07 Oct Las caídas de ancianos ya registran más lesiones medulares que los accidentes de tráfico.
La Unidad de Lesionados Medulares de Vall d’Hebron alerta del «cambio de paradigma» de los últimos años debido al envejecimiento poblacional.
2024. El Periódico
Beatriz Pérez
El pasado 3 de febrero, el día del cumpleaños de su mujer, Luis, de 78 años, abrió un armario de la cocina para sacar unos vasos. No llevaba gafas y se dio un fuerte golpe en la frente con la puerta. No le dio mayor importancia, pero por la noche se cayó desplomado al suelo. La familia llamó rápidamente a la ambulancia. «No llegué a perder el conocimiento, pero me faltaba el aire. No podía hablar», relata Luis. No lo sabía en aquel momento, pero había sufrido una lesión medular aguda. Hoy día, gracias a la rehabilitación que hace en el Hospital Vall d’Hebron (Barcelona), puede hablar sin problemas y ya camina, aunque con ayuda de un andador. «Donde está el cuerpo del ser humano, está el peligro», reflexiona.
Las caídas accidentales en casa ya desbancan a los accidentes de tráfico y/o deportivos como la principal causa de lesión medular aguda. Y los mayores de 75 años son el principal perfil de paciente, debido al envejecimiento poblacional. «Estamos ante un cambio de paradigma: hay un aumento de mayores de 75 años con lesión medular aguda a causa de caídas en el domicilio. La lesión medular más común es la traumática cervical. Y en algunos casos la lesión es completa, por lo que la discapacidad es máxima», ha explicado este jueves Lluïsa Montesinos, jefa de la Unidad de Lesionados Medulares de Vall d’Hebron.
Cinco años atrás, el 60% de los pacientes que trataba esta unidad eran lesionados medulares por accidentes de tráfico o actividades deportivas, y el 40%, por caídas casuales. En la actualidad, sin embargo, la mayoría (un 55%) se debe a caídas cotidianas, y el 45%, a accidentes de tráfico o actividades deportivas. Los jóvenes de entre 16 y 30 años (el perfil de lesionado medular por accidente de tráfico o actividad deportiva) ya no son los que más están ingresando en la unidad de Vall Hebron, sino los mayores de 75.
La unidad, en cifras
Basta con echar un vistazo a las cifras para hacerse un idea del auge del fenómeno. En 2023, la unidad atendió a 46 pacientes con lesión medular aguda; 23 fueron por una caída casual; 13, por accidentes de tráfico, y 9, por una actividad deportiva. De esos 23 que sufrieron una caída, 14 tenían más de 75 años. En 2022, la unidad atendió a 48 pacientes: 26 fueron por una caída casual (13 de los cuales tenían más de 75 años); 10, por accidente de tráfico, y 12 por una causa deportiva.
Según la doctora Montesinos, este tipo de caídas en mayores de 75 años suele darse en personas con «otras patologías importantes». «Queremos prestarles atención porque hemos visto que la caída casual en el domicilio es una tendencia en aumento», ha apuntado la doctora. El junio pasado, la estadística del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre defunciones en 2023 ya reveló que las caídas superaron a los suicidios como primera causa de muerte externa (no causada por una enfermedad), una tendencia al alza desde los años 90 que en España marcó en el año pasado un máximo histórico debido al envejecimiento de la población. En los 80 se producían hasta cinco veces menos caídas mortales al año.
«Es evitable»
Vall d’Hebron ha querido dar a conocer estos datos porque las lesiones medulares agudas por caídas son «evitables», en palabras de Montesinos. La especialista confía en que, «de la misma manera que ha habido una disminución de las lesiones medulares por siniestros de tráfico» (en parte debido a las campañas de concienciación de la DGT), también podrán reducirse los accidentes caseros si se sensibiliza a la población. «Hay un aumento en personas de más de 75 años porque tenemos a mayores activos, con una buena calidad de vida. Son personas que salen de casa», ha añadido. La médica ha mencionado algunas medidas de prevención: no tener alfombras en casa, ser conscientes de si necesitan algún tipo de soporte (bastón o andador) al salir de casa y también de si son capaces de, por ejemplo, «subirse a una escalera a poner una cortina».
Gran discapacidad
La doctora recuerda que con la edad se pierden «reflejos» para protegerse ante una caída y, de la misma manera que se rompe una cadera, también se puede lesionar la columna. «Mayoritariamente, vemos lesiones cervicales incompletas [como es el caso de Luis], pero en algunos casos son completas y generan una gran discapacidad en edades avanzadas», dice. Mientras que con la lesión medular completa se pierde toda la sensibilidad y capacidad para controlar el movimiento por debajo del punto de la lesión, en la incompleta sí que existe sensibilidad y control del movimiento por debajo del área afectada, en grado variable en función de la lesión.