31 Jul El primer mapa real de la pobreza infantil tiñe de rojo el sur de España.
A pesar de haber mejorado las cifras en entre los años 2020 y 2021 (los últimos de los que se tienen datos), España mantiene niveles similares a los de Hungría y Bulgaria y está a la cola de Europa en menores vulnerables.
Marisa Kohan
La pobreza infantil es estructural y está ampliamente repartida a lo largo y ancho de la geografía española, pero se concentra especialmente en las regiones del sur del país. Así lo confirma el Alto Comisionado contra la Pobreza Infantil, Ernesto Gasco, en la presentación de una nueva herramienta que es capaz de diseccionar la desigualdad que genera esta situación, no sólo provincia por provincia, sino barrio a barrio de una misma ciudad.
El resultado es que por primera vez se puede ver una fotografía real sobre la repartición de dicha pobreza, lo que permitirá implementar medidas y políticas concretas para combatirla de forma efectiva.
Se trata de un mapa elaborado gracias a un convenio suscrito entre este Alto Comisionado y la Agencia Tributaria «que aporta los datos fiscales de las familias españolas con hijos en toda España a nivel de sección electoral», explica Gascón a Público.
Este acuerdo ha permitido bajar al detalle de barrio a barrio y tener una imagen muy precisa de cuáles son las familias con niños y niñas en situación de pobreza y vulnerabilidad. «Con esto hemos podido tener las primeras conclusiones: como que el sur es mucho más vulnerable que el norte de España y la profunda desigualdad que existe en los ámbitos urbanos de las grandes ciudades, donde hay distritos en los que la pobreza infantil tiene unas cifras inferiores al 10% mientras que hay barrios colindantes en donde ésta alcanza a casi al 50%», afirmó Gascón.
Tal como explica el Alto Comisionado, las cifras de pobreza infantil que soporta nuestro país en los últimos años son «indignas» y se sitúan a niveles de países como Rumanía o Bulgaria, los únicos que nos superan en esta lacra.
A lo largo del último año esta tendencia ha comenzado a revertirse lentamente. Sin embargo, aún unos 2,2 millones de niños, niñas y adolescentes siguen viviendo en hogares que no pueden garantizar su bienestar.
El negacionismo, el gran problema
Uno de los principales problemas que tiene nuestro país para atajar el problema es el negacionismo. Los gobiernos de Mariano Rajoy han negado su existencia y no tomaron medidas para atajarla.
Por ello, durante los años más duros de la crisis económica, los que van entre 2014 y 2016, esta pobreza se incrementó, superando niveles del 30%. «Una de las principales consecuencias de este negacionismo ha sido la falta de datos. Si el problema no existe, no se recopilan cifras ni se investiga», insiste Gascón.
«El negacionismo supuso que desde el 2008 hasta el 2019 las prestaciones por hijo a cargo se congelaran. Como no existía el problema, dejaron de existir las ayudas y las familias percibían lo mismo en 2008 que en 2019″, añade.
Esta falta de apoyos incrementó los niveles de pobreza de las familias con hijos, que según datos de la encuesta de condiciones de vida del INE llegó en 2014 a registrar 230.000 hogares sin ingresos. Ahora la cifra es de 110.000 (menos de la mitad).
Contra la pobreza infantil, escudo de protección
Gascón afirma que entre las acciones que más han ayudado a comenzar a revertir la situación, figura toda una serie de políticas de escudo social desplegada a lo largo de los últimos años, especialmente desde la pandemia.
Así, el incremento del salario mínimo, los ERTES, la puesta en marcha del Ingreso Mínimo Vital (IMV), la ampliación de becas en la educación o un mercado laboral más seguro y con más derechos «están empezando a dar sus resultados y han comenzado a revertir la tendencia».
Incluso políticas que fueron ampliamente criticadas, como la que permitía a los alumnos pasar de curso con una o dos asignaturas suspensas y seguir manteniendo las becas, han sido claves porque han conseguido reducir la pobreza y la discriminación, puesto que redujeron las cifras del abandono escolar en un 20%, «un dato nunca visto» según el Alto Comisionado.
Por eso, afirma este experto, no se puede volver al negacionismo del pasado y es necesario contar con herramientas que puedan guiar a las administraciones y a las organizaciones de la sociedad civil hacia dónde tienen que ir los recursos.
No se pueden derogar estas políticas
El Alto Comisionado resalta que el Partido Popular de Feijóo amenazó en diversas declaraciones que si llega al Gobierno derogará leyes, como la de derechos trans y LGTBI+, entre otras, pero que no tiene en su programa electoral ninguna medida sobre la pobreza infantil.
Los populares tampoco se han manifestado sobre el mantenimiento del puesto del Alto Comisionado contra la pobreza en la infancia, un puesto que creó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para impulsar políticas y alianzas que convirtieran la lucha contra este problema en la infancia en un objetivo de Estado.
«Cuando te confías y dejas de tomar medidas pensando que el problema ya está resuelto o cuando niegas que la pobreza infantil es una seria lacra en nuestro país, el problema vuelve a crecer», insiste Gascón.
Ante este mapa, «hay que continuar trabajando. Confío que gobierne quien gobierne siga manteniendo este puesto y las políticas que son efectivas para la reducción de la pobreza en la infancia», concluye.