30 Ago La microbiota intestinal, clave en la eficacia de la inmunoterapia.
La microbiota está formada por bacterias, virus, hongos y arqueas.
La interacción entre la alteración inmunitaria del huésped y la microbiota intestinal en la tumorigénesis de varios tipos de cáncer, como el colorrectal, el de hígado y el melanoma, ha sido el centro de un nuevo estudio dirigido por un equipo de científicos dirigido por el profesor Jun Yu, de la Universidad China de Hong Kong.
Un gran número de microbios coloniza el cuerpo humano para formar una comunidad ecológica conocida como microbiota. La microbiota está formada por bacterias, virus, hongos y arqueas.
Estos microbios están estrechamente relacionados con la fisiología y el funcionamiento del cuerpo humano. La microbiota intestinal ha recibido una enorme atención investigadora con el reciente avance de la secuenciación metagenómica.
En condiciones normales, la microbiota intestinal se mantiene en homeostasis, pero se ve fácilmente afectada por diversos factores ambientales, como la dieta y el uso de antibióticos. Una vez que su composición y función se desequilibran o entran en disbiosis, la microbiota intestinal puede contribuir a la patogénesis de diversas enfermedades, entre ellas el cáncer.
La investigación ha identificado el impacto de la microbiota intestinal en el desarrollo de varios tipos de cáncer, como el cáncer colorrectal (CCR), el cáncer gástrico y el carcinoma hepatocelular (CHC).
En general, la microbiota intestinal de los pacientes con cáncer se altera significativamente con el enriquecimiento de microbios patógenos (por ejemplo, ‘Helicobacter pylori’ para el cáncer gástrico y ‘Fusobacterium nucleatum’ para el CCR), lo que conduce a la aceleración del desarrollo y la progresión del cáncer.
Cada vez hay más pruebas de que la microbiota intestinal podría afectar a la capacidad de respuesta y la eficacia del tratamiento del cáncer. En la última década ha surgido la inmunoterapia. En particular, el bloqueo de los puntos de control inmunitarios, que utiliza anticuerpos monoclonales para atacarlos, ha demostrado una eficacia terapéutica significativa en pacientes con distintos tipos de cáncer.
Dado que el objetivo de la inmunoterapia es potenciar la inmunidad antitumoral del huésped, puede eliminar las células tumorales con mayor precisión que los tratamientos tradicionales y con menos daños para las células normales.
En este nuevo estudio, publicado en la revista científica eGastroenterology, el equipo de investigación trató de analizar el efecto de la microbiota en la inmunoterapia del cáncer y el aprovechamiento de la microbiota intestinal para mejorar la respuesta a la inmunoterapia.
En condiciones normales o no cancerosas, la microbiota intestinal está estrechamente relacionada con el mantenimiento de la estructura y la función del sistema inmunitario de la mucosa y ayuda a defenderse de cualquier patógeno invadido.
En el microambiente tumoral, las células tumorales evaden el ataque del sistema inmunitario mediante diferentes mecanismos. Estos mecanismos incluyen la regulación al alza de ligandos inmunosupresores en la superficie de las células tumorales y la liberación de supresores de células T (por ejemplo, arginasa) para inhibir la infiltración intratumoral de células T efectoras.
Estas características inmunosupresoras son, sin duda, barreras importantes que hay que superar. Aunque también proporcionan argumentos para desarrollar enfoques terapéuticos, en particular ICI dirigidas específicamente a la inmunidad antitumoral.
La microbiota intestinal es importante para regular la inmunidad y modular la respuesta a la terapia del cáncer. El efecto de la microbiota en el contexto del cáncer puede ser local o sistémico, dependiendo de las distintas condiciones patológicas.
El equipo de investigación ha presentado los resultados de varios estudios recientes, tanto en animales de experimentación como en humanos, que indican que la microbiota intestinal puede potenciar la eficacia del bloqueo de puntos de control inmunitarios. Sin embargo, los mecanismos subyacentes aún requieren más investigación.
Por otra parte, cada vez se reconoce más que la modulación de los microbios que se dirigen al epitelio de la mucosa intestinal o al microambiente tumoral puede constituir una prometedora terapia contra el cáncer por sí misma o como complemento de la terapia oncológica para mejorar la eficacia del tratamiento.
Los hallazgos aportan pruebas sólidas de que la modulación de la microbiota intestinal puede tener importantes implicaciones clínicas, que nos lleven a conseguir tratamientos contra el cáncer más seguros y eficaces en el futuro.