se apunta.

Además, un 25% de los encuestados destaca que muchas ofertas presentan un diseño inaccesible. Algunos ejemplos comunes son imágenes sin texto alternativo o contrastes de color insuficientes que dificultan la lectura para personas con baja visión o dislexia. También formularios que no se pueden completar con lector de pantalla o vídeos sin subtítulos o sin transcripción que excluyen a personas sordas o con dificultades auditivas.

Nuevas tecnologías

Las nuevas tecnologías se perciben como un «apoyo esencial» para mejorar la vida y la proyección laboral de las personas con discapacidad, subraya la Fundación Adecco. Plataformas de videoconferencia y colaboración remota que eliminan la necesidad de desplazarse, asistentes virtuales que agilizan la redacción, aplicaciones de geolocalización que trazan rutas accesibles, sistemas de dictado y lectores de pantalla que convierten texto en voz y viceversa, son ya parte de la rutina cotidiana de muchas personas con discapacidad.

De hecho, los datos confirman el peso que la tecnología tiene en la autonomía y en la mejora de la vida diaria de las personas con discapacidad. Para una tercera parte (33,9 %), las herramientas digitales resultan imprescindibles; otro 49,2 % las considera importantes para desenvolverse y acceder a oportunidades. En el extremo opuesto, solo un 13,8 % les asigna un papel secundario y apenas el 2,8 % afirma que no le aportan ningún beneficio.