Las rentas básicas universales arraigan en 13 países como escudos sociales efectivos.

Las rentas básicas universales arraigan en 13 países como escudos sociales efectivos.

Las ayudas directas a personas y familias sin recursos se han asentado en naciones de rentas altas, grandes mercados emergentes y países en desarrollo. Una Renta Básica Universal para todos los ciudadanos del mundo duplicaría con creces (un 130%) el PIB del planeta.

2024. Público

Diego Herranz

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«En los últimos 15 años, la Renta Básica Universal (RBU) se ha desplegado por todo el mundo y ha ocupado un lugar destacado en las agendas de política social, que han ido elevando los fondos destinados a estas ayudas sociales para personas con recursos comparables a los umbrales de pobreza o sin perspectivas de desarrollo laboral, personal o familiar». Así describen en Stanford Basic Income Lab –el módulo de análisis sobre la evolución mundial de este subsidio creado en 2017 por la profesora de Filosofía Juliana Bidadanure y que está adscrito a la escuela McCoy de Ética y Sociedad de la Facultad de Humanidades de la famosa universidad americana– los rasgos genéricos de esta iniciativa dirigida a facilitar la reinserción de personas con escasos ingresos en sus núcleos sociales.

Desde su laboratorio de ideas y datos, este centro ha enumerado un listado de 13 países con este escudo forjado como arma de protección a los más necesitados, sin discriminación por tamaño de economías ni capacidad de influencia internacional. Aunque con distinción en función de ideologías. Esas iniciativas cada vez reflejan más resistencia activa entre autoridades de corte conservador en lo social y neoliberal en lo económico que han manifestado su guerra abierta –cuando no se han tirado directamente al monte, en el caso de las posiciones de extrema derecha– hacia lo que denominan una cruzada progresista que identifican con los movimientos del woke capitalism.

Es decir, se posicionan en contra de toda reivindicación o intento social de avanzar en derechos, justicia civil o lucha contra la crisis climática, a través de sus distintos ecosistemas mediáticos y redes virtuales de difusión de falacias (fakes), con las que contrarrestan a sus rivales políticos.

Por eso, no es de extrañar que una parte substancial de las críticas contra la RBU –quizás, las más acérrimas– haya surgido en EEUU. El paraíso del libre mercado y del American Way of Life ha presenciado una auténtica batalla campal desde las filas republicanas hacia cualquier método de adjudicación de ayudas directas por parte de gobernadores y alcaldes que las han aplicado a lo largo y ancho todo el territorio federal. Porque en contra de lo que pudiera parecer, casi dos terceras partes de los programas de renta básica se han implantado en la primera economía del planeta, recuerda el Stanford Basic Income Lab, que se apresura a distinguir entre el RBU y la Renta Básica Garantizada (RBG).

Las rentas básicas –dicen sus investigadores– son pagos incondicionales, pero la universal no hace distinción entre beneficiarios. La garantizada está enfocada a comunidades o a estratos sociales específicos. Si bien ambos proveen fondos concretos, en función de determinados requisitos, a personas individuales, para que los empleen en sus necesidades perentorias: desde servicios de índole sanitaria o educativa, a la cesta de la compra, al alquiler o adquisición de viviendas o a cualquier otra demanda asistencial.

Detrás de la resistencia neoliberal también se encuentra el poder de las rentas básicas para suturar las amplias brechas de la desigualdad social. Otro estudio académico, en este caso firmado por el profesor Rashid Sumaila, de la Universidad de Columbia Británica en Vancouver, asegura que una ayuda global de estas características calculada sobre 7.700 millones de personas del planeta –aunque los registros demográficos lo elevan ya por encima de los 8.000 millones– catapultaría el PIB del planeta un 130%, más de 163 billones de dólares.

El análisis, que se publicó el pasado junio en la revista Cell Reports Sustainability, enfatiza que estos recursos podrían sufragarse a través de un impuesto sobre el carbón y con la supresión de los subsidios que mantienen los combustibles fósiles o a actividades perjudiciales para el medio ambiente como la pesca indiscriminada de ciertas especies marinas. Las rentas universales son «salvavidas» para familias en situación de emergencia que, además, «pueden contribuir a luchar contra la crisis climática», explica Sumaila.

En su opinión, sin embargo, este planteamiento de máximos generaría un cheque de 41 billones de dólares, casi la suma de los PIB de EEUU y China. Pero –enfatiza– alternativas como asistir a los 9,9 millones con ingresos inferiores a un dólar por día en los países en vías de desarrollo requeriría 442.000 millones; el tamaño de las economías de Malasia o Bangladesh.

El Stanford Basic Income Lab describe 13 naciones donde sus diferentes gobiernos mantienen en vigor alguna variante o iniciativa de renta universal y que recoge el portal Business Insider.

Brasil

En Maricá, municipio del Estado de Río de Janeiro, entrega rentas a más de 93.000 de sus 197.000 residentes. Casi la mitad de su población censada. A través de un programa que entró en vigor en 2019 y que ha ido aumentado el número de destinatarios desde entonces. Todos se deben haber registrado previamente en el archivo federal de programas sociales que identifica a las familias e individuos de rentas bajas.

En 2013, su consistorio creó el Banco Mumbuca, una comunidad que usa aplicaciones digitales y tarjetas bancarias con una divisa llamada mumbuca que no es convertible, pero con la que se acometen los ingresos de renta básica, a razón de 57 dólares –al cambio, a precios constantes de mercado– por persona al mes. Los planes de rentas básicas se expandieron durante la crisis sanitaria de la covid–19; desde abril de 2020 hasta diciembre de 2021, los desembolsos saltaron a los 127 dólares, si bien en mayo de 2022 se redujeron a 79 dólares. A finales de 2023, llegaron a los 84 dólares.

Canadá

Hace más de medio siglo, Canadá instauró su primera experiencia piloto de renta básica en Manitoba, aún activo como RBG, aunque ahora en todo el país. En la Columbia Británica, sus gobiernos han sostenido el llamado Agreements with Young Adults, un programa de ayuda social con rentas directas dirigido a jóvenes que requieren cuidados urgentes o que hayan perdido la custodia de sus familias. Este plan específico empezó en 2022 para residentes en esta región de entre 19 y 26 años. Se estructura en seis meses, durante los cuales, los beneficiarios reciben más de 1.250 dólares mensuales, dependiendo de sus necesidades universales.

El objetivo de este subsidio es dar cobertura a los gastos de vivienda, manutención o transporte para ayudar a los jóvenes a finalizar sus estudios obligatorios, atender otros cursos de formación o completar programas de rehabilitación, hasta un total de 48 meses.

China

Macao, la región administrativa especial de la costa sureste y antigua colonia portuguesa, mantiene desde 2008 un fondo asistencial que se conoce con la designación casi bursátil de Plan de Planificación Patrimonial que recuerda más a la denominación de una cartera de inversión, y al que pueden acceder residentes y personas no censadas. Solo con el DNI de Macao, reciben la renta habitual, una suma concebida como un cheque que se entrega en instituciones oficiales y que puede recibirse por transferencia bancaria.

Son pagos anuales no fijos, sino sujetos a cambios regulatorios anuales, en función de los planes presupuestarios de las autoridades regionales. En 2024, los ingresos llegaron a los 1.250 dólares para los residentes y a los 750 para los no residentes.

Alemania

Berlín dispone, desde 2014, de una aportación anual que responde al criterio de renta básica, conocida como Mein Grundeinkommen y que se concede mediante sorteo. Desde el año de su implantación ha registrado 1.500 beneficiarios. Cualquier residente en la capital germana puede solicitar entrar en esta lotería, con independencia de la edad, el género, la nacionalidad o los ingresos personales.

Presenta dos programas: la «utópica renta básica» que ofrece 1.100 dólares mensuales durante un año, y la «realista renta básica», que supera los 1.320 dólares durante tres años y que depende de los emolumentos personales de quien la reclama. Entre 2021 y 2024 también ha funcionado otra renta, impulsada por ONG y entidades sin ánimo de lucro que se conoce como Pilotprojekt Grundeinkommen y que ha dotado a 122 personas con 1.320 dólares al mes durante tres años a la espera de conocerse los resultados socioeconómicos que se desvelarán en enero de 2025.

El último de los pagos de esta experiencia piloto concluyó en mayo de este año.

India

En el estado de Tamil Nadu, el programa de renta universal en uso se focaliza en mujeres que necesitan algún tipo de asistencia básica personal. Situado en el sudeste de la democracia más grande, dentro del país más poblado del planeta, su Kalaignar Magalir Urimai Thogai busca garantizar los derechos de la población femenina. Mediante la entrega de ingresos vinculados al pago para la adquisición de terrenos o del recibo de la luz. Las destinatarias deben ser mayores de 21 años con ingresos anuales familiares inferiores a 3.000 dólares.

Está confeccionado para recibir 12 dólares al mes y las primeras transferencias se iniciaron en septiembre de 2023. Las autoridades estatales pretenden prorrogarlo año a año.

Irán

Desde 2011, provee rentas a sus ciudadanos, dentro de la llamada Ley de Reforma de los Subsidios Establecidos. Pagos directos a más de 70 millones de residentes, explican en Stanford Basic Income Lab de alrededor de cuatro dólares al mes, que suponen el 29% de los ingresos medios de una familia iraní.

Irlanda

Destinado a artistas. A razón de 325 dólares semanales. Dentro de su Basic Income for the Arts, un programa piloto que selecciona aleatoriamente a quienes acrediten habilidades que se relacionen con las distintas disciplinas artísticas y que recibieron 2.000 personas en 2022 y en 2023. Con vigencia hasta 2025 y el propósito de facilitarles estabilidad financiera para dedicarse a actividades creativas.

Kenia

Una asociación sin ánimo de lucro, GiveDirectly, proyecta desde 2018 ayudas a residentes en zonas rurales para promover los negocios del sector primario en el país que, en la actualidad, entrega a 20.487 beneficiarios. El programa piloto se despliega en tres grupos con elecciones de carácter aleatorio: uno que recibe 22,5 dólares mensuales durante 12 años; otro con la misma, pero durante dos años y un tercero de 500 dólares totales que reciben directamente.

Liberia

En el condado de Maryland, en el sudeste de esta nación africana, 13.795 personas de áreas rurales elegidas al azar gozan desde 2022 de una ayuda que también proporciona GiveDirectly. Tienen acceso a pagos durante 36 meses hasta alcanzar 1.224 dólares y está garantizado para un trienio.

Corea del Sur

En Seúl rige el Safe Income Project para hogares de rentas medias y bajas, con un cheque al portador que varía según sus ingresos reales. Fue lanzado en 2022 y lo gestionan las autoridades municipales de la capital de este tigre asiático que ha conseguido el estatus de país de rentas altas y economía de mercado. Junto a la Seoul Welfare Foundation.

El programa está destinado a familias con ingresos inferiores al nivel medio de los hogares de la ciudad y se desglosa en dos fases; una primera que involucra a 500 familias desde julio de 2022 a junio de 2025 y otra segunda que engloba a 1.100 entre julio de 2023 y junio de 2025.

La primera destinada a hogares con rentas inferiores al 50% del promedio y la segunda a aquéllas que se sitúan por debajo del 85%. En ambas fases, se entrega la diferencia entre las rentas que obtiene la familia y el 85% del nivel medio de ingresos familiares en Seúl.

Togo

El llamado Programa Novissi –solidaridad, en el lenguaje nativo Èwè– se lanzó en 2020 para trabajadores de áreas urbanas en las que impactó especialmente la covid-19. Desde entonces, se ha expandido a zonas rurales y a trabajadores de rentas bajas.

Los hombres reciben 19,41 dólares y las mujeres 64,70 bimestralmente, según Stanford Basic Income Lab, cuyos expertos aseguran que los reciben más de 800.000 beneficiarios. El fondo es un híbrido de recursos públicos y privados, porque existen instituciones patrocinadoras de esta idea como GiveDirectly, UC Berkeley’s Center for Effective Global Action, Innovations for Poverty Action, entre otras.

Reino Unido

En Gales, el Gobierno creó en 2022 un proyecto piloto de asistencia financiera a jóvenes sin hogar o sin tutela parental –Basic Income for Care Leavers– para servicios sanitarios, que estará en vigor hasta 2025. Provee de 1.640 dólares mensuales después de impuestos y para 24 meses a sus beneficiarios. Los pagos empiezan el primer mes después de haber cumplido los 18 años.

EEUU

En la primera economía mundial subsisten modelos de renta básica garantizada en hasta 16 estados y casi un centenar de municipios. Con un indudable éxito de unas ayudas destinadas, por decisión individual, a vivienda, alimentación, transporte o a aliviar deuda, y que facilitan hasta los 1.000 dólares mensuales.

Además –resalta la escuela de Stanford– existen programas de transferencia de pagos que no se catalogan oficialmente como rentas básicas, como el Alaska Permanent Fund, que desembolsa dividendos anuales en función de los ingresos petrolíferos del estado, pero que proveen muchos de las coberturas asistenciales de estos planes.

Stanford Basic Income Lab recuerda que países como Finlandia, Indonesia, Italia, Japón, España, Mongolia, Sierra Leona, Uganda o Namibia han tenido recientemente proyectos piloto.