«Las caries en niños son la primera ficha del dominó para la invasión bacteriana y el desastre dental en el adulto».

«Las caries en niños son la primera ficha del dominó para la invasión bacteriana y el desastre dental en el adulto».

La enfermedad en la boca más frecuente en la infancia son los dientes infectados, algo a lo que muchos progenitores no le dan la importancia que merece.

2024. ABC

Ana I Martínez

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Según los datos del último «Atlas de salud bucodental 2022′, elaborado por el Consejo General de Dentistas en España, el 35% de los menores de seis años españoles tiene caries (cerca de 850.000 niños) y sólo 1 de cada 4 dientes infectados, recibe el tratamiento idóneo para su caso.

Todas estas cifras son preocupantes, pues denotan que los primeros dientes no se cuidan como deberían ni se les da la importancia que realmente tienen. Para mejorar esta situación, hablamos con la ortodoncista Elara Fleitas.

– Según el informe, la caries dental es la enfermedad más frecuente de la infancia: el 35% de los menores de 6 años la sufre. Es una cifra alta. ¿A qué se debe?

Es más de 1/3 de la población infantil, por lo que es una cifra altísima. Mayoritariamente se debe a desinformación, malos hábitos de higiene dental y, en tercer lugar, a malos hábitos alimentarios. Me encuentro en la clínica con muchas familias que consideran que sus hijos tienen buenos hábitos alimentarios porque no comen chuches pero ¿qué hay de los batidos, zumos, yogures y demás alimentos ultraprocesados que les damos a los niños? Todo esto tiene un elevadísimo contenido en azúcar e hidratos de carbono, que si los sumamos a la desatención de la higiene dental, el inevitable resultado es que aparezca la caries dental. Muchos padres piensan que no pasa nada por esto (‘se empasta y ya está’) cuando la realidad es que esa es la primera ficha del dominó para la invasión bacteriana y el desastre dental en el adulto.

Todas estas cifras son preocupantes, pues denotan que los primeros dientes no se cuidan como deberían ni se les da la importancia que realmente tienen. Para mejorar esta situación, hablamos con la ortodoncista Elara Fleitas.

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– Según el informe, la caries dental es la enfermedad más frecuente de la infancia: el 35% de los menores de 6 años la sufre. Es una cifra alta. ¿A qué se debe?

Es más de 1/3 de la población infantil, por lo que es una cifra altísima. Mayoritariamente se debe a desinformación, malos hábitos de higiene dental y, en tercer lugar, a malos hábitos alimentarios. Me encuentro en la clínica con muchas familias que consideran que sus hijos tienen buenos hábitos alimentarios porque no comen chuches pero ¿qué hay de los batidos, zumos, yogures y demás alimentos ultraprocesados que les damos a los niños? Todo esto tiene un elevadísimo contenido en azúcar e hidratos de carbono, que si los sumamos a la desatención de la higiene dental, el inevitable resultado es que aparezca la caries dental. Muchos padres piensan que no pasa nada por esto (‘se empasta y ya está’) cuando la realidad es que esa es la primera ficha del dominó para la invasión bacteriana y el desastre dental en el adulto.

– Como estas caries salen en dientes que aún son de leche y se van a caer, ¿deben tratarse? O ‘¿Como es de leche ya se le caerá?’. ¿Qué deben hacer las familias?

La regla general es que cualquier infección que aparezca en el cuerpo humano, ha de tratarse lo antes posible. No es diferente en los dientes. El estreptococos mutans, que es la bacteria principal encargada de crear la caries, cuando aparece provoca descalcificación del esmalte y acidificación del pH de la saliva, por lo que hace que en los demás dientes sea más fácil que presenten más caries y se perpetúe un ph más ácido en la saliva, lo que podría provocar además problemas gástricos o de salud general.

Por lo tanto, cualquier diente con caries ha de ser tratado, bien con una obturación o empaste, o bien con la extracción si está próximo al recambio. Pero nunca dejar la caries en la boca esperando a que el diente se caiga.

-¿Se le da importancia a la dentición primaria?

No se le da la suficiente importancia, lamentablemente. Los dientes de leche son los protectores y precursores del crecimiento y desarrollo de los maxilares y de los dientes definitivos. Si no cuidamos la integridad, la función y la posición de los dientes deciduos, en un alto porcentaje de casos, estamos condenando a los niños a necesitar tratamientos correctores de la función, de la mordida, estéticos y psicológicos en muchos casos.

– Azúcar: ¿cómo nos afecta a los dientes?

La caries es una enfermedad azúcar-dependiente que provoca la destrucción del esmalte debido a la presencia de ácidos orgánicos que son producidos por las bacterias cariogénicas situadas en el biofilm dental, especialmente el sterptococus mutans, sumado a un desequilibrio en el proceso de remineralización y desmineralización a través del tiempo. La sacarosa es el carbohidrato más cariogénico porque promueve el crecimiento de estreptococos mutans y otras especies acidogénicas, sirviendo también como alimento para la síntesis de más placa bacteriana.

– Elara, ¿es la ortodoncia una solución adecuada a edades tempranas (6-7 años)? Cada vez se ven más niños con ella cuando, sin embargo, tienen aún casi todos los dientes de leche, su boca se está formando…

A la edad de 6-12 años (incluso más pequeños) muchas veces vemos a niños con aparatos en los que se realiza ortopedia o rehabilitación neuro oclusal (RNO) y se confunde con ortodoncia. Es precisamente esta la edad ideal para realizarla. Necesitamos niños que crezcan simétricos, con la mordida correcta y balanceada, pudiendo utilizar los dos lados de la mordida y reestablecer las funciones de respiración y deglución adecuadas si queremos evitar problemas mayores, y de más difícil corrección, cuando crezcan.

Vivimos actualmente en una oleada de casos de intolerancias alimenticias varias y he encontrado muy pocos nutricionistas que evalúen la capacidad y calidad de masticación de estos pacientes. No olvidemos que la digestión se inicia en la boca con la masticación y la formación del bolo alimenticio. Muchas personas no son conscientes de que tienen una respiración oral y que al masticar, tragan aire, haciendo que la digestión sea más complicada, genere más gases de lo normal y modifiquen el ph gástrico, complicando así la digestión, por ejemplo.

El restablecimiento de las funciones vitales correctas, como la masticación, la respiración y la deglución, debemos corregirlas cuanto antes, y muchas veces para esto necesitamos poner unos aparatos en las bocas de los niños a esta edad porque podemos modificar el crecimiento y la forma del hueso maxilar y la mandíbula.

– El 30-35% de los menores de entre 11 y 17 años tiene caries. ¿Por qué sigue siendo un porcentaje tan alto cuando se supone que a estas edades han de saber ya cuáles son los hábitos que deben tener?

Los motivos son los mismos que en la población infantil. Si los niños no crecieron con el ejemplo, les va a costar adquirirlos en esta edad. La realidad en nuestra clínica dental es que esta es la edad más complicada para introducirles el hábito de higiene oral y los padres suelen estar más cansados por el cambio hormonal tan grande que atraviesan los niños a esta edad. Pero ¡difícil no significa imposible! En esta edad, suelen estar más rebeldes y puede suponer un reto en casa. Mi recomendación es que, desde bien pequeños, vean a los padres cepillarse los dientes después de las comidas principales. ¡El ejemplo va a ser el mejor maestro para ellos! Así, cuando lleguen a la adolescencia, lo tendrán integrado y costará menos recordárselo.

– La maloclusión es un problema de la vida adolescente. ¿Podrías explicarnos en qué consiste y cómo detectarla? Seguro que muchos adolescentes no saben que la sufren.

La maloclusión o mala mordida es aquella relación de dientes y huesos maxilares desproporcionada, desordenada y desequilibrada, así como la alineación anormal de los dientes y a la forma como ellos encajan. Muchas veces lo vamos a detectar porque vemos dientes desalineados, pero este problema afecta a la articulación de la mandíbula, a los músculos de la mitad inferior de la cara, al crecimiento de la misma, a las encías y a la integridad de los dientes. Es decir, no sólo a la estética de la sonrisa.

Si detectas dientes gastados o rotos, que sobresalen de los labios y hacen que los niños no puedan cerrar bien los labios, arrugas o surcos muy marcados alrededor de la boca, ojeras marcadas, problemas de fonación como seseo o babeo excesivo, dolores de cabeza frecuentes, escuchas a tu hijo rechinar por las noches más allá de los 8 años, tiene dientes que deberían haber salido por su edad y, sin embargo, no han salido aún o tiene dientes de leche que se mantienen más allá de la edad habitual de recambio… Lo mejor es que la familia acuda a un profesional para corroborar si está yendo todo bien.

– ¿Qué pasa con la boca de las embarazadas?

En las embarazadas hay una elevada concentración de estrógenos en sangre que nos afecta a nivel sistémico, es decir, por todo el cuerpo. Encontramos las encías hiperreactivas a la placa bacteriana durante el embarazo, haciendo que el sangrado sea más frecuente e, incluso, llegar a provocar granulomas (tumoraciones benignas) específicos del embarazo.

En cuanto la embarazada da a luz y se equilibra el nivel hormonal, todo vuelve a la normalidad. Por lo tanto, durante el periodo de embarazo, tenemos que extremar la higiene dental porque ante el acúmulo de placa bacteriana, las encías van a reaccionar peor pudiendo generar dolor, sangrado, halitosis y demás problemas de encías y periodontales.

– Por último, ¿puede darnos una pautas para mejorar la salud bucodental desde bien pequeños?

Para los niños siempre digo que no importa lo que les digamos: nos observan todo el rato. Así que la mejor pauta es ser el ejemplo. Si nos ven cuidar nuestra higiene dental, van a crecer con ello y querrán imitarnos.

Como segundo consejo diría cepillarles los dientes hasta que tengan 8 años aproximadamente con un cepillo óptimo y la pasta dentífrica con el flúor adecuado a su edad. Cepillarles los dientes puede ser un esfuerzo más, sumado a todas las cosas que tenemos que hacer por ellos, pero considero demasiado importante las consecuencias de una higiene dental deficitaria, por lo que creo que vale la pena el esfuerzo.

Tercer consejo, tener un odontólogo especialista en niños y adolescentes (odontopediatra u ortodoncista especialista en ortopedia infantil) de referencia, con la formación adecuada, en el que confiar y llevar a nuestros niños a revisiones anuales como mínimo. En nuestra clínica Ortodoncia Dra. Fleitas tenemos ideado un programa de prevención en el que implicamos a padres, pediatras y niños para contribuir a un desarrollo adecuado de la dentición y maxilares que consiste en visitas semestrales de control de erupción dental, técnicas e instrucciones de higiene, limpieza infantil y aplicación profesional de flúor.