Es más fácil decir «no quiero tener hijos» a «no puedo tenerlos», pero igualmente se juzga a la mujer.

Es más fácil decir «no quiero tener hijos» a «no puedo tenerlos», pero igualmente se juzga a la mujer.

Miriam Aguilar, autora de ‘¿Y ahora qué?’, explica todo lo que supone para una mujer su lucha para llegar a ser madre y no conseguirlo.

2024. ABC

Laura Peraita

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Míriam Aguilar sabe muy bien lo que implica querer ser madre y no lograrlo. Tras haber experimentado un largo y doloroso proceso tuvo que aceptar que no tendría hijos y actualmente se dedica a visibilizar qué ocurre en la vida de las mujeres que luchan por convertirse en madres sin conseguirlo.

En este camino de aprendizaje y transformación se ha formado como terapeuta Gestalt. Creó y coordina círculos de mujeres, encuentros que brindan contención y acompañamiento emocional a quienes están transitando experiencias de este tipo. Imparte charlas y talleres sobre infertilidad, aceptación de la no maternidad, duelo de la no maternidad. Acaba de publicar su primer libro: ‘¿Y ahora qué?’.

¿Considera que el hecho de querer ser madre y no lograrlo es un tema tabú en nuestra sociedad?

Totalmente. En el imaginario colectivo existe la idea de que si quieres ser madre, lo serás. Y no serlo después de haberlo deseado y/o intentado se asocia a no haberlo deseado tanto (como si el deseo se pudiera medir) o no ser suficientemente fuerte para seguir. Por lo tanto, las mujeres que no lo consiguen sienten vergüenza y culpa. Y hablar de ello se convierte en un tabú.

Cuando se desea tener un hijo y vivir la maternidad, pero no se consigue, ¿qué diferentes emociones asaltan durante el proceso?

Cada mujer vive este proceso a su manera y sintiendo distinto, pero es cierto que hay emociones que suelen ser comunes en casi todas: culpa, rabia, envidia y tristeza.

Ver tras muchos intentos que el embarazo no llega, ¿ayuda a asumir la situación o, por el contrario, hunde más a la mujer (y a la pareja) en la frustración?

Me he encontrado muchas veces con mujeres que han sentido que el hecho de no haber visto nunca un positivo es sinónimo de haber sentido menos dolor, por ejemplo, porque no vivieron tampoco ninguna pérdida. Como si el dolor se pudiera medir… Creo que no hay una situación más frustrante que otra, o más dolorosa que otra, sino que cada mujer o pareja tiene más o menos herramientas para poder gestionarlo.

En este camino de aprendizaje y transformación se ha formado como terapeuta Gestalt. Creó y coordina círculos de mujeres, encuentros que brindan contención y acompañamiento emocional a quienes están transitando experiencias de este tipo. Imparte charlas y talleres sobre infertilidad, aceptación de la no maternidad, duelo de la no maternidad. Acaba de publicar su primer libro: ‘¿Y ahora qué?’.