La tasa a los refrescos con azúcar habría evitado 5.000 casos de obesidad al año.

La tasa a los refrescos con azúcar habría evitado 5.000 casos de obesidad al año.

En 2016, Reino Unido impuso una tasa para las bebidas azucaradas y ahora un estudio muestra que la incidencia de obesidad en niñas de entre 10 y 11 años de edad se habría reducido en un 8%.

R.I

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Los impuestos a las bebidas azucaradas que se implantaron en Reino Unido en 2018 habrían evitado más de 5.000 casos de obesidad al año en ese país. Un informe publicado en «PLoS Medicine» que ha revisado los datos del National Child Measurement Programme que se inició en 2006 muestra que la tasa a los refrescos con azúcar habría reducido en un 8% en la obesidad en las niñas de entre 10 y 11 años, sobre todo entre aquellas que vivían en áreas más desfavorecidas. Es decir, se habían prevenido 5.234 casos de obesidad al año solo en este grupo.

Realizado por un equipo de investigadores de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), el estudio, analizó el impacto del impuesto a las bebidas azucaradas sobre diferentes grupos de niños y niñas.

Anualmente, los investigadores midieron la estatura y el peso de niños y niñas de escuelas primarias de 4 y 5 años de edad y 10 y 11 años, respectivamente.

El objetivo era conocer los niveles de sobrepeso y la obesidad en niños. En 2016, se impuso una tasa para las bebidas azucaradas en Reino Unido.

Los autores examinaron la prevalencia de la obesidad en las poblaciones seleccionadas durante 19 meses después de la puesta en marcha de esta medida. Se evaluó además el efecto del sexo y las condiciones socioeconómicas de las familias en la obesidad infantil.

La obesidad se ha convertido en un problema de salud pública mundial. En Inglaterra, uno de cada diez niños en de entre cuatro a cinco años es obeso y esta cifra se duplica a uno de cada cinco niños en de 10 a 11 años).

Ser obeso incrementa la probabilidad de sufrir problemas de salud graves, como hipertensión arterial, diabetes tipo II y depresión, no solo durante la niñez, sino también en la adultez y la vejez.

«En 2015, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó aplicar medidas en todo el mundo para reducir el consumo de bebidas azucaradas y sus consecuencias para la salud», señala a SMC María Dolores del Castillo, investigadora del Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación (CSIC-UAM)

Añade que los informes de esta organización sugieren que «los impuestos a las bebidas azucaradas ayudan a reducir el consumo de estos productos y también la prevalencia de la obesidad, la diabetes de tipo 2 y la caries dental. Sin embargo, los resultados derivados de los diferentes estudios de la aplicación de esta política en diferentes países indican resultados controvertidos».

En su opinión, estos resultados «son de gran interés» a la hora de obtener información que permita «establecer la efectividad las políticas que se están llevando a cabo de manera global para reducir la ingesta de azúcar y la reducción de la incidencia de la obesidad infantil y las patologías crónicas a futuro».

En Reino Unido, los jóvenes consumen significativamente más azúcares añadidos de lo recomendado y una gran causa de esto son las bebidas azucaradas. Y los niños de los hogares desfavorecidos tienen más probabilidades de correr riesgo de obesidad y de ser grandes consumidores de bebidas azucaradas.

En abril de 2018, para proteger a los niños del consumo excesivo de azúcar y abordar la obesidad infantil, los gobiernos del Reino Unido introdujeron un impuesto al azúcar de dos niveles sobre los refrescos. El impuesto estaba dirigido a los fabricantes de bebidas para incentivarlos a reducir el contenido de azúcar de los refrescos.

En 2021 España aumentó el IVA del 10% al 21% para las bebidas azucaradas y edulcoradas. Sus efectos en el campo de salud no han sido documentados, aunque si se ha visto que ha reducido de forma relevante el consumo de los hogares más vulnerables, aunque no en los más pudientes, aunque hay que tener en cuenta que los hogares con menores recursos e hijos a cargo representaban una parte importante del consumo de refrescos.

Lo que han hecho los investigadores de la Unidad de Epidemiología del Consejo de Investigación Médica (MRC) de la Universidad de Cambridge es rastrear los cambios en estos dos grupos entre 2014 y 2020. Teniendo en cuenta las tendencias anteriores en los niveles de obesidad, compararon los cambios en los niveles de obesidad 19 meses después de la entrada en vigor del impuesto al azúcar.

Y los datos muestran que la introducción del impuesto al azúcar se asoció con una reducción del 8 % en los niveles de obesidad en niñas de seis años, lo que equivale a prevenir 5.234 casos de obesidad por año solo en este grupo. Sin embargo, el equipo no encontró asociaciones entre la entrada en vigor del impuesto al azúcar y los cambios en los niveles de obesidad en los niños.

«Necesitamos urgentemente encontrar formas de abordar el creciente número de niños que viven con obesidad, de lo contrario, corremos el riesgo de que nuestros hijos crezcan y enfrenten problemas de salud significativos. Esa fue una de las razones por las que se introdujo el impuesto a la industria de refrescos del Reino Unido, y la evidencia hasta ahora es prometedora. Hemos demostrado por primera vez que es probable que haya ayudado a evitar que miles de niños se vuelvan obesos cada año», asegura Nina Rogers, autora del estudio.

Aunque los investigadores encontraron una asociación en lugar de un vínculo causal, este estudio se suma a los hallazgos anteriores de que el impuesto se asoció con una reducción sustancial en la cantidad de azúcar en los refrescos.